Por: Francisco Mejía-Azcárate
Bruce Meyer es conocido en todos los círculos automovilísticos como uno de los coleccionistas de automóviles más exigentes del planeta. Sin embargo, el inversionista inmobiliario con sede en California no se considera un coleccionista. "Soy un entusiasta de los automóviles", dice el Señor Meyer, además manifiesta que definitivamente "hay una diferencia". La historia nos cuenta que Bruce Meyer, ha estado coleccionando automóviles desde 1964, y siendo como es, no solo busca lo mejor de lo mejor de algunos clásicos absolutos, sino que además busca automóviles importantes, como autos con historia deportiva, o que en su momento hayan pertenecido a las icónicas leyendas de Hollywood.
Bruce Meyer, quien no aparenta sus 77 años de edad posa junto a su bello Ferrari 625/250 Testa Rossa, modelo 1957 |
Meyer, quien fuera el fundador, presidente por muchos años, y principal benefactor, del “Petersen Automotive Museum”, en Los Angeles, define a un coleccionista como alguien que trata de acumular vehículos de acuerdo a su visión del hobby. "Yo no hago eso", explica Meyer. "El único factor común en mi colección es que cada uno de los vehículos en ella está ahí porque representan algo especial para mí”.
Aquí conduciendo por una carretera californiana, su Ferrari 625/250 TRC Testa Rossa, modelo 1957 |
Este campeón del hobby, es por lejos más entusiasta que cualquier otro coleccionista de automóviles que yo haya estudiado, cuando se trata de compartir sus vehículos y su pasión. Este rico empresario de Beverly Hills, es un artesano desde su adolescencia y continuamente perfecciona su exquisita colección, la cual incluye casi todo lo que despierta su interés. Su garaje sirve como una galería y combina el refinamiento de un museo con la funcionalidad de una oficina de trabajo, una oficina que está equipada con automóviles extraordinarios.
Para entender ese gusto por los vehículos a motor, primero tenemos que encontrar donde los tiene. Aunque la colección de Bruce Meyer está esparcida en varios lugares por toda California, incluida su casa de Los Ángeles, así como dentro del “Petersen Automotive Museum”, tiene una colección exquisita que se encuentra dentro de un garaje oculto que permanece completamente escondido en las mismas calles de Beverly Hills.
La sede de Bruce Meyer – 441 N Beverly Dr, Beverly Hills (90210), Los Ángeles, California |
Desde el exterior, nunca imaginarías que un oasis de hermosos automóviles esté escondido en el segundo piso de ese edificio común, con una muy pequeña entrada en medio de dos cafeterías. Hay lo que parece una fachada de ladrillos envejecida con una puerta de vidrio por delante y atrás puertas de acero macizo y cuando uno se acerca puede ver una pátina perfecta. Los carteros y repartidores de paquetes nunca le dan una segunda mirada. Los comensales de las cafeterías adyacentes y los turistas están absolutamente inocentes de lo que hay adentro. Aunque no encontrarás su dirección registrada en ningún lado, su nomenclatura real es 441 N Beverly Dr, Beverly Hills (90210), y está a solo unos cuantos metros de la entrada de Rodeo Drive.
Interior del garaje de Bruce Meyer, en el corazón de ‘Rodeo Drive’ en Los Ángeles |
En 1926, este edificio fue el primer estacionamiento construido en Beverly Hills. Después de la 2da Guerra Mundial, se convirtió en un almacén de zapatos, hasta 1968, cuando se limpió para servir a la primera de las empresas de Meyer que era una venta de velas por catálogo, donde zumbaban las máquinas de teletipo y los pedidos por correo, luego fue usado como un centro de llamadas y finalmente en 2010, el Señor Meyer convirtió el edificio en un garaje. Fue la manera de él mismo celebrarse su cumpleaños número 70.
Dos fotografías que ilustran el exquisito gusto de este maravilloso garaje |
El Sr. Meyer en ocasiones hace eventos con empresas afines a sus negocios o con otros amantes del hobby, pero para tener la oportunidad de asistir a este escondido garaje hay que tener una invitación especial, generada directamente por el Sr Meyer o su secretario privado. La disposición que tiene Bruce Meyer de conducir algunos de sus coleccionables en la calle, autos estos que a la postre son los mejores automóviles del mundo, significa que no hay reinas de remolque en su garaje. "Todo en mi garaje funciona y funciona bien. No importa si fue un auto de carreras con muchos circuitos encima o si es un auto restaurado. En los viejos tiempos, solía enviar un auto a los espectáculos locales de exhibición, pero en la actualidad prefiero conducirlos y además me tomo la ruta más larga para llegar".
Bruce Meyer conduciendo su Ferrari 250 GT SWB Scaglietti Berlinetta, modelo 1961 |
Su garaje es como una galería de arte, llena de ejemplos prístinos de los autos que Meyer siempre ha querido tener y que ahora tiene, incluido el primer Shelby Cobra que fuera construido; un precioso Mercedes-Benz 300 SC Cabriolet que una vez fuera propiedad del actor Clark Gable; un Ferrari 250 GT SWB Scaglietti Berlinetta, un 275 GTB/4 y un Ferrari Testa Rossa, modelo 1957.
