La Historia del Imperial Speedster de Murray Pfaff - "El tiro a la Luna" de Mopar que nunca se fabricó

Historia original Don Sherman
Fotos Cameron Neveu
Revista virtual de Hagerty Media
Edición y complementos: Francisco Mejía-Azcárate
Esta historia es sobre un automóvil único, y fue escrita por Don Sherman, con fotografías de Cameron Neveu, publicada en 10 de junio de 2020 en la revista virtual de Hagerty Media. Aunque no es usual que yo haga esto, este artículo me pareció tan bueno y novedoso que resolví traducirlo, editándolo ligeramente con alguna información adicional y así postearlo en nuestro blog. Como lo expresé, tanto el relato como las fotografías son mayoritariamente de Don Sherman y las Cameron Neveu, y (en menor proporción) de Lincoln Electric.

La historia empieza contándonos que en los fabulosos años 50, cuando GM y Ford bendijeron a Estados Unidos con tentadores automóviles biplaza, Chrysler, por alguna razón, no logró enfrentar ese desafío. Pero… ¿quién dijo que ese paso en falso de Chrysler no se podía solucionar? Sin importar cuántas décadas ya habían pasado, Murray Pfaff, un prolífico diseñador automotriz, quien fundara ‘Pfaff Designs’, en Royal Oak, Michigan, se atrevió a solucionar ese faltante y darle a Chrysler un biplaza cincuentero con aportes tecnológicos del Siglo XXI.

Murray Pfaff y su 1959 Chrysler Imperial Speedster en Autorama (2011)

Durante uno de sus muchos momentos de inspiración, Pfaff decidió diseñar y construir el biplaza deportivo de Chrysler que nunca se fabricó. Conjuntamente con su padre, localizó el auto donante perfecto: un Chrysler Corona Imperial de 1959, de cuatro puertas, que había estado durmiendo durante 35 años en un granero al norte del estado de Nueva York. Después de ser transportado a Michigan en 2007, el trabajo de conversión comenzó en su muy reducido garaje suburbano, donde meticulosamente comenzó a trabajar en él.

Cuando se trata de habilidades prácticas para desarmar, desgarrar, soldar, y martillar, Pfaff es más un aprendiz que un experto; afortunadamente para él y su proyecto, su cuadro de amigos cercanos llenó esos vacíos. Diez de ellos se comprometieron a ayudarle durante muchas tardes y muchos fines de semana, y lo hicieron muy juiciosamente durante cuatro años, invirtiendo entre todos unas 10.000 horas hombre en el proyecto. Sin dejar de lado sus otros proyectos, Pfaff trabajaba 60 horas a la semana en su taller. Soldar la carrocería desnuda del Imperial, antes de empezar el desbarate, a una plantilla telescópica de varios ejes hecha de tubos cuadrados de acero fue una genialidad proveniente de uno de sus colegas. Con esta plantilla y numerosos puntales estabilizadores mantuvieron las piezas correctamente alineadas durante todo el proceso de corte y modificación de este enorme y pesado automóvil. La visión definitiva de Pfaff para lo que sería su Imperial Speedster era comprimir este enorme ‘yate terrestre’ en un automóvil deportivo con las esbeltas proporciones de un ‘pony car’.

Fotografías de https://www.lincolnelectric.com/ que ilustran el meticuloso proceso de modificación
Otra movida sabia, fue la de preservar todas las características del ‘Forward Look’ que el virtuoso diseñador de Chrysler, Virgil Exner le había dado al Imperial cuando lo creó. Virgil Exner se une a Harley Earl y Bill Mitchell en el panteón de diseñadores brillantes, después de haber creado clásicos perdurables para las marcas Pontiac, Studebaker, Lincoln e incluso Volkswagen (el Karmann Ghia 2+2). Las inmensas aletas de cola son originales de Exner, las persianas o rejillas con ‘dientes’ relucientes, los bumpers brillantes y las luces traseras tipo "colador” se mantuvieron en el Speedster de Pfaff.

Cortar y dividir la carrocería original en 46 trozos y desechar muchas piezas acortó la longitud total del Imperial en 122 cm, el ancho en algo más de 20 cm, y la altura de la sección media en algo menos de 8 cm. Las puertas, por ejemplo, se fabricaron utilizando 2/3 de las puertas delanteras y 1/3 de las puertas traseras. La tapa del maletero se cortó en cinco piezas separadas antes de volverla a armar. La distancia entre ejes se cortó 96.5 cm y la carrocería terminada se ajustó 10 cm sobre un nuevo marco tubular suministrado por ‘Schwartz Performance’. De acuerdo con los otros temas clásicos del Speedster, el parabrisas Lexan personalizado fue fabricado por ‘Pro Glass’, y no tiene barra superior.

En esta fotografía se puede apreciar la reducción de dimensiones
Los pestillos de las puertas son magnéticos. Los asientos vinieron de un Toyota Celica GTS, siendo re-tapizados con cuero de color ‘marrón chocolate’, muy similar al de Rolls-Royce, y para endulzar el oído, el sistema de sonido de marca Alpine bombea 300 vatios a través de cinco parlantes estratégicamente localizados.

