Los ocho mejores “musculosos” de los ochentas en EE.UU.

Investigación y edición Francisco Mejía Azcárate
Indiscutiblemente las décadas de 1960 y 1970 fueron épocas doradas para los autos musculosos en los Estados Unidos. Algunos de los automóviles más coleccionables que se pueden encontrar hoy en día provienen de esas décadas. Sin embargo, en este artículo vamos a hablar de los autos que los sucedieron en la década de 1980, la cual se inició atestada de regulaciones ambientales e inundada de autitos provenientes de Japón. Al tratar de seguir los pasos de algunos de los mejores carros imaginables fabricados en las dos últimas décadas, la década de 1980 fue casi que un fracaso en el área de los autos musculosos. Aunque la eficiencia, el desempeño y la entrega llegaron a nuevas dimensiones, gracias a la introducción de coupés deportivos japoneses como el Toyota Supra y el Mazda RX-7, muy pocos “musculosos”, de las tres grandes de Detroit podían equiparárseles, sin embargo si los hubo y muy buenos aunque, ahora casi todos han sido olvidados y muy pocos sobrevivieron al paso de los años.

8. Pontiac Grand Prix 2 + 2 modelo 1986
Vista frontal y lateral del Pontiac Grand Prix 2 + 2, modelo 1986
Para 1980 el Pontiac Grand Prix estaba relativamente desgastado en el segmento de los autos musculosos. Su bienvenida no sorprendió a nadie, era un vehículo de cuarta generación y era evidente que Pontiac estaba empezando a desviarse de su ruta, sin embargo, en 1986, el casi olvidado Grand Prix llegó a los concesionarios con algo especial, lo llamaron el 2 + 2. Al igual que su pariente el Monte Carlo SS Aerocoupe, de Chevrolet, estos dos primos eran una versión más “endiablada” y más musculosa que el coupé estándar de ambas casas. Y su carrocería recibió la homologación aerodinámica de los vehículos que competían en NASCAR.

Vista posterior y lateral del Pontiac Grand Prix 2 + 2, modelo 1986
Venían de fábrica pintados en dos tonos, color plateado en la parte superior y gris oscuro en la parte inferior, con calcomanías 2 + 2 y unas rayas bajas en dos tonos de rojo. El diseño abultado de su carrocería le ganó el apodo de “ballena”. Eran muy distintivos sus rines de acero Rally II de 15”x 7”. Dado el gran tamaño del vidrio trasero que era fijo, la abertura de la tapa del maletero era dramáticamente corta.

Interior del Pontiac Grand Prix 2 + 2, modelo 1986
Debajo del capó guardaba un motor V-8 de 5 Litros y un gran carburador de 4 bocas. La transmisión era automática de 4 cambios. Vino en una edición limitada y solo se fabricaron 1.225 unidades, las cuales literalmente volaron de los concesionarios en 1986, antes de que el modelo fuera descontinuado en 1987.

Motor del Pontiac Grand Prix 2 + 2, modelo 1986
7. Dodge Shelby Dakota modelo 1989
No fueron sólo carros los que lograron ingresar al juego de los autos musculosos en la década de 1980. Esta camioneta, hasta entonces conocida simplemente como Dodge Dakota, con su corta distancia entre ejes, parecía el candidato perfecto para pasar por el quirófano del famoso Carroll Shelby.

Dodge Shelby Dakota, modelo 1989
Aunque ridículamente mansa para los estándares de hoy en día, la camioneta Dakota Shelby era una de las más deportivas y musculosas en ese momento. Fue la pionera del segmento de las camionetas musculosas, porque la apabullante “Chevrolet 454 SS”, solo saldría en 1990, la poderosa “GMC Syclone” turbo-alimentada llegaría al mercado tres años después y la “Ford Lightning”, tardaría otros cuatro años. Estas camionetas solo se fabricarían en colores rojo o blanco.

Dodge Shelby Dakota, modelo 1989
Dodge Shelby Dakota, modelo 1989
El motor V-6 de 3.9 Litros fue abandonado y en su lugar le fue instalado un enorme motor Chrysler V-8 de 5.2 Litros. A pesar de que parecía una tarea fácil, no resultó así, pues el compartimiento del motor de la primera generación de Dakota nunca fue diseñado para cualquier cosa más grande que un V-6 y algunas modificaciones significativas fueron necesarias para poder instalar el enorme V-8. Entre las más notables fue la sustitución del ventilador accionado por el motor, por un ventilador eléctrico para lograr unos cuantos centímetros más de espacio y permitir que se pudiera cerrar el capó. Al gran V-8 le fue acoplada una transmisión TorqueFlite A500, automática de 4 cambios, fabricada por Chrysler y la potencia se llevó hasta unos modestos 175 HP y 270 lb-pie de torque. La influencia de la Dakota Shelby permeó toda la línea de Dakota en los años venideros. Una camioneta Dakota con un frontal extendido debutó en el modelo de 1991, permitiendo espacio suficiente para un poderoso V-8 de 5.2 Litros, como opción de fábrica en los modelos convencionales. El modelo de segunda generación, que debutó en 1997, ofreció para 1998 un nivel de acabado R / T. Venía con un gran motor V-8 de 5.9 Litros capaz de generar 250 HP, adicionalmente traía asientos de cubo, suspensión deportiva y diferencial de deslizamiento limitado.

