Cinco americanos de los 50's que quisiera conducir hoy

Por: Francisco Mejía-Azcárate
Siempre he sentido una gran curiosidad por la historia industrial de la década de 1950, posiblemente porque fue la década en que nací, o posiblemente porque fue un periodo en el que la industrialización y la tecnología realmente irrumpieron en nuestros hogares con cientos de materiales y productos destinados a hacernos la vida más fácil. Era una época en la cual ser buena persona iba de la mano con ser honorable y respetuoso por lo que habían muchas ‘Damas’ y muchos ‘Caballeros’, y una época en la cual la vida parecía definitivamente mucho más sencilla y se vivía a un ritmo más lento.

Foto: Universal City Studios California – 1956

En lo que respecta a los automóviles, a pesar de no existir todos estos dispositivos de alta tecnología, estos eran de producción meticulosa, pues era común cambiar de modelo cada año. Los vehículos de la década de 1950 tenían más de un toque romántico y estaban pensados para que fueran obras de arte rodantes con un glamour excepcional, y aunque su desempeño no era ni siquiera cercano al de los autos actuales, aún evocan reminiscencias de una época muy especial. El gruñido y retumbar del motor daban cuenta de una máquina que había que conducir con los cinco sentidos porque aparte de las plumillas y luces direccionales no tenían muchos más tipos de asistencia tecnológica adicional. Sus interiores tenían elaborados tableros de mando que en ocasiones parecían sacados de un avión de combate, y sus habitáculos aportaban un inocente toque romántico con cueros, vinilos y elaboradas y resistentes telas y alfombras de nuevos materiales como como Nylon y Poliéster. Con sus parabrisas curvos azulados o verdosos que remataban magistralmente esas suaves líneas de sus redondeadas y alargadas carrocerías fueron los responsables de llevarnos de una era a la siguiente. Estos autos fueron tan cautivadores que todavía atrapan a las personas de la misma manera que lo hicieron entonces.

Corría el año 1953, y en los Estados Unidos el Presidente Dwight Eisenhower, apenas cumplía su primer año ejerciendo, mientras que el dictador ruso Joseph Vissarionovich Stalin, que había gobernado la Unión Soviética con mano de hierro por tres décadas, moría de una apoplejía en el mes Marzo. El 27 de julio de 1953, el ejército aliado finalmente se liberaba del peso de la guerra de Corea, lo que hizo salir a todos los ciudadanos de los países involucrados a las calles a celebrar, incluidos los colombianos. La economía estadounidense empezaba a tomar un ritmo estupendo, y la gente estaba feliz. Era el momento adecuado para celebrar el aniversario número 50, introduciendo el nuevo Buick Skylark. Un automóvil cuyo ADN tuvo sus raíces en el Buick Roadmaster.

1953 Buick Roadmaster Skylark, propiedad de Don Herman Gutiérrez Maya

El Buick Roadmaster Skylark del año modelo 1953, fue un extraordinario automóvil creado para el aniversario número 50 de la marca Buick. Era más un nivel de equipamiento superior para el Roadmaster, que terminó evolucionando a un modelo diferente que duraría hasta 1988. El Buick Skylark se adelantó a su tiempo. No solo se veía fantástico, sino que presentaba elementos claves que lo convertían en una dicha de conducir. Este automóvil lucía uno de los motores más nuevos y más grandes de su época: Un V-8 de 322 pulg³ (5.3L), que generaba 200 HP, y estaba acoplado a una transmisión automática de 3 velocidades, siendo esa la única opción para el tren motriz, se fabricó sobre un nuevo chasis, que había sido diseñado para el Buick Century.

La forma grande y redondeada del Skylark era casi la misma que la del Roadmaster Convertible, sin embargo, existían algunas diferencias. El bisel cromado lateral y la gran "boca" cromada en el frente eran diferentes en la versión Skylark. También era más bajo que el Roadmaster, con un corte en las puertas que permitía al conductor una posición cómoda para apoyar el codo y no tenía los cuatro agujeros característicos del Roadmaster en guardabarros. Como opción adicional se podía ordenar con la rueda de repuesto montada fuera del automóvil, detrás del maletero, bajo una cubierta especial. En el interior, el Skylark presentaba casi todas las características ofrecidas por el Roadmaster, excepto la unidad de aire acondicionado, que en ese momento se consideró innecesaria. Las ventanas eléctricas, el estéreo con antena eléctrica y el interior de dos tonos formaban parte del modelo exclusivo. Su precio de venta de US$ 5.061, fue mucho más caro que un Roadmaster full equipo, y solo se fabricaron 1.690 unidades, una de las cuales se encuentra en Medellín, y en su momento fue importado por Don Henry Duperly, industrial fotográfico, y en la actualidad es propiedad de Don Herman Gutiérrez Maya, uno de los coleccionistas y comerciantes de autos de colección, más destacados de Colombia.



