Plan de "renovación en la automoción cubana"

Historia de Miguel Sesé
Edición Francisco Mejía-Azcarate
La apertura de relaciones con los Estados Unidos augura cambios en la automoción cubana, pues la isla abandonará sus imponentes carros de la década de 1950 para dar paso a la modernidad... aunque ello ocurrirá lentamente. 

Vistas cotidianas en La Habana en 2015
54 cuatro años después de lo sucedido en la Bahía de Cochinos, el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, de forma simultánea con el máximo dirigente cubano, Raúl Castro, realizaron un pronunciamiento mediante el cual se abrió la compuerta que dejó atrás más de medio siglo de bloqueo y dio paso a la reconciliación lo cual, si todo sigue su curso, acabará con la apertura definitiva de la isla. Desde el 17 de diciembre de 2014 no han habido más que reuniones y rumores acerca de la velocidad con la que sucederán las cosas de ahora en adelante. Pero ¿qué es lo que cambió para que ambos países dieran semejante salto? En primer lugar, que el bloqueo carecía de sentido para los ciudadanos de ambos países, de acuerdo a lo demostrado por las encuestas de la Universidad Internacional de la Florida. Pero existen otras razones y las más evidentes son las relacionadas con el consumo, el capitalismo y el dinero y la razón es que Cuba es un lugar lo suficientemente cercano y atractivo para sectores como el turismo, que mueve las tres variables incesantemente. Las cifras no engañan. En la actualidad unos 80.000 turistas procedentes del gran país de norte, visitan la isla cada año y se cree que la cifra se puede multiplicar exponencialmente una vez se produzca la más mínima flexibilidad al respecto. El precio de los pasajes aéreos ronda los US $ 400ºº, lo que no es un impedimento mayor para la mayoría de los estadounidenses, quienes buscan cada año, por montones, las soleadas y apacibles aguas del mar Caribe, en los duros meses de invierno.

Buick Special Convertible, modelo 1956, atrás un Oldsmobile Super 88 Convertible, modelo 1952 y más atrás un Chevrolet 1960
Pero al margen del turismo, la economía y la política, existen otras preocupaciones más mundanas y locales, que afectan de forma directa la vida diaria de los cubanos, entre ellas, las comunicaciones y los transportes. Basta echar un vistazo a cualquiera de sus calles para ver, primero, que mucha gente se desplaza caminando y, segundo, que los que tienen la enorme suerte de ‘poseer' un vehículo se desplazan en reliquias andantes, modelos que fueron carísimos pero a los que ahora mismo les cuesta mantener la línea recta. ¿Qué sucederá con los carros en Cuba?

Edsel Pacer Convertible, modelo 1958
Dodge Coronet 4 puertas Sedan modelo 1955
Así como muchas otras cosas van a cambiar, algunas para ‘mejor’ y otras para ‘peor’, el tema de los carros, definitivamente va a cambiar, posiblemente va a ser algo lento, pero el cambio será inexorable. Es que las cifras de la economía de Cuba, son verdaderamente sorprendentes, por ejemplo, en el primer semestre de 2014, solo se vendieron 50 carros nuevos (y la “friolera” de 4 motos). Solo imaginemos una economía abierta, en la que los ciudadanos devenguen salarios razonables. Definitivamente en el tema de la movilidad personal va haber una ‘revolución'. Las noticias acerca de la apertura de los Estados Unidos al régimen de los hermanos Castro son alentadoras para algunos sectores como el turismo, pero para las compañías automotrices van a ser fantásticas. Se estima que en Cuba, en condiciones normales, debería haber a la fecha 2.6 millones de vehículos particulares rodando por sus calles y carreteras, sin embargo las cifras más alentadoras solo hablan de 140.000, aunque por el momento los precios exorbitantes y los bajos salarios condicionan la compra de vehículos y la renovación del parque automotor.