6. Ford Thunderbird Super Coupé (SC) modelo 1989
Ningún entusiasta automotriz hubiese pensado jamás que Ford, se atrevería a presentar su mítico Thunderbird como un auto musculoso, sin embargo, lo hizo en la década de 1980. Durante su 10ª generación, en 1988, el emblemático Thunderbird estaba verdaderamente desgastado y era mal recibido cada año que pasaba, pero antes de que desapareciera para siempre en 1997 (sólo para ser revivido de nuevo en 2002), algunos ingenieros de Ford pensaron que sería interesante, al menos una vez, que el Thunderbird fuera un auto musculoso. Bajo el llamativo título de “Super Coupé” (SC) lo fabricaron, aunque esta decisión no fue del todo concertada con los altos ejecutivos de la compañía en Detroit. 

Vista frontal y lateral del Ford Thunderbird Super Coupé (SC), modelo 1989
Aunque el diseño general de su carrocería era más bien soso, Ford seguía montándolo sobre su plataforma ‘FOX’ la cual era relativamente deportiva, a la cual le añadió un motor Essex V-6 turbo-alimentado de 3.8 litros que lo puso a generar unos respetables 201 HP. El combustible era alimentado por 6 inyectores secuenciales, controlados electrónicamente. Este Super Coupe (SC) venía con dos transmisiones, una mecánica, fabricada por Mazda, conocida como la M5R2, de 5 velocidades o una automática AOD de 4 cambios, fabricada por Ford. Como era apenas obvio para un carro de estas características, este traía un paquete de aditamentos adicionales que lo diferenciaban del Thunderbird estándar. Esos extras eran: rines de 16” x 7” fabricados en aleación, un diferencial “traction-Lok” de deslizamiento limitado, frenos antibloqueo estándar, frenos de disco en las 4 ruedas (discos delanteros y traseros ventilados), un sistema de dirección sensible a la velocidad, además de un revestimiento inferior lateral en la carrocería, faros antiniebla, y una suspensión más rígida con amortiguadores ajustables suministrados por Tokico.

Fotografía del motor de 3.8 L turbo-alimentado del Ford Thunderbird Super Coupé (SC), modelo 1989
Fotografía del interior del Ford Thunderbird Super Coupé (SC), modelo 1989
El resultado fue un carro amado por los aficionados, con un desempeño extraordinario, tanto así, que la revista especializada “Motor Trend”, lo nombró el carro del año en 1989 pero, curiosamente, los directivos de Ford estaban muy molestos con los ingenieros y el equipo a cargo del modelo Thunderbird, porque como la decisión de producirlo no había sido concertada con ellos, lo consideraban un carro espantoso, pero como las ventas indicaban que era un éxito, lo mantuvieron en producción hasta 1995. Cuando finalizó el ciclo de producción de este “espantoso” automóvil, Ford había puesto en los garajes de los norteamericanos 70.121 Thunderbirds Super Coupés, de los cuales 46.647 eran automáticos y 23.474 mecánicos.

5. Pontiac Firebird Trans Am modelo 1982
En 1977 el actor Burt Reynolds y su Trans Am de color negro fueron un verdadero hit cuando lograron que una película como “Smokey and the Bandit”, la cual era relativamente mediocre, se convirtiera en un largometraje de culto’. Por supuesto, lo más destacado de la película fue el espectacular Pontiac Trans Am modelo 1977, con techo en T y el ave emplumada sobre el capó. Sin embargo, luego del filme, el Trans Am fue perdiendo protagonismo como carro musculoso y en los albores de la nueva década, Pontiac no generaba la misma simpatía con sus carros que en las décadas pasadas, razón por la cual en 1982 Pontiac decidió tomar su ahora afeminado Trans Am en una dirección diferente.