Fotografías que ilustran el interior, el motor y la parte posterior del Buick Roadmaster Skylark de 1953

1955 Imperial Newport: Wikipedia es muy generosa en información sobre este vehículo y nos cuenta que ‘Imperial’ fue la marca de automóviles de lujo del conglomerado ‘Chrysler Corporation’ desde 1955 hasta 1975, y nuevamente desde 1981 hasta 1983. El nombre Imperial se había utilizado desde 1926, como modelo de lujo de Chrysler, presentándose en su momento como Chrysler Imperial. En 1955, Imperial se convirtió en un producto de la nueva División ‘Imperial’ de Chrysler Corporation, lo que significaba que este nuevo modelo sería una marca y una división en sí mismo, y no llevaría el nombre de Chrysler, y la intención no era otra diferente a hacer un ejercicio similar al de sus rivales de patio y así tener un automóvil que pudiese competir directamente con sus rivales Ford y GM, cuyos modelos de lujo Lincoln y Cadillac, son divisiones y marcas independientes.



1955 Imperial (By Chrysler)

Con un precio de venta estratosférico de US$ 15.075, los autos Imperial traían un motor ‘Fire-Power’ V-8 de 331 pulg³ (5.4L) HEMI (de cabeza hemisférica) de primera generación. El novedoso motor HEMI, entregaba unos 250 HP, lo que hacía que la planta motriz de este Imperial lo convirtiera en un vehículo de lujo de excelente desempeño en aquellos días. Imperial vería estilos de carrocería nuevos o ligeramente modificados introducidos cada dos o tres años, todos con motores V-8 y transmisiones automáticas "PowerFlite" de Chrysler, así como tecnologías que se filtrarían a los otros modelos de Chrysler Corporation. Una opción importante en el Imperial de los años 1955 y 1956, era el aire acondicionado, a un costo de US$ 535, una cifra enorme en aquellos días.

1955 Imperial Newport Convertible


El diseño del Imperial de 1955, vino de la mente de Virgil Exner, ese diseñador genial que influiría también en el diseño automotriz de las potras cuatro divisiones de Chrysler, y motivaría a la competencia a seguir algunas de sus tendencias entre 1955 y 1963. La producción del Imperial ascendió a 11.430 unidades, más del doble de la cifra de 1954, pero muy por debajo de Lincoln y Cadillac.

No me cabe duda que el modelo del Imperial de 1955, e inclusive el de 1956, están inspirados en los estupendos autos de exhibición creados por Exner en 1952, y denominados “Chrysler Imperial Parade Phaeton” (que luego se actualizaron para coincidir con los Imperial de 1955 y 1956). El frente del Imperial tenía una persiana o rejilla dividida en forma de panal de huevos con espacios amplios, y tenía luces traseras independientes tipo "mira de pistola" montadas sobre los cuartos traseros, que eran similares a las del prototipo Chrysler K-310, creado en 1951 por Exner. La plataforma (chasis) y la carrocería eran compartidas con los modelos más grandes de Chrysler de ese año, pero al Imperial se le añadieron 4 pulgadas (101.6 mm) a la distancia entre ejes, proporcionándole mayor espacio para las piernas en el asiento trasero.

Fotografías que ilustran el interior y el motor del Imperial Newport Coupé de 1955

1956 Chevrolet Bel-Air Sport Coupé (265 V-8 Súper Turbo-Fire): Este es quizás el menos aristocrático de todos en esta lista, pero es que en realidad me encanta. Este modelo constituyó el punto intermedio entre el estilo simple del Bel-Air de 1955 y las líneas más extravagantes del magnífico Bel-Air de 1957 que todos prefieren. Ahora, la parrilla se extendía completamente a todo lo ancho, los guardabarros delanteros y traseros habían sido ligeramente rediseñados, además se escondió la tapa de la gasolina detrás de la luz trasera izquierda. Adicionalmente, se equipó con luces de estacionamiento rectangulares más grandes y las molduras (biseles) laterales tenían mayor envergadura al ser más amplias. Fueron solo algunos sutiles y muy bien determinados cambios los que diferenciaron al Chevrolet Bel-Air de 1956 y 1955. El bumper delantero cromado vino con diseños más artísticos y ‘los párpados’ de los faros delanteros sobresalían un poco más hacia adelante.