DeSoto Firedome dos puertas Sportsman modelo 1959
Desde el 19 de diciembre de 2013 se abolió la restricción que exigía tener un permiso gubernamental para adquirir un vehículo y desde la entrada en vigor de la medida, cualquier cubano tiene el derecho de comprar un carro, siempre y cuando disponga del dinero para hacerlo, aunque esa es precisamente la parte más difícil, porque los precios de los carros en Cuba, son posiblemente los más altos del hemisferio. Poniendo un ejemplo comparativo con Colombia y basado en la fuente de las agencias estatales en La Habana, con referencia a los precios en Colombia expuestos en el blog: www.tucarro.com este es el comparativo: 

A esto hay que sumarle que el salario promedio en la isla es de unos US$ 30ºº (sí, treinta dólares) al mes, por lo que la equivalencia es que a un cubano le cuesta comprarse un carro normal, lo que a una persona con unos ingresos que no superan los 1.000 euros al mes en España (mileurista), tendría un valor de tres millones de euros. Otro ejemplo de la desproporción es el Peugeot 508, modelo 2012, que aparece en los concesionarios de la marca francesa por encima de los 260.000 euros, es decir más que un Aston Martin o un Porsche en el Viejo Continente. (En Colombia un Peugeot 508, modelo 2012, vale en www.tucarro.com US$ 21.920ºº).

Fotografía de dos cubanos observando un lote de carros de segunda mano, en La Habana
En este punto es importante recordar que Cuba no tiene fábricas de carros, por lo que todos sin excepción deben ser importados. Hace medio siglo la situación era boyante, había muchos extranjeros que se movían con soltura por la isla en algunos de los mejores modelos de Buick, Cadillac, Ford, Chevrolet y algunos de marcado carácter ‘comunista', como los Lada y los Moskvitch.

Cadillac Fleetwood Sedán, parqueado en una calle de la municipalidad de Cienfuegos
Vista posterior del Buick Electra, modelo 1959, que sobrevive en La Habana
Los antiguos vehículos de la década de 1950 son conocidos en Cuba como los ‘Almendrones' y representan uno de los atractivos turísticos de Cuba. Hosteleros y personas dedicadas al turismo se preguntan ahora sí con la apertura hacia la progresiva modernización de su parque automotor, no se perderá cierta parte del encanto que perciben los turistas en cada uno de los rincones de las calles, cuando se dobla la esquina y hay uno o varios de los amados ‘Almendrones' rodando, como si el tiempo se hubiese detenido para siempre en enero de 1959.

Mecánico cubano metido en el compartimiento del motor de un destartalado Chevrolet Sedan Deluxe, modelo 1950
La apariencia de los talleres cubanos no dista mucho de la de cualquier taller de barrio en Latinoamérica
A pesar de las buenas calles y avenidas que el turista logra ver en La Habana, existe otro factor importante y ese corresponde a las carreteras entre las ciudades, cuyo mantenimiento ha sido escaso durante los más de 11 lustros de la revolución permaneciendo inalteradas desde 1959, año de la revolución, aunque con el evidente desgaste del paso de los años.


Estas dos fotografías son una muestra palpable del museo ambulante que es La Habana
El tiempo será el que determine qué pasará con los ‘Almendrones', orgulloso recuerdo de más de medio siglo que hacen de Cuba el museo ambulante más grande del mundo. Son vehículos con más de medio siglo en sus entrañas, que han soportado el paso del tiempo. Algunos marchan impolutos mientras que otros son poco más que ruinas que apenas logran arrancar. Los talleres buscan piezas ansiosamente y el corazón de muchas de estas reliquias en poco se parece a los potentes motores pretéritos con los que salieron de las fábricas que los construyeron. 

No es inusual encontrarse automóviles varados, en esta imagen el turno le correspondió a un Buick Century, modelo 1956
En esta fotografía un bellísimo Chevrolet Bel Air 4-door Sedan, modelo 1956