Así se veía el interior del Imperial Speedster antes de 2018

El nuevo chasis Schwartz Performance G-machine incluyó una suspensión delantera con brazo de control, amortiguadores enrollables Ridetech, dirección asistida de cremallera y piñón, y una suspensión trasera y diferencial independientes de Viper 2009. En la delantera, un musculoso motor Hemi V-8 2009 de 6.1L, capaz de generar 425 HP, acoplado a una transmisión automática Chrysler de cuatro velocidades modificada. Los tubos de escape de acero inoxidable alimentan dos silenciadores Flow-Master. Una pinza de freno Raybestos mono-bloque de cuatro pistones sujeta un disco (rotor) de freno ranurado en cada una de las ruedas.

Murray Pfaff, conduciendo su hermoso Imperial Speedster
La pintura, el cromado y los adornos interiores fueron los únicos detalles que Pfaff no hizo, dejando eso en manos de otros talleres especializados. El nuevo grupo de instrumentos de dos esferas y la palanca de cambios de botón fueron tomados de un Chrysler de 1960 y el elegante volante rectangular provenía de otro Imperial de los años 60. La parte superior del motor es un vuelo de fantasía apropiado para el período. Se invirtieron más de 100 horas en la construcción de tapas de válvulas personalizadas. Las 17 insignias de coronas esparcidas alrededor del automóvil están bañadas en oro de 24 quilates. La pintura se aplicó en el “Centro de Capacitación Técnica PPG” en Wixom, Michigan.

Detroit’s 59th Autorama (2011)
El Speedster completo debutó en 2011 en el Autorama Nº 59 de Detroit, dando inicio a una gira de presentaciones, ganando trofeos en la mayoría de las paradas. Los premios más notables incluyen el ‘Premio Mothers Choice’ en SEMA, el premio ‘Go For Gold’ en Tulsa, Oklahoma, y un destacado premio de ingeniería en el Autorama 2012. El Speedster lamió el óvalo de Indianápolis, participó en dos ‘Hot Rod Power Tours’ y también compitió en pistas de arrancones. Sorprendió a la multitud en la Mansión Playboy en Beverly Hills y en el ‘Eyes on Design Car Show’ de Detroit.

Aquí el motor Hemi V-8 de 425 HP
Todos los detalles exteriores lo hacen lucir verdaderamente extraordinario – (Autorama 2017)
Visto de frente el auto donante es mucho más alto, lo que indica el nivel de artesanía en este proyecto
En 2018, después de recorrer más de 11.000 km (7.000 millas), Pfaff decidió que era necesario refrescarse. El oscuro interior del automóvil fue reemplazado por una tela escocesa más contemporánea cosida por Shawn Paul en ‘SPC Interiors’. Las caras de los instrumentos con una nueva fuente diseñada por Pfaff fueron producidas por CON2R. El acabado exterior pasó de champán y naranja a un color caramelo perla de PPG Envirobase denominado Evolution Green por el propietario. Las ruedas tipo Daytona de radios fueron reemplazadas por ruedas de aluminio de palanquilla de la marca Schott Throttle. Los nuevos cauchos radiales Goldline Nitto de 18” y 19” vinieron de Diamond Back Classics.

Así luce el ‘Imperial Speedster Evolution’, en la actualidad, luego de una pequeña restauración

Aspecto actual de Imperial Speedster Evolution de Murray Pfaff

Durante una reunión casual en uno de tantos eventos en los que el carro ha sido presentado, Virgil Exner, Jr., que pasó veinte años en Ford Design, ofreció a su creador este sincero respaldo: “Sé que a mi padre le hubiera encantado el Imperial Speedster. La creación de Murray Pfaff es hermosa, bien pensada y muy bien presentada". El Imperial Speedster es realmente un ‘Hot Rod’ personalizado, único en su tipo, una belleza del ‘Forward Look’ que respeta el pasado y lo reinventa con detalles magistrales del presente.

Con la intención de financiar uno o dos nuevos proyectos, Pfaff está ahora dispuesto a dejar ir el Speedster a un próximo propietario. Por supuesto que hay nostalgia, y sin revelar exactamente cuánto dinero se necesitaría para renunciar a la máquina de sus sueños, Pfaff señala que aunque no es fácil poner una cifra por la construcción de un automóvil que requirió tanta mano de obra, ya ha tenido un par de ofertas al norte con cifras que rondan los US$ 200,000 que casi dieron en el blanco.

Al final nos queda claro que Murray Pfaff, es ya un reconocido diseñador de ‘Hot Rods’ y autos personalizados, que desde 2002 en su empresa Pfaff Designs satisface las necesidades de diseño de los aficionados que puedan pagar por su trabajo, así como de los fabricantes de automóviles de alta gama que necesitan visualizar sus vehículos con representaciones precisas y convincentes.