Por: Francisco Mejía-Azcárate
En la ciudad de Providence, una de las primeras ciudades en ser fundadas en los Estados Unidos, capital del muy frío y pequeño Estado de Rhode Island, existe un caballero que tiene como negocio comprar y vender todo tipo de automotores y como hobby coleccionarlos; su nombre es Dick Shappy.
Dick Shappy, ‘el rockero’ de los autos clásicos |
Al igual que la mayoría de los que tenemos el hobby en la sangre, todos soñamos con encontrarnos un automóvil raro o deseable olvidado por ahí en un granero remoto, negociarlo por una suma insignificante, desempolvarle esos muchos años de negligencia, y así tener una gran historia que contar. Esto fue exactamente lo que le ocurrió a restaurador, coleccionista y comerciante de autos antiguos y clásicos Dick Shappy; y es que para los coleccionistas de todo el mundo, los automóviles Duesenberg son la cúspide más elitista del automóvil estadounidense, y ubicar uno de estos ultra raros, poderosos y justificablemente deseables automóviles escondido en un garaje olvidado es el hallazgo supremo con el que todos soñamos.
La historia nos cuenta que por allá a finales del año 2004, el coleccionista estadounidense Dick Shappy, conocido por sus excelentes restauraciones de automóviles Cadillac de la preguerra, encontró un Duesenberg que llevaba escondido más de 50 años, no muy lejos de su casa. Debido a su belleza, potencia bruta y diseño sofisticado, los automóviles Duesenberg se consideran unos de los automóviles más exóticos del mundo, pero encontrar uno olvidado es prácticamente inaudito, por no decir imposible.
Los automóviles de esta marca son tan raros que los historiadores especializados en ellos saben exactamente cuántos y cuáles sobrevivieron al paso de los años y pueden reconocer instantáneamente un Duesenberg específico con solo verlo en una foto, vieja o nueva, y recitar su número de serie y su historia.
A pesar que a Dick Shappy le gustan muchos tipos de vehículos, y que es mejor conocido por sus extraordinarias restauraciones de Cadillacs clásicos de la pre-guerra, como todo aficionado siempre soñó con tener un Duesenberg, pero no pasaba de ser un sueño relativamente utópico porque no es el tipo de automóvil que sale comúnmente a la venta a precios razonables y los que sobrevivieron ya están en manos de los coleccionistas y todos sabemos cuánto cuestan. Nunca, ni siquiera en su más alocado sueño, se le cruzó por la mente que se iba a topar uno que llevaba más de 50 años estacionado en un oscuro garaje no muy lejos de su casa, y como el destino tiene sus propias maneras de llevarnos a nuestros sueños, a finales del año 2004 una conversación común y corriente lo puso en el camino de ser propietario de un Duesenberg.
"Recibí un correo electrónico que decía que pronto un Duesenberg J, saldría a la venta", dijo Shappy. "He querido un Duesenberg toda mi vida, y mi esposa lo sabía. Cuando le dije que iba a salir un Duesenberg a la venta, ella me dijo que fuera a buscarlo. Estoy muy feliz de haberlo hecho”. "Escribí pidiendo mayor información, y lo siguiente que supe es que Dan LaCroix (el corredor involucrado en la venta de Duesenberg) me llamó y me dijo: Recibí un mensaje de un caballero que me dijo que podría estar interesado en comprar el auto. ¿Es Usted?", dijo Shappy. Dudando de que el auto fuera realmente un Duesenberg, Dick Shappy solicitó que le enviaran algunas fotografías durante el fin de semana. Mientras tanto, Shappy llamó a Randy Ema (conocida autoridad en la marca Duesenberg) y le comentó sobre la oferta que le estaban haciendo y Ema le dijo, "Será mejor que no dejes que esa cosa se quede ahí mucho tiempo. Cuando los otros se enteren que está a la venta, no va a durar mucho tiempo".
