Investigación y edición Jose Manuel Ortega Baldor / Historiador Invitado
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Francisco Franco Bahamonde |
En
noviembre de 1942, y por mediación del embajador alemán en Madrid,
Adolf Hitler hizo llegar a Francisco Franco un Mercedes-Benz G4
con motivo de su 50º cumpleaños. Fabricado en 1938, ese G4 contaba con
ligeras modificaciones respecto al original, entre ellas un motor
renovado capaz de generar 115 cv. Tras la muerte del dictador español en
1975, sus herederos trataron de incluirlo, sin suerte, en la herencia
personal del general. Posteriormente, Patrimonio del Estado Español
recibió una oferta cercana a los seis millones de euros por parte de la
Mercedes-Benz para hacerse con él. Tras recibir una negativa por
respuesta, la compañía alemana accedió a trasladar el vehículo a su
museo en Stuttgart para restaurarlo de forma gratuita, fabricando
algunas piezas para cumplir el cometido. No en vano, se trata de una de
las únicas tres unidades que sobreviven hoy día. Esta
es la versión W131 540, del que sólo se construyeron tres: uno para el
propio Hitler y otros como regalos para Mussolini y Franco. Se trataba
de una versión más larga que el de mayor producción, el W31 500. Estaba
hecho enteramente a mano, con todo lujo de detalles, y fue diseñado para
uso en desfiles y ceremonias. Éste es el único que sobrevivió a la
guerra, y pertenece actualmente al estado español, estando a cargo de
Patrimonio Nacional.
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El General Francisco Franco se sube por 1ª. vez al Mercedes G4
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Este
coche es extremadamente raro: un Mercedes-Benz G4 todo terreno de 1939
en estado original, propiedad actual de la familia real española. La
solicitud explícita de restauración realizada al Centro Clásico
Mercedes-Benz era igual de inusual: el G4 debía ser restaurado a una
condición, técnicamente impecable, pero conservando su pátina exclusiva
adquirida a lo largo de sus 66 años de vida. Por consiguiente, un primer
vistazo rápido puede causar irritación: ¿Es éste es el resultado de
tres años de meticulosa restauración? Así es, puesto que los
restauradores se abstuvieron deliberadamente de eliminar las huellas del
uso en el interior y defectos menores en la carrocería. Después de
todo, estas huellas y defectos dan testimonio de la historia y de la
autenticidad del G4. El G4 propiedad de la familia real española es uno
de las escasas unidades supervivientes de este todo terreno de tres
ejes: sólo tres de las 57 unidades totales construidas en los años 1930
continúan considerándose como totalmente auténticas.
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Mercedes G4 costado izquierdo |
Siguen existiendo otras unidades adicionales, pero sin pruebas fehacientes de su originalidad. Antes
de que el G4 formara parte de la flota real, fue empleado por el
General Franco, quien recibió este coche como un regalo de Alemania.
Durante las décadas pasadas, el todo terreno fue atendido y
mantenido por la Guardia Real en Madrid, la cual tiene a los clásicos de
la flota real en gran estima. Cuando se decidió restaurar al G4 en el
Centro Clásico Mercedes-Benz junto con un coche igualmente
extraordinario de su misma época y edad, un Mercedes-Benz 770, a ambos
se les dio una despedida casi ceremonial en Madrid, y una escolta armada
acompañó al convoy de camiones hasta la frontera francesa. Los coches
llegaron al Centro Clásico Mercedes-Benz en Fellbach, cerca de
Stuttgart, en septiembre de 2001. La gran limosina 770 aún sigue allí,
sometida a restauración. El trabajo en el G4 se terminó en diciembre del
2004 y es un regalo de Mercedes-Benz España a la familia real española.
La primera inspección del G4 en los talleres del Centro Clásico reveló
numerosas huellas del uso por el paso de los años pero, por lo demás,
una excelente base general. En una primera fase se desmontó el techo de
lona y se retiró la carrocería con sumo cuidado para poder acceder al
chasis. En el transcurso de la meticulosa restauración posterior,
ninguna pieza por pequeña que fuera quedó sin tocar. Todos los
componentes mecánicos fueron desmontados, limpiados., reparados y
vueltos a montar de nuevo, con una atención por el detalle que explica
los tres años de trabajo de restauración. Los expertos reconstruyeron
varias funciones de su elaborada ingeniería y los volvieron a hacer
operativos.