1956 Chevrolet Bel Air Sport Coupé 265 V-8 Súper Turbo-Fire

Este era apenas el segundo año de un modelo que había conquistado por asalto a los Estados Unidos; no lo vieron venir y cuando llegó el público estadounidense respondió encantado. Además de los toques sutiles dados a sus líneas mejorando aún más su ya encantadora apariencia, el rendimiento también recibió un toque tecnológico, cuando presentaron el nuevo motor V-8 “Super Turbo Fire”, disponible a un costo adicional en cualquier Chevrolet del año modelo 1956. Este nuevo "Super Turbo Fire" era el mismo motor V-8 de 265 pulg³, existente con un kit especial "Power Pack" que constaba de un colector de admisión especial, árbol de levas de elevación superior, escapes dobles, un carburador de cuatro bocas y una relación de compresión de 8.0: 1.

Fotografía lateral: 1956 Chevrolet Bel Air Sport Coupé

Así al final del año de producción de este modelo, cuatro diferentes motores V-8 estarían disponibles. El motor base V-8 de 265 pulg³, que producía 162 HP @ 4.200 rpm con un carburador de 2 bocas y una transmisión de tres velocidades, o 170 HP @ 4.400 rpm, si era equipado con una transmisión automática ‘Power Glide’ La adición de un carburador de 4 bocas llevaba la potencia a 205 HP, @ 4.600 rpm y este es el motor mencionado anteriormente como el nuevo "Super Turbo Fire". En 1956, si deseabas aún más potencia de un V-8 de 265 pulg³, se agregaban dos carburadores de 4 bocas, aumentando la potencia a 225 HP @ 5.200 rpm. Otras mejoras en el V-8 de 265 pulg³, para el año modelo 1956, incluían un estrangulador automático revisado para un calentamiento más rápido en días fríos, bujías más calientes y un mejor embrague.

1956 Chevrolet Bel Air Sport Coupé 265 V-8 Súper Turbo-Fire


Chevrolet produjo 1.574.740 automóviles en el año modelo 1956, de los cuales 128.382 correspondieron al estilo de carrocería 1037D (Bel-Air / 2 door Hardtop Sport Coupé) y 41.268 al estilo de carrocería 1067D (Bel-Air / Convertible Coupé). El automóvil de 3.320 libras se podía adquirir por US$ 2.443 con el motor V-8 básico, sin embargo, si se le cargaban todas las opciones y accesorios de fábrica, el costo no superaba los US$ 3.000.

Vista posterior: 1956 Chevrolet Bel-Air Sport Coupé

Continental Mark II (1956-1957): El nombre Continental fue revivido en 1955, como una División separada de Ford, con un único modelo, el Mark II, el cual volvió al mercado en 1956, para crear un segmento "top" y competir con el Cadillac Eldorado. Este precioso y sobrio automóvil fue diseñado por John Reinhart, y Gordon Buehrig.

1956 Continental Mark II


El Mark II, cuyo ensamblaje a mano y precio superior a los US$10.000 (actualmente serían unos US$ 70.000 considerando la inflación), el mismo precio que un Rolls-Royce del mismo año. Continental seducía a exclusivísimos clientes, incluso a clientes fieles al Rolls-Royce, para que acudieran a la fábrica a elegir el tono de pintura y el tipo de equipamiento. El Continental Mark II fue el renacimiento del concepto ‘Personal Luxury Car’. Tenía un costo tan alto por los estándares de calidad, que la marca siempre se quejó de perder cientos de dólares en cada ejemplar vendido; lo mismo le pasaba a General Motors, con el Cadillac Eldorado Brougham, de cuatro puertas. Vehículos como estos eran constructores de imagen para las compañías, así como campos para pruebas y desarrollos de nuevas tecnologías, pero realmente nunca fueron un buen negocio. Y es que en aquel entonces el nicho de los súper-lujosos ya no tenía la misma fuerza que antes de la 2da Guerra Mundial. 