Pontiac Firebird Trans Am, modelo 1982
Para ese año la General Motors Corporation decidió que tanto el Firebird, como su primo el Chevrolet Camaro, recibieran una gran fase de reingeniería y aunque el Camaro tomó la ruta revolucionaria y cambió totalmente su apariencia, Pontiac fue un poco más sutil con su rediseño del Firebird. La carrocería se redujo, como también lo hizo su plataforma la cual ahora tenía una menor distancia entre ejes, pero el diseño general permaneció reconocible para los aficionados. Bajo el capó había un motor V-8 que empujaba modestos 150 HP, potencia que le fue suficiente para ganarse el papel de KITT en la emblemática serie televisiva “el auto fantástico” (Knight Rider) con David Hasselhoff

4. Chevrolet Camaro IROC-Z modelo 1985
Vista frontal del Chevrolet Camaro IROC-Z, modelo 1985
Mientras que el Pontiac Firebird se llenaba de fama hollywoodense y todos los niños querían una réplica suya de juguete, la tercera generación del Camaro tenía una reputación un poco diferente. En 1982 el Chevrolet Camaro no era el más popular entre los aficionados, pero había algo en este auto que brillaba y que de alguna manera hacía destacar su potencial, sin embargo no fue sino hasta que salió el modelo 1985, cuando Chevrolet introdujo el IROC-Z a la línea, lo cual cautivó a los entusiastas.

Vista lateral del Chevrolet Camaro IROC-Z, modelo 1985
El nombre IROC-Z provenía de: “International Race of Champions”, una competencia de velocidad en pista de óvalo, que existió entre 1974 y 2006 y la letra Z, se derivaba del paquete Z-28, que era ofrecido con este modelo. Y si bien este nuevo integrante de la línea Camaro no era el más rápido o el más guapo en su segmento, el IROC-Z fue ganando adeptos rápidamente cuando los entusiastas empezaron a darse cuenta como eclipsaba a la competencia con su ágil manejo y su carrocería liviana. Era un carro muy bien balanceado y se comportaba maravillosamente en las curvas, su interior era atractivo y su conducción era francamente cómoda.

Vista interior del Chevrolet Camaro IROC-Z, modelo 1985
Venía de fábrica con una suspensión mejorada, que lo pegaba más al suelo, amortiguadores valvulares marca ‘Delco-Bilstein’, barras estabilizadoras de mayor diámetro, un acoplamiento especial entre la dirección y el chasis conocido como “wonder-bar” y un sistema de inyección TPI tomado del Corvette. También tomó del Corvette las llantas unidireccionales "Gatorback" 245/50 // VR16, aunque las del Corvette en realidad eran 255/50 // VR16, estas venían montadas en unos rines en aluminio con 5 grandes radios de 16” x 8”. Las llantas fueron diseñadas con diferentes compensaciones para la parte delantera y trasera, razón por la cual venían marcadas con las palabras “Front" y "Rear" para distinguir donde se deberían instalar.

Chevrolet Camaro 1C5 RPO California IROC-Z, modelo 1985
En el exterior el carro era aparecía adornado con un ‘set’ de calcomanías que acentuaban su espíritu deportivo. En 1987 Chevrolet decidió ofrecer el IROC con caja automática, únicamente, decisión que dio al traste con cualquier asomo de diversión y aunque el IROC-Z se mantuvo hasta 1990, los entusiastas actuales consideran que el mejor de todos fue el modelo 1985, especialmente si es uno de los 500 1C5 RPO California IROC-Z (100 negros y 400 rojos) – Estos venían con un motor LB9 V-8 de 5.0 Litros y sistema de inyección TPI, que generaba 215 HP y una transmisión automática TH700-R4 de 4 cambios. Adicionalmente traían luces exploradoras anti niebla IROC-Z, especialmente diseñadas, centradas en la parte alta del spoiler delantero y todos los aditamentos del IROC-Z convencional, sin embargo, no tenía tomas de aire en el capó, ni calcomanías, ni spoiler trasero y solo fue comercializado en California. En la actualidad son extremadamente escasos y costosos.

3. Chevrolet Monte Carlo SS modelo 1983
Chevrolet Monte Carlo SS, modelo 1983 (Catálogo de ventas)
En 1983, después de más de 12 años de Monte Carlos básicos, Chevrolet reintrodujo el Monte Carlo SS, decisión que resultó ser verdaderamente acertada. Para 1984, el Chevrolet Monte Carlo SS, ganaba y ganaba más fuerza y admiración por su desempeño en los circuitos de NASCAR y Chevrolet, parecía no estar produciendo suficientes, tanto así que ese año vendió más de 24.000 de ellos y la razón es que el extraordinario motor V-8 de 265 HP, había hipnotizado a los entusiastas. El paquete SS Z65 había sido revivido nuevamente y muchos entusiastas estaban dispuestos a pagar la diferencia. De ese montón de Monte Carlos SS producidos en 1985, todos trajeron una trasmisión automática de tres cambios, a excepción de los tres últimos de la línea que vinieron con una transmisión “Turbo Hydramatic 200-R4”, con cuatro cambios y overdrive. En la actualidad esos tres Monte Carlos, son los más apetecidos por los coleccionistas. Uno de ellos se subastó en 2014 por US$ 112.000. El Monte Carlo SS, estuvo en producción hasta 1988 y luego fue nuevamente reintroducido en 1995.