Adicionalmente y solo por nombrar algunos, también tiene allí uno del trío de Corvettes (#2) que Briggs Cunningham ingresó en las 24 Horas de Le Mans de 1960; y el Ford Doane Spencer Roadster, modelo 1932, ganador en 1997 del Concours d'Elegance de Pebble Beach, en la categoría ‘Hot Rod Históricos’, introducida ese año. También alberga otros muchos ‘Hot Rods’ y otras rarezas de las marcas Bentley, Bugatti y Duesenberg; este elegante garaje del Señor Meyer también alberga el famoso dragster ‘Greer, Black & Prudhomme’, que ganó 230 de las 237 carreras en las que compitió.
Fotografía de 1997 cuando Bruce Meyer gana en el Concours d'Elegance de Pebble Beach la ‘Clase’ de Hot-Rods Históricos con su Ford Doane Spencer Roadster, modelo 1932 |
Los garajes de Beverly Hills están permanentemente llenos de vehículos fabulosos. Pero solo uno de ellos tiene bajo el mismo techo autos que hicieron historia en Le Mans, conjuntamente con maravillosos Hot Rods, exclusivas motocicletas, un Bentley de 1929 y una antigua lancha rápida de madera. Al igual que Jay Leno, la ex-estrella del ‘Tonight Show’, Meyer mantiene toda su colección en condición operable y no solo para rodar hasta las exhibiciones de autos en los Estados Unidos, sino también para participar en rallies en Europa.
Los Hot Rods, son los preferidos de Bruce Meyer |
Junto con docenas de motocicletas perfectamente restauradas, y colocadas muchas de ellas en vitrinas como si fueran juguetes a escala real, hay algunos otros ejemplos de autos ‘Hot Rod’, los preferidos por el Señor Meyer: Ellos componen aproximadamente una cuarta parte de su colección. Meyer, quien jugó un papel decisivo en la adición de la categoría Hot Rod al Concours d'Elegance de Pebble Beach, no teme conducir algunos de sus ‘Hot Rods’ a toda velocidad, y en 2012, a los 71 años de edad, ganó la membresía al “Bonneville 200 MPH Club” al pilotear uno de sus autos a 204 mph (328.3 km/h). El 14 de noviembre de 2012, durante la mundialmente famosa “Speed Week”, en el valle salado ‘Bonneville’, en Utah, Bruce cumplió su deseo de hacer algo que muy pocas personas han logrado, pasar la barrera de las 200 mph en un Ford ‘Hot Rod’ Roadster, modelo 1932.
Ford ‘Hot Rod’ Roadster, modelo 1932, en el que Bruce Meyer rompió la barrera de las 200 mph |
Bruce Meyer celebrando con su equipo luego de superar la barrera de las 200 mph |
Con unas cuantas apariciones y triunfos en el del Concours d'Elegance de Pebble Beach y muchas millas en varios de los rallies más serios de autos antiguos, Bruce Meyer es actualmente un personaje muy importante en este hobby de coleccionar autos, así él solo se defina como un entusiasta y no como un coleccionista.
Esta es la lancha de carreras ‘Miss Daytona’, modelo 1929, una de las lanchas antiguas más famosas de los EE.UU. |
Mercedes-Benz 300 SL ‘Gullwing’, modelo 1956 |
No hace mucho tiempo, durante una entrevista le preguntaron: ¿Tienes un auto favorito? “Tengo varios autos que valoro mucho, como el Mercedes-Benz 300 SL ‘Gullwing’, modelo 1956, porque fue el primer carro de colección que compré y aún hoy lo considero como uno de los carros mejor diseñados de todos los tiempos. Combina estilo y desempeño perfectamente”. Enseguida le preguntaron cual otro, y sin dudarlo respondió, “ese tiene que ser el Shelby Cobra. Primero que todo tiene raíces de Hot Rod, y los Hot Rods son parte de nuestra cultura automotriz. Es un género que en otras épocas, y por mucho tiempo, fue considerado ilegal. La policía los odiaba. Los padres los odiaban. Pero cuanto más estudias quiénes fueron los mejores ‘rodders’, más te das cuenta que fueron los verdaderos pioneros en nuestra industria. Ellos fueron los innovadores de nuestro tiempo. Innovadores que construyeron algunas cosas realmente geniales. Carroll Shelby era una ‘rodder’ supremo. Mi Cobra es el CSX 2001, el primero de todos los Cobra fabricados y aún tiene un desplazamiento emocionante. Es rápido, y ruidoso. Empuja cada botón para mí. En él participé del rally ‘Budapest/Praga’ y también en el ‘Colorado Grand Rally’. Lo manejo a menudo. También tiene una gran historia de carreras, ya que compitió en Europa junto a la escudería de los Cobra y los Ferrari GTO”.
AC Shelby Cobra 289 CSX 200, modelo 1962 – El primer ‘Cobra’ de la saga – Su precio es verdaderamente incalculable |
¿Cuál de sus carros tiene la historia más acogedora? “Esa es una pregunta difícil. ¿Además del Cobra? Tal vez el Bugatti Type 57 ‘Ventoux’ que acabo de traer al Museo Petersen para su exposición de Bugatti. No es el más raro de la ‘raza’ Bugatti, pero tiene una historia increíble. Este Type 57, modelo 1935 hizo parte de la portada del libro "Sleeping Beauties". Todo original. Fue atesorado por un excéntrico coleccionista europeo, sacado de un granero en Francia como abandonado en la década de 1980 y luego restaurado por el renombrado experto en restauración de Bugatti, Andre Lecoq, a principios de los años noventa”.
En el video a continuación hay una explicación detallada de los mejores vehículos de Bruce Meyer.