1956 Continental Mark II

El Mark II lanzó una característica muy imitada por otros automóviles estadounidenses de lujo: la rueda de repuesto oculta por una moldura en la tapa del maletero llamada por sus detractores "la tapa del tarro de basura". Este modelo de carrocería fue producido por la división Continental, desde abril de 1955 hasta julio de 1957, por la marca Lincoln. Fue un carro emblemático usado por personajes icónicos como Elizabeth Taylor, Frank Sinatra, Elvis Presley, Nelson Rockefeller y Henry Kissinger.

UNA OBRA MAESTRA

1957 Continental Mark II


El Mark II tiene una distancia entre ejes, mayor a tres metros y mide casi cinco metros y medio de largo. Además no era liviano, su enorme chasis y completo equipamiento que incluía aire acondicionado, asientos y vidrios eléctricos, le hacían alcanzar las dos y media toneladas de peso. La mecánica, puesta a punto por Harley Copp, cuenta con una suspensión que no era nada del otro mundo, pero funciona muy bien, (los detractores la consideran muy por debajo de las famosas suspensiones de Cadillac y Buick). Adelante se le montó la entonces típica configuración de brazos en A, aunque un detalle de alta ingeniería consistió en el uso de amortiguadores que adaptaban su dureza de forma automática según la velocidad. Atrás era más rudimentaria: consistía en un enorme eje rígido con muelles semi-elípticos y amortiguadores hidráulicos.

1957 Continental Mark II (interior)

Si todo esto parecía de alguna forma obsoleto, ocurría lo contrario con su diseño exterior. A simple vista, su larga bodega, stops bajos, acentuados por el contorno de la llanta de repuesto, lo hacían lucir elegante. No era para menos, el diseño fue obra de John Reinhart (quién trabajó en la Packard), William Clay Ford (el nieto de Henry Ford) y Gordon Buehrig (diseñador del Cord 810), quienes decidieron decirle adiós a las grandes colas que popularizaron los Cadillac, al mismo tiempo que minimizaron el uso del cromo simplemente para resaltar y no "atascar". Para moverlo se tuvo que recurrir a un motor V-8 con bloque de hierro fundido de 6.0L (368.6 pulg³) de desplazamiento y un carburador de 4 bocas y 265 HP, el mismo que, con unas pequeñas modificaciones al año siguiente tuvo 300 HP para poder sobreponerse a los Chrysler 300. Una caja automática Turbo-Drive de 3 velocidades era la única transmisión disponible.

Entre las nuevas características del bajo y elegante Mark II, se encontraba un chasis que se hundía entre las ruedas y permitía un centro de gravedad bajo para un mejor manejo y asientos cómodos a la altura de una silla sin la necesidad de una línea de techo alta. Incluso los bumpers del Mark II eran elegantes y las luces traseras estaban perfectamente insertadas. De hecho, el estilo del Mark II se adelantó varios años a su tiempo. El Eldorado Brougham, con su uso intensivo de cromo, de aletas e incluso un techo de acero inoxidable cepillado, estaba mucho más a tono con la década de 1950, que este modelo del Continental Mark II.

Continental MarK II Convertible – Uno de los tres prototipos que se fabricaron como ‘Show Cars’


El Continental Mark II, existió únicamente en versión Coupé Hard Top, pero se construyeron tres unidades convertibles a finales de 1956, que fungían como ‘show cars’ los cuales posteriormente quedaron en manos privadas, aunque en la actualidad solo se tiene conocimiento de la existencia de dos, pues uno de ellos no aparece, registrado en ningún club, y nadie sabe qué pudo haberle sucedido. El Convertible Hard Top, por su parte, pasó a ser el Skyliner de 1957. El total de ejemplares fabricados fue de 3.013, incluidos los tres convertibles mencionados antes. La historia nos cuenta que en 1956 se produjeron 2.569 y en 1957 únicamente 444 unidades. Para 1958 la División Continental, cambió el modelo, y en 1959 desapareció como una División independiente, y la División Continental fue absorbida por Lincoln-Mercury, pero cambiaron el rumbo, construyéndolos ya no de forma artesanal, ni con la misma meticulosidad con que habían construido estos monumentos rodantes de los años modelo 1956 y 1957, pues los en los negocios hay que ganar dinero.