Randy Ema, una de las personas que más saben sobre los automóviles Duesenberg en el mundo |
A lo largo del fin de semana, Shappy revisaba continuamente su computadora para ver si le habían enviado las fotos, pero cada vez que revisaba, se desconectaba decepcionado. Inclusive una verificación de su correo electrónico el lunes siguiente, temprano por la mañana, tampoco tenía las esperadas fotos, pero a eso de las 10 AM, Shappy nuevamente revisó su correo electrónico y encontró varias fotos de Dan LaCroix. Las imágenes en los mensajes definitivamente confirmaban que el auto era un Duesenberg. El automóvil, un sedán convertible, carrozado por Derham In Progress, se veía despojado de su pintura y algunos otras piezas, pero ciertamente estaba dentro de los parámetros para poderse restaurar y definitivamente valía la pena investigar más. Shappy rápidamente levantó el teléfono y se comunicó con Dan LaCroix para hacer los arreglos pertinentes y ver el automóvil.
Dan LaCroix sugirió que Shappy y el propietario se reunieran más adelante en la semana, pero Shappy insistió en que debían reunirse ese mismo lunes. Después de que el intermediario estuvo de acuerdo, Shappy rápidamente se vistió y en cuestión de minutos estaba tomando la autopista I-95 N para recorrer raudo esas casi 60 millas existentes entre su casa en Rhode Island y la ciudad de Boston.
Fotografía de Margaret Cade y Dick Shappy, el día que Shappy vio el Duesenberg por primera vez |
En menos dos horas, Shappy estaba frente a una vieja cochera de ladrillo de tres pisos, propiedad de la señora Margaret Cade. El viejo edificio era una verdadera cápsula del tiempo en sí misma. Al entrar, Shappy notó que había nombres de caballos sobre lo que en antaño debieron ser unas pesebreras, mucho antes de albergar ese olvidado Duesenberg. Las paredes de la cochera estaban llenas de carteles de carreras de caballos de la década de 1940, y estaban ahí porque tenían un significado especial en la vida de la Señora Cade. Cuando finalmente posó sus ojos en el Duesenberg, notó que las partes faltantes en las fotografías colgaban del automóvil, lo cual lo tranquilizó aún más.
El motor de ocho cilindros en línea, de color verde manzana, descansaba al lado del auto en pedazos. Pero, como el resto del automóvil, estaba completo. El esposo de la Señora Cade, Phil, había comenzado a reconstruir el motor en la década de 1950, pero en algún momento a principios de los años 60, perdió interés en el proyecto. El automóvil parecía estar completo y sus latas intactas, Shappy, siendo un avezado restaurador, sabía a qué se enfrentaría si lo compraba. Decir que Shappy estaba contento con el Duesenberg sería subestimarlo, porque él estaba verdaderamente feliz. Este Duesenberg estaba lejos de estar muerto, solo estaba un poco golpeado, y necesitado de atención. La pintura de esta carrocería Derham había sido quitada en la década de 1940, exponiendo su sus latas de aluminio, sin embargo, los guardabarros conservaban aún su color granate original, aunque muy envejecido. Era como un rompecabezas que pronto sería armado.
El experto en Dusenberg Randy Ema le informó a Shappy algunos aspectos sobre la trazabilidad del vehículo, por ejemplo, descubrió que el primer dueño del carro había sido un señor Offield, primo de la familia Wrigley accionista de Duesenberg.
