Crónica de los automóviles dejados a merced de la Madre Naturaleza

Investigación y edición Francisco Mejía-Azcarate
El abandono de los carros deportivos de alta gama llegó a las noticias mundiales, no hace mucho tiempo, por cuanto en los Emiratos Árabes Unidos, especialmente en Dubái y Abu Dabi, empezaron a aparecer automóviles lujosos abandonados en los aeropuertos o a la vera de los caminos en diferentes lugares de ese estrambótico y rico país. Quienes por lo general abandonan tan lujosos vehículos son principalmente los extranjeros o expatriados, que se van a vivir allá, mientras desempeñan diferentes trabajos especializados y colaboran con el vertiginoso desarrollo de la pequeña y floreciente nación y al final de su ciclo laboral huyen del país, inundados de pánico, por cuanto deben cancelar algunas cuotas pendientes ligadas a los préstamos para adquirir los carros, indicando que en el país que nos ocupa las obligaciones económicas insatisfechas se pagan con altas penas de prisión.

Podría predecir casi con certeza que esta foto ha forzado a más de uno un angustioso gimiendo de dolor.
Las imágenes de un “Ferrari Enzo Limited Edition”, con un valor superior a los 2.3 millones de dólares, abandonado en Dubái, presuntamente por un expatriado británico, le dieron la vuelta al mundo en 2011. Se cree que este profesional británico decidió no volver a pagar las cuotas del préstamo que le había sido otorgado para comprar este costosísimo súper-deportivo, una vez se enteró que su contrato de trabajo iba a ser disuelto y huyó de la ciudad para escapar de un posible encarcelamiento. La razón del pánico que se apodera de los expatriados es porque bajo la ley Sharia, que rige prácticamente en todo el Oriente Medio, el no pago de una deuda es un delito penal. Como en los Emiratos Árabes Unidos, no hay ley de bancarrota, no existe ningún tipo de protección legal para quienes se atrasan en sus deudas, así sea de manera accidental. Se han dado casos de extranjeros a quienes se les ha prohibido abandonar los Emiratos, después de haber sido incluidos en listas negras, por el simple hecho de tener un atraso involuntario en una cuota de una tarjeta de crédito o por girar un cheque con fondos insuficientes. Sin embargo, la avalancha de los carros de lujo abandonados, de los cuales se encontraron algo más de 3.000, en 2013, no es una táctica exclusiva de los expatriados, aunque sí es mayoritaria en ese grupo.

Motor V12 de 6.0 litros enfundados en un traje de fibra de carbono, dejado para que se pudra en el sofocante calor del desierto de Dubái
Aunque abandonar un Ferrari Enzo, en perfecto estado en un desierto es un acto inentendible, para quienes apreciamos los automóviles en general, la secuencia de fotografías que sigue a continuación será un espectáculo aún más doloroso para quienes amamos los vehículos clásicos. Jaguar, Rolls-Royce, Porsche, Mercedes-Benz, BMW, Buick, etc., son sólo algunas de los emblemáticas marcas, cuyos logos uno nunca esperaría encontrar adheridos a un vehículo en estado lamentable. Pero lo que realmente me produjo una descarga eléctrica, en mi espina dorsal, fue enterarme que los desafortunados automóviles que muestro a continuación, no fueron abandonados y que, en cambio, su propietario, un amante de los automóviles clásicos, gran conocedor del tema, quién ha escrito varios libros de referencia y viajado por el mundo entero buscando y encontrando los automóviles más raros y más difíciles de rastrear, los ha dejado deliberadamente a merced de los rigores de la madre naturaleza para que sufran las consecuencias de la intemperie..



Michael Fröhlich es el tipo de persona que puede localizar una limusina Mercedes que alguna vez transportó a Adolf Hitler, es también un ex diseñador de moda, piloto de carreras, filósofo y artista, entre otras cosas y en la actualidad es muy conocido por ser un distribuidor de vehículos clásicos ‘únicos’ y un experto restaurador. No obstante lo anterior él conduce alrededor de su ciudad natal de Düsseldorf, en Alemania, en un Rolls Royce carbonizado que quedó en ese estado, como consecuencia de un voraz incendio que consumió su concesionario en 2005.


Curioseando a través de la valla de seguridad, del patio de su residencia en el Valle de Neander, cerca de Mettmann, Alemania, se pueden apreciar, en la ladera arbolada próxima a la casa del señor Fröhlich, 50 hermosos vehículos clásicos que permanecen estacionados ahí desde cuando este excéntrico entusiasta cumplió 50 años de edad en el año 2000.



Todos y cada uno de estos valiosos carros son modelo 1950, el mismo año del nacimiento de Michael Fröhlich, quien buscó y adquirió personalmente cada uno de tales vehículos. "Son como mis hermanos", dijo el señor Fröhlich, en una entrevista para la revista Spiegel en 2009. Inclusive, la gran mayoría estaban aptos para circular y llegaron rodando al sitio donde fueron aparcados hace 14 años, lugar este que él denomina “Auto Skulpturen Park”, para nunca más volver a ser conducidos. Un escenario surrealista de vehículos de ensueño enclavados en el bosque, sin protección alguna, expuestos a los elementos, algunos incluso él mismo los estrelló contra los árboles para que sufrieran daños y otros fueron medio enterrados en la tierra, siendo este el resultado de la extravagante celebración de su cumpleaños # 50 y la forma de regalarse a sí mismo este gran despliegue artístico de historia automovilística en putrefacción.


"La naturaleza es más fuerte que la tecnología y lo voy a demostrar aquí", dijo el señor Fröhlich, quien no duda que al final, el poder de la naturaleza vencerá, incluso sobre algunos de los más venerados ejemplos de tecnología y maquinaria de fabricación humana, hasta su año de nacimiento


El “Auto Skulpturen Park” raramente está abierto al público, a pesar del gran despliegue mediático que obtuvo en el año 2000 cuando fue creado.





Estamos viendo estas fotografías, porque “Messy Nessy” tuvo a bien publicarlas en internet en abril de 2014. Las fotos fueron tomadas por los fotógrafos y coleccionistas de carros antiguos Arnoud y Ard Op de Weegh (padre e hijo), quienes publicaron un libro sobre los cementerios de automóviles especiales que existen en Europa.


El señor Michael Fröhlich, incluso tiene un pedazo del destruido muro de Berlín, dentro de su parque de esculturas rodantes, así como varios carros con pasados escandalosos​​.






La única forma de visitar este curiosísimo lugar es estableciendo contacto con el señor Fröhlich y solicitarle una visita guiada, lo cual no debe ser fácil, puesto que todos los carros que ha abandonado en su propiedad tienen su propia historia y una razón para estar allí, que sólo él conoce.