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Mercedes G4 |
Se
mantuvo la esencia original siempre que fue posible: otras de las
instrucciones de este trabajo de restauración. El alcance de esto queda
ilustrado por el hecho de que cada tuerca, cada tornillo y cada manguito
fueron escrupulosamente inspeccionados y devuelto a su lugar original
cuando fue posible. Otro ejemplo: los componentes internos del sistema
de escape, que aún seguían funcionando, se dejaron en su condición
original mientras que los gastados componentes externos fueron sometidos
a una restauración fiel al original. Las piezas no originales fueron
reemplazadas por piezas reproducidas a partir de viejos planos. Los tres
ejes del todoterreno fueron desarmados por completo y revisados. Los
ensamblajes de la tracción mecánica probaron estar en muy buena
condición. Y, de nuevo, son un ejemplo del alcance del trabajo
invertido. Fue necesaria una prensa de 20 toneladas en la fábrica de
Mercedes-Benz de Untertürkheim para aflojar los rígidos ejes traseros.
Las numerosas ruedas dentadas fueron limpiadas con un proceso especial a
base de combustible diesel debido a que su consistencia aceitosa
garantizaba superficies limpias al tiempo que mantenía una película
grasa protectora. Una vez terminado el trabajo, no era posible llenar
las carcasas de los ejes con los lubricantes habituales, debido a que
habrían ejercido efectos corrosivos en las piezas de bronce de los
diferenciales. Adicionalmente, el aceite debía tener un alto nivel de
resistencia al esfuerzo. Después de una prolongada búsqueda, los
expertos se decidieron a favor de un lubricante especial a base de
aceite de castor. Hablando de búsquedas: para ser restaurado a un estado
totalmente operativo, el G4 necesitaba llantas nuevas: ocho, para ser
precisos, incluyendo las de repuesto. No fue fácil encontrar dichas
llantas, teniendo en cuenta las dimensiones exigidas, la estabilidad
para adaptarse al gran peso del vehículo, más el dibujo todo terreno.
Pasó algún tiempo antes que los expertos finalmente hallaran las llantas
adecuadas en Estados Unidos. El G4 tiene cuatro marchas hacia
adelante, estando sincronizadas de la segunda a la cuarta. Laa
transmisión de contraeje actúa como marcha reductora, permitiendo cuatro
marchas adicionales superlentas. Para el funcionamiento en terrenos
difíciles, los diferenciales son autoblocantes, una aplicación de
ingeniería que estaba lejos de ser habitual en los todoterrenos en el
momento en el que se construyó el G4, y que seguiría así durante
bastante tiempo después.
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El Mercedes G4, sin carrocería, durante el período de restauración en Alemania |
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Otras imagenes en el Centro de Restauración de Vehiculos Clasicos de Mercedes Benz |
Comunicado de prensa de Daimler Benz
El
G4 está propulsado por un motor M24 II de ocho cilindros en línea con
un desplazamiento de 5,4 litros: muy similar al motor empleado también
en el deportivo 540 K, aunque sin el compresor para aumentar el
desempeño a altas velocidades. Los diseñadores del G4 se opusieron al
compresor debido a que el coche, que pesaba unas 3,7 toneladas, brindaba
una velocidad máxima de 67 km/h al no permitir sus llantas velocidades
superiores. Este elevado peso es el responsable de las limitadas
capacidades todoterreno del G4. El objetivo de la restauración era “un
estado técnico impecable”, lo que significaba también en condiciones de
circulación. De ahí que el alcance del trabajo incluyera asimismo la
reparación de los frenos, un sistema de circuito dual que sirve como
testimonio del elevado estándar técnico del diseño general. No sólo hubo
que poner a punto los componentes mecánicos, también fue necesario
instalar nuevos cables de freno, los cuales debieron ser fabricados
especialmente: ya no se encuentran cables de frenos con las dimensiones y
la resistencia necesarias. Sucedió lo mismo con los conductos del
combustible, que también fueron fabricados especialmente. La pulcra
disposición simétrica de los cables en el chasis casi parece una obra de
arte. A propósito, el conductor recibe una inteligente ayuda al frenar
con el fin de desacelerar el poderoso vehículo eficazmente. Un pistón
activado por un cilindro de vacío actúa adicionalmente sobre el pedal
del mismo mediante un mecanismo por cable. Esta característica técnica,
incluyendo la funda de cuero del tanque de vacío, fue reconstruida. En
lo que respecta al suministro de combustible, los diseñadores del G4
actuaron con cautela: el coche cuenta con dos bombas eléctricas de
combustible, más una bomba mecánica. Y, en caso de que las tres
fallaran, el motor puede seguir siendo alimentado con la gasolina de un
depósito de combustible de repuesto accionado por gravedad. Después de
la restauración, el chasis y todos sus componentes tienen un aspecto muy
similar al que tenían en los años 30, es decir, más bien austero dado
que en muchas piezas la capa de pintura no había sido aplicada con
pulverizador, sino con un cepillo, dejando de relieve las superficies
correspondientes. Por consiguiente, este método también fue empleado en
la restauración, al constituirse como mayor prioridad en todo momento el
respeto máximo por lo original.