La Señora Margaret Cade continuó la historia del Duesenberg a través de varias fotografías antiguas del automóvil y de la familia. Parece que Phil Cades compró el auto en el concesionario de John Troka por la suma de US$ 450 en el año 1941, (equivalentes a US $7,705.28 en 2018) y el auto era conducido a diario por el Señor Cade. Después de que los Cade se mudaran a un suburbio de Boston, Margaret Cade condujo el automóvil hasta Iowa, para visitar a su hija en la escuela, y en otras ocasiones, ella y algunos de sus amigos solían ir en el Duesenberg a la ciudad durante un fin de semana. Al menos uno de los viajes de la Señora Cade en el Duesenberg terminó en un pequeño desastre, como cuando el carro se prendió fuego luego de haberle puesto combustible y es por eso que el cuero estaba tan deteriorado, “no fue nada grave y ni siquiera fue necesario llamar a los bomberos”, dijo la Señora Cade
Fotografía tomada por la familia Cade, muestra el aspecto del carro cuando lo compraron el Duesenberg J, en 1941 |
Viviendo en un suburbio de Boston y siendo el Sr. Cade, un ingeniero, finalmente se hizo cargo del Duesenberg y decidió probar el viejo ‘Doosie’ en la pista de Watkins Glen International en Watkins Glen, Nueva York. El Sr, Cade quitó la pintura negra de la carrocería de aluminio, quitó los guardabarros y la parte superior, y pintó el número 10 en el costado del automóvil y aunque el automóvil no parecía en absoluto un automóvil de carreras, sin embargo, se ubicó en el lugar 28 en la carrera anual en Watkins Glen, del año 1949. "Corrió solo un par de carreras", relató Shappy. "No hubo desgaste en el automóvil ".... “Su tiempo había pasado y no podía competir”
Aquí el viejo ‘Doosie’ conducido por Phil Kades en en la carrera anual en el Watkins Glen, del año 1949 |
Aparentemente decepcionado con la incapacidad del viejo Modelo J-505 para mantenerse al día con los otros autos más pequeños y rápidos, Cade compró un Maserati poco después y corrió varios circuitos. Pero él no había terminado con el Duesenberg, le volvió a instalar la parte superior, con capota y todo, además de los guardabarros, también le puso ‘bumpers’ de Packard en la parte delantera y trasera del Duesenberg para empujar su Maserati alrededor de los pits. También agregó un enganche de remolque para que el Duesenberg se pudiera usar para llevar su nuevo auto deportivo a la pista de carreras. Los deberes de vehículo de maniobras en las pistas solo duraron un año, luego de eso el Duesenberg se estacionó. Pasado más de medio siglo, y después de una breve inspección al viejo Doosie, Dick Shappy y la Señora Cade habían llegado a un acuerdo financiero y el automóvil estaba listo para ver la luz por primera vez en más de 50 años.
1934 Duesenberg Modelo J-505 Convertible Sedan, carrozado por Derham In Progress, luego de 52 años guardado |
Fotografías del Duesenberg J-505, listo a entrar en el transporte que lo llevaría a su nueva vida en Rhode Island |
Esta fotografía muestra el Duesenberg J-505, ya en la propiedad de Dick Shappy |
Aspecto del carro después de que se lavó y el cromo original fue pulido |
Shappy trabajó rápidamente para que el Duesenberg estuviera listo para conducirlo el verano de 2005. Se centró en preservar el mayor número de partes originales como le fue posible de J505 de 1934. "Traté de mantenerlo tan original como pude", dijo durante una entrevista en su casa en Rohde Island. "Lo que es tan importante acerca de este automóvil es que permaneció intacto durante tanto tiempo y sin ser molestado". Reemplazó los bumpers de Packard con unidades originales de Duesenberg compradas a su amigo Randy Ema y reconstruyó el motor con la ayuda de Brian Joseph y Sean Brayton, mecánicos de confianza de Shappy. El auto también fue entregado a un taller especializado en restauración para que le hicieran el trabajo de pintura. Los neumáticos antiguos también fueron reemplazados y montados en sus propios rines restaurados, el resto del automóvil permanecerá en su condición original, incluida la mayor parte del cromo, la cual se trató pero no se restauró. Cuando los buscadores de Duesenberg se enteraron que Shappy se había hecho al carro, recibió más de 10 ofertas, pero un Duesenberg, difícilmente se vende.
Dick Shappy y Randy Ema, posan junto al Duesenberg J-505, modelo 1934 |
Aspecto actual del Duesenberg J-505, modelo 1934, luego de haber sido restaurado |
Pintura del del Duesenberg J-505, modelo 1934, de Dick Shappy por el artista croata M Horvatinovic |
Dick Shappy, con el trofeo de”Best of Show” en el Fairfield County HCCA antique Automobile Show (2007) |
En este link, podrá observar las 117 fotografías del proceso de restauración realizado por Dick Shappy: http://www.classiccars.ws/projects/1934duesconvsedan/index.html