Fotografía reciente de un Chevrolet Monte Carlo, modelo 1983
La gama de colores de los SS era unicolor y muy simple y en 1983 y 1984 solo se produjo en colores blanco y azul metalizado y en los años siguientes y hasta 1988, se le añadieron a la gama los colores negro, plateado y marrón metalizado. Al parecer se fabricaron un puñado de ellos en color habano, aunque no están registrados en las cartillas de fabricación.

2. Ford Mustang 5.0 modelo 1987
Ford Mustang 5.0, modelo 1987
Luego del horrible Mustang II, que mató la armonía que se había establecido con los entusiastas y desvirtuó lo que el Mustang significaba, Ford quería reinventar su ‘pony car’ de gama media para el modelo del año 1979. Hoy, hay que afirmar, que efectivamente reinventaron un nuevo Mustang que con su nuevo estilo y una nueva gama de motores revivió de alguna manera la esperanza de los amantes del Mustang en todas partes del mundo, sin embargo, no fue sino hasta 1987, que los diseñadores y estilistas de Ford afinaron sus lápices y entregaron al mercado un verdadero Mustang, por el que aun hoy muchos seguidores se babean y lo consideran como el primer eslabón de la senda que nos has traído hasta los magníficos Mustangs de hoy.

Vista lateral y frontal del Ford Mustang 5.0, modelo 1987
Fotografía del motor de 5 Litros del Ford Mustang 5.0, modelo 1987
Atrás quedó el insípido "cuatro ojos", ahora el diseño era mucho más actual, además su motor V-8 de 5.0 Litros rugía placenteramente al entregar cada uno de esos 225 HP, que le permitían llegar de 0 a 96 kms en 6.3 segundos. Los rines de 15” del Mustang GT 5.0 Litros fueron fuertemente comentados y muchos entusiastas los llevaron a nivel de culto, su aspecto de turbina le daba al Mustang un estilo propio. En la actualidad estos rines son muy buscados y su precio excede los US$ 500, por cada uno de ellos.

1. Buick Regal GNX modelo 1987
Hasta ahora hemos descubierto cubierto Camaros, Mustangs y Trans Ams, pero si eres un verdadero conocedor has debido intuir que el mejor carro musculoso de los EE.UU en la década de 1980, fue el incomparable Buick Regal GNX..

Buick Regal Grand National X o Buick GNX, modelo 1987
Fotografía del imponente motor turbo-alimentado del Buick GNX, modelo 1987
Hermano mayor del Buick Reagal Grand National, un carro que sorprendió a todos, el Grand National con la denominación X, nació como una “Edición Limitada” y fue optimizado al máximo por los ingenieros de Buick. Se decía que tenían mucha de la ingeniería real de los que competían en NASCAR, tanto así que en esa época su precio de venta al público era de US$ 29.900, equivalentes a US$ 63.540 actuales y eso era mucho dinero en 1987 y es mucho dinero hoy en día.

Buick Regal GNX o Buick Grand National X
La historia cuenta que en una presentación en la oficina de gestión de Buick, el 25 de agosto de 1987, Mike Doble, Gerente del grupo de ingenieros de “Conceptos Avanzados” de Buick, aclaró que el objetivo del proyecto de esta edición especial era: "Crear una producción limitada del Regal Grand National X (GNX) que logre un lugar memorable en la historia de los automóviles, de alto rendimiento a nivel mundial, un auto que los coleccionistas querrán poseer y que los periodistas especializados nunca olvidarán”.

Interior del Buick GNX, modelo 1987
Cuando fue probado por la prensa especializada el GNX registraban una potencia de 300 HP y unas increíbles 400 libras-pie de torque, logrando ir de 0 a 60 mph (96 kms/h) en 4.5 segundos y recorrer un cuarto de milla en 13.2 segundos, acelerando hasta los 167 kms/h.

Vista lateral y posterior del Buick GNX, modelo 1987
Del Buick Reagl GNX, solo se fabricaron 547 unidades y dejó de existir cuando General Motors tomó la decisión corporativa de no fabricar más automóviles de tracción trasera con la marca Buick, diciéndole adiós a un automóvil que en su corta vida se convirtió en un ícono del alto rendimiento y posiblemente en el mejor carro de todos los tiempos fabricado por la seria y majestuosa Buick Motor Company. Si Usted decide hoy hacerse a uno de estos negros y poderosos GNX, alístese a gastar una gran cifra, pues recientemente se subastó uno por más de US$ 163.000, la cifra más alta jamás pagada por un Buick Regal.

Nota: El orden de los vehículos presentado en este artículo fue tomado de Bold Ride Magazine, al igual que algunos apartes, sin embargo, la historia ha sido modificada y enriquecida textual y fotográficamente para poderla adaptar al formato del Blog del OCCCCC.