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Salpicadero del Mercedes G4 |
El
G4 cuenta con numerosas funciones eléctricas y, por lo tanto, con un
cableado muy complejo. No obstante, ya no se disponía de los planos de
este cableado. Fue reconstruido con meticulosa atención a los detalles y
se fabricó un nuevo juego de cables, lo que resultó ser una tarea de
gran complejidad. Por ejemplo, el G4 cuenta con un interruptor central
que apaga todos los consumidores de electricidad, alimentando únicamente
a las piezas necesarias para que funcione el motor. Cada uno de los
interruptores del G4 fue desmontado y reparado, a veces con herramientas
tan delicadas que recordaban más a las de un odontólogo que a las de un
experto automotriz. Incluso la tenue iluminación azul de la placa con
la Virgen María pegada a la cabina funciona de nuevo, gracias a unas
bombillas en miniatura especialmente adaptadas. Todos los indicadores
fueron revisados, y la precisión del reloj eléctrico fue controlada y
ajustada a lo largo de muchas semanas. En la actualidad, indica el
tiempo de forma casi tan precisa como un moderno reloj de cuarzo. El
plástico de color naranja de los indicadores de dirección no pudo
repararse y tuvo que ser reemplazado. Después de un tratamiento
intensivo, la radio de tubos funciona de nuevo como lo hizo antes. Y
cuando es necesario, se atrae la atención sobre el coche con cuatro
bocinas –dos para el tráfico en la ciudad y dos más fuertes para viajes
por tierra– o con una sirena. La carrocería se dejó en su mayor parte
intacta, dado que las instrucciones eran de abstenerse de restauraciones
cosméticas. Los especialistas limpiaron la capa de pintura y pulieron
las piezas cromadas, pero eso fue todo. Únicamente las partes inferiores
de las puertas mostraban signos de óxido, el cual fue por supuesto
eliminado. El metal de la carrocería está forrado interiormente con
elementos estabilizadores de madera, una construcción habitual en los
coches de la época. Estos elementos de madera estaban en buenas
condiciones y por lo tanto sólo fueron limpiados e impregnados con un
líquido especial para protegerlos de la resequedad. El interior revela
las huellas de los más de 65 años de edad del coche, pero por lo demás
se encuentra en unas condiciones casi impecables, sobre todo gracias a
la atención dedicada por la Guardia Real.
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Maletero del G4 |
Después
de la restauración del chasis del G4 real, el coche fue llevado a la
pista de pruebas en las instalaciones de la planta de Mercedes-Benz en
Untertürkheim para comprobar el perfecto funcionamiento de todas las
piezas. Después de las pruebas, se añadieron los toques finales a la
ingeniería y se realizaron los últimos ajustes. Luego llegó el gran
momento: se volvió a instalar la carrocería sobre el chasis, se repitió
el acto de “casarlos”, como se conoce en la jerga automovilística, y el
G4 volvió a ser, 66 años después de su primera realización en 1939.Y
ahora, la flota de la familia real española incluye un vehículo
auténticamente exclusivo: el extremadamente raro Mercedes-Benz G4
todoterreno, totalmente operativo con sus piezas mecánicas modificadas
pero conservando expresamente todas las huellas de su venerable edad. Se
constituye de esta manera en un testimonio muy especial de la
ingeniería y de la historia contemporánea. (*Este texto corresponde a
la traducción del comunicado de prensa emitido por la Daimler Chrysler)
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Visual parcial del tren trasero del Mercedes G4. Obsérvese el magnífico estado de conservación |
Información general: Mercedes-Benz G4 (Serie W 31)
Vehículo
todo terreno, desarrollado para el ejército alemán; Fabricado desde
1934 hasta 1939; Número de unidades fabricadas: 57; en la actualidad aún
se conservan tres coches considerados como totalmente auténticos.