Cuando se descontinuó el Mark II, sus lujosas oficinas ejecutivas fueron asumidas por otra nueva división de Ford Motor, que Ford estaba seguro de que produciría un auto nuevo ganador. El auto se llamaba Edsel, y fue un rotundo y sonado fracaso.

1957/1958 Cadillac Eldorado Brougham: Comenzó su vida como un ‘prototipo experimental’ en el ‘GM Motorama’, realizado el 26 de enero 1954, en el elegante Hotel Waldorf Astoria, en la ciudad de Nueva York. Para entonces se denominó ‘Cadillac Park Avenue’.

1954 Cadillac Park Avenue Concept Car

Definitivamente el Cadillac más prestigioso producido desde aquel Cadilac V-16, de 1940. El impresionante Cadillac Eldorado Brougham de 1957/1958, es posiblemente el automóvil más lujoso que jamás haya construido un fabricante de automóviles. Fue, por mucho, el automóvil estadounidense de mayor precio y se produjo en cantidades limitadas para demostrar que la marca Cadillac era la soberana de los automóviles de lujo en el mundo, y a pesar de haber pasado más de seis décadas de su creación sigue siendo hermoso, y deseable.

1957 Cadillac Eldorado Brougham

Este sedán Eldorado Brougham, fue en realidad un techo rígido de cuatro puertas sin pilares (parales) centrales, cuyas puertas traseras estaban encontradas (suicidas), y lo más relevante fue quizás su precio, pues costaba la astronómica suma de US$ 13.074, más o menos lo que costaba una casa de clase media en un buen vecindario, sin embargo, si lo comparamos con el precio de los otros automóviles podemos ver que en 1957, un Cadillac sedán normal costaba US$ 4.781 y un Chevrolet sedán del año se podía conseguir por apenas US$ 2.048.

Solo la gente más adinerada y las estrellas de cine podían permitirse el lujo de adquirir un Eldorado Brougham, sin embargo, este automóvil le dio a Cadillac una gran publicidad y mejoró su reputación de ingeniería avanzada, además de atraer a los posibles compradores de los Cadillac normales a las salas de exhibición. También le dio a los futuros autos Cadillac con el nombre de Eldorado una reputación de estilo único e ingeniería de vanguardia.

Fotografía lateral del 1957 Cadillac Eldorado Brougham

El Eldorado Brougham del año modelo 1958, tenía el mismo precio de lista que su predecesor, y se podía diferenciar del modelo de 1957, porque sus copas o tapacubos, no provenían del ‘GM Le Sabre Concept’ de 1951, eran más elaboradas. Ambos tenían neumáticos premium de alto rendimiento de óvalo ancho con paredes blancas de banda estrecha.

Fotografía posterior de 1958 Cadillac Eldorado Brougham


Este Eldorado Brougham poseía características más exclusivas que cualquier otro auto de lujo. Llevaba todos los dispositivos imaginables y según los informes la opulenta División Cadillac perdía cerca de US$ 10.000 por cada Eldorado Brougham fabricado. Sabiendo que nunca sería rentable, fijaron sus intereses en la reputación y el buen nombre de la marca. Al final, este intrincado ejercicio financiero de perder para ganar fue muy rentable. Solo 400 unidades del Eldorado Brougham se fabricaron en 1957 y apenas 304 se fabricaron en 1958, para un total de 704 unidades, 2.309 unidades por debajo de los 3.013 Continental Mark II, de producción limitada, de los años modelo 1956/1957 que la Ford Motor Co., puso en el mercado, también perdiendo un montón de dinero en cada unidad fabricada.

Fotografía aérea del 1958 Cadillac Eldorado Brougham (Foto: GM Classics)

Para estar en contexto con esta historia es pertinente afirmar que el Eldorado Brougham de 1957/1958 fue la respuesta directa de GM al Continental Mark II, coupé de techo rígido bellamente diseñado, por John Reinhart y Gordon Buehrig, bajo supervisión de William Clay Ford. El Continental, con un estilo impecable, fue fabricado por una nueva división especial de Ford Motor y era el automóvil más costoso de los Estados Unidos, con un precio que oscilaba entre US$ 9.695 y US$ 9.966, hasta que llegó el Eldorado Brougham. Aunque se hayan producido y comercializado menos unidades, más estadounidenses se identificaron con el Eldorado Brougham, que con el bello y discreto Continental Mark II, porque la década de 1950, fue quizás la década automotriz más extravagante que se haya vivido.