Pueden existir otras unidades, pero se trata de coches recreados e
imitaciones, tal como sucede con otros raros clásicos Mercedes-Benz. El
G4 es propiedad del Patrimonio Nacional Español; año de producción:
1939; solicitado por la Cancillería del Reich alemán de Berlín; regalo
para el General Franco. En la actualidad, parte de la colección de
automóviles del estado español; atendido y mantenido por la Guardia Real
en el Palacio de El Pardo de Madrid; restaurado en el Centro Clásico
Mercedes-Benz desde septiembre de 2001 hasta diciembre de 2004.Solicitud
específica: reparación de los componentes técnicos, sin trabajo de
restauración en la carrocería, en los accesorios del interior ni en la
capota con el fin de mantener la pátina y la originalidad del coche. En
la medida de lo posible se conservaron las piezas viejas y originales.
Las piezas no originales fueron reemplazadas y reproducidas a partir de
viejos planos.
Datos técnicos del Mercedes-Benz G4 Serie W 31/1934 – 1939
Especificaciones generales
Batalla
o distancia entre ejes: 3100 + 950 mm; Ancho de llantas
delanteras/traseras: 1620/1570/1570 mm; dimensiones (largo x ancho x
alto): 5360-5720 x 1870 x 1900 mm (con techo de lona); radio de giro: 17
metros; peso: aprox. 3700 kg (listo para ser conducido); peso máximo
autorizado: 4400 kg; velocidad máxima permitida por las llantas: 67
km/h; consumo: 28 litros/100 km (ciudad), 38 litros/100 km (a campo
abierto); capacidad del depósito de combustible: 90 litros, en algunas
unidades 140 litros
Motor
Motor
de ocho cilindros en línea Daimler-Benz M24 o M24 II; desplazamiento
total: inicialmente, 5018 cc, luego 5401 cc; diámetro x carrera: 86 x
108 mm / 88 x 111 mm; rendimiento: 100 hp / 110 hp a 3400/min; par de
torsión o torque: 28.8 mkg a 1400/min; relación de compresión: 1:5,6 /
1:5,2; generación de la mezcla: un carburador doble; válvulas: árbol de
levas lateral en cabeza, impulsado por engranajes rectos; refrigeración:
bomba, 26 litros de agua; lubricación: forzada, diez litros de aceite;
batería: 12 V 60 Ah / 12 V 105 Ah; allternador: 130 Kw; motor de
arranque: 1,5 hp / 1,8 hp
Transmisión
Cuatro
ruedas traseras, dos diferenciales autoblocantes; embrague: embrague
sencillo en seco; transmisión: transmisión manual de cuatro velocidades y
transmisión de contraeje: relaciones: I/4,10, II/2,21, III/1,49,
IV/1,00; relación de las marchas de la transmisión de contraeje:
carretera/1,00, campo a través/3,06
Chasis
Armazón
de sección cuadrada; suspensión delantera: eje rígido, ballestas
semielípticas; suspensión trasera: dos ejes rígidos, una ballesta
semielíptica para dos ruedas en cada lado; dirección: eje helicoidal;
frenos: sistema hidráulico de circuito dual, asistido por vacío, sobre
las ruedas delanteras y traseras; freno de mano mecánico, activado
manualmente, sobre las ruedas delanteras; lubricación: central; ruedas:
ruedas de disco de acero con rines hondos, tamaño L 4.00 F x 17; con
llantas autosellantes: tamaño 6,00 F x 17; Llantas: 7,5-17 con dibujo
todoterreno (normal o autosellantes)
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Modelo a Escala del Mercedes G4 marca Minichamps # 135752 |