Hermosa fotografía del 1958 Cadillac Eldorado Brougham (Foto: GM Classics)

Para los años modelo 1959 y 1960, Cadillac entregó la producción de Eldorado Brougham a la carrocera italiana Pininfarina quien fabricó estos sedanes de lujo a mano. Apenas se construyeron 99 unidades en 1959 y solo 101 en 1960, lo que las hace muy raras en la actualidad, sin embargo, aparte del glamour del carrocero, para muchos esos Cadillac Brougham, eran muy parecidos autos Cadillac carrozados por Fischer en los Estados Unidos.

El Eldorado Brougham realmente se destacó por su techo de acero inoxidable cepillado, puertas únicas de apertura central que se cerraban automáticamente cuando se ponía en marcha el automóvil, cuatro faros (que todavía eran ilegales en algunos estados), "faldones" masivos de acero inoxidable que cubrían la parte inferior

trasera de los guardabarros, exquisitas luces traseras con aletas de bella forma y una altura mucho más baja, como consecuencia del nuevo chasis tubular tipo X más rígido de Cadillac.

El opulento interior era exagerado. Había aire acondicionado y todas las opciones eléctricas habituales, incluido un asiento del conductor eléctrico de seis posiciones con una memoria de "posición favorita" que se movía automáticamente para facilitar la entrada y salida. También había cerraduras eléctricas en las puertas y sistemas de calefacción del compartimento delantero / trasero con ventiladores debajo del asiento. Un control en el tablero subía y bajaba la tapa del maletero eléctricamente. Además, había un atenuador automático de luces delanteras y viseras solares polarizadas que se volvían más oscuras cuando se inclinaban.

Interior del 1958 Cadillac Eldorado Brougham (Foto: GM-Classics.com)


La guantera contenía un estante plegable con espejo, un juego de vasos de plata magnetizados (que en la actualidad pueden costar un par de miles de dólares si es que puedes encontrarlos), una pitillera, un dispensador de Kleenex®, un lápiz labial único y compacto para mujeres, y colonia Arpege en un atomizador especial. Había reposabrazos centrales delanteros / traseros, y el trasero tenía un compartimento de almacenamiento con bloc de notas, lápiz, espejo y un atomizador de perfume con Arpege, Extrait de Lanvin.

Se podía elegir entre 15 colores exteriores especiales, además de 45 opciones de colores y adornos estándar y dos de pedido especial. Se ofrecieron alfombras de pelo largo procedente de ovejas Karakul, o también de piel de cordero. Como si todo eso no fuera suficiente, el Eldorado Brougham fue el primer automóvil de producción del mundo en tener un sistema de suspensión neumática para una conducción más suave y un manejo superior. El sistema utilizó cuatro cúpulas de resorte neumático de goma que reemplazaron a los resortes convencionales en cada rueda. Las cámaras de aire eran alimentadas por un motor y reguladas por niveladores para mantener una altura constante de la carrocería, independientemente de la condición de carga.

Motor V-8 de 6.0L (365 pulg³) del 1958 Cadillac Eldorado Brougham (Foto: GM-Classics.com)

El potente motor V-8 del Eldorado Brougham arrancaba automáticamente con el encendido y la palanca de cambios podía estar en Parking o Neutral. Aunque pesaba 2.4 Ton (5.315 libras), y a pesar de ser un automóvil de lujo tenía un extraordinario desempeño. El modelo de 1957 tenía un motor V-8 suave como la seda de 6.0L (365 pulg³) con dos carburadores de cuatro bocas que generaban 325 HP. El mismo pesado V-8 en el modelo de 1958 tenía tres carburadores de dos bocas para 335 HP. La potencia se transmitía a través de una transmisión automática Hydra-Matic de cuatro velocidades.


No es de extrañar que el Eldorado Brougham de 1957-58 sea el Cadillac coleccionable más deseable después de la 2da Guerra Mundial. De acuerdo a la tabla de valorización de ‘Cars of Particular Interest’, en el año 2020 estos autos se cotizan alrededor de los siguientes valores, aunque en subasta cualquier cosa puede pasar:

#1 Concours: US$ 199.300 // #2 Excellent: US$ 118.400 // #3 Good: US$ 77.600 // #4 Fair: <US$ 40.000