Historia del “Carro de la Muerte”

Investigación y edición Francisco Mejía-Azcárate

El "Carro de la Muerte” en la 1a. página del Nashua Telegraph (10-II-1959) tras el asesinato de Maurice Gagnon
En 1981, cuando John Pfanstiehl, conversaba sobre carros antiguos con un conocido, el último le informó que sabía de la existencia de un fabuloso Cadillac, con muy pocas millas, que estaba a la venta, pero que en ese carro habían matado una persona hacía muchos años y que desde entonces el automóvil había sido bautizado “el Carro de la Muerte”, por la prensa local. Sin importarle lo sucedido, el entusiasta y futuro propietario, quiso saber más y su amigo se ofreció a llamar para ver si el carro aún seguía en venta. Luego de la llamada, la venta se llevó a cabo al día siguiente. Cuando Pfanstiehl vió el carro se enteró que solo tenía 2.216 millas en el odómetro y que la última vez que alguien lo había conducido, había sido la noche del 8 de Febrero de 1959, fecha en la que su propietario había sido secuestrado, golpeado y asesinado de un balazo, en el asiento delantero.


La verdadera historia

El propietario original del carro era lo que hoy en día se denomina ‘un emprendedor’. A principios de los años cincuenta, Maurice Gagnon, de Cumberland, Rhode Island, se arriesgó a invertir en la nueva y naciente tecnología del moldeo por inyección. En un principio fue conductor de taxi pero conversando con uno de sus clientes se enteró que la nueva tecnología tenía mucho futuro, así que juntó sus ahorros y se compró una máquina de inyección y en el garaje de su casa empezó a fabricar bisutería de plástico. A los 8 años de haber comenzado su pequeña empresa, en su modesto garaje, se había convertido en propietario de 3 empresas. En la primera de ellas empleaba a 150 personas. Gagnon, se transformó en un empresario tremendamente exitoso y como en esos días el éxito se expresaba conduciendo un Cadillac, el señor Gagnon, decidió que era hora de cambiar su Cadillac Brougham de acero inoxidable del año inmediatamente anterior por el vehículo más llamativo del momento, el nuevo Cadillac Eldorado de 1959. Como ocurre cuando alguien tiene éxito, siempre habrá otras personas que codician sus posesiones y Gagnon, por supuesto, no fue la excepción. El emprendedor fue víctima de un robo nocturno en su residencia pero los ladrones, capturados a pocos kilómetros de distancia de su casa, enfrentaban un muy largo período en la cárcel. En esa época las cosas eran diferentes en el Estado de Rhode Island, pues los robos domésticos, después de las 6 pm, podían acarrearle al acusado la cadena perpetua. * Información obtenida en artículos de la época, encontrados en los periódicos de los Estados de Rhode Island y New Hampshire, en los Estados Unidos.

Los sospechosos cuando eran llevados a la Corte
Durante varios meses los matones intentaron, con amenazas y sobornos, que el señor Gagnon desistiera del proceso, pero como el empresario era una persona apegada a la ley, simplemente no lo hizo y la noche antes de su comparecencia a la sala penal, dos de los delincuentes lo secuestraron al salir de un boliche que Gagnon había comprado recientemente. Sometido a la fuerza y a la brutalidad de los dos criminales, recibió varios golpes en la cabeza para que cambiara su historia. Al parecer Gagnon se negó, por lo cual sus secuestradores lo asesinaron de un disparo en el cráneo. No fue un crimen bien planeado o bien ejecutado. Los asesinos condujeron el Cadillac y a su propietario asesinado desde Rhode Island, a través de Massachusetts, hasta Nashua, New Hampshire y dejaron el carro estacionado en un paraje oscuro tarde, en la noche. Uno de los matones caminó hasta un restaurante y llamó a un amigo para que los fuera a recoger. Pasaron varias horas antes que el amigo los encontrara. De hecho, en el juicio se conoció la versión de que en el camino, el conductor que los recogería, se había detenido en una estación de policía a pedir indicaciones. Y lo hizo en un vehículo que había sido reportado como robado, unos días antes.

El jurado es llevado a ver el Cadillac donde ocurrió el asesinato
Ni los asesinos, ni su conductor, pudieron salir de la ciudad esa noche. El conductor se dirigió fuera de la ciudad en contra-vía y dos patrulleros, uno de ellos novato, observaron que el vehículo, en el que huían, con placas de otro Estado, cometía una infracción y en consecuencia lo detuvieron. Los hombres dijeron que estaban en Nashua visitando un amigo y dieron el nombre de un reconocido corredor de apuestas, lo que alertó a los policías quienes decidieron llevarlos a la estación para que en la mañana siguiente los detectives los interrogaran. Por poco los asesinos son liberados al día siguiente, pero la curiosidad de dos niños que notaron un hermoso y nuevo Cadillac Eldorado color blanco, abandonado en su camino a la escuela, pudo más y cuando los niños se acercaron, descubrieron un cuerpo manchado de sangre en el asiento delantero. El juicio que siguió se convirtió en uno de los procesos penales más sensacionales y extraños en la historia de New Hampshire. Terminó muchos meses después, un sábado a eso de la medianoche, cuando una abrumadora cantidad de pruebas circunstanciales terminó por convencer a los jurados de presentar un veredicto unánime de culpabilidad. Increíblemente, mientras el secretario de la Corte pedía el veredicto individual a cada miembro del jurado, en medio de la algarabía de los familiares, cayó al suelo y murió de un paro cardíaco en el centro del despacho judicial, justo antes que el sexto jurado diera su veredicto de culpabilidad. La tragedia de esa noche no había terminado aún, pues mientras el juez estaba sentenciando a los dos criminales a la horca por el asesinato premeditado y brutal del señor Gagnon, en la ciudad de Kansas, dos hombres asesinaban a otro próspero hombre de negocios y a su familia, evento que también estremeció a la nación americana. Ambas tragedias, fueron la base para el libro y la película "A sangre fría" de Truman Capote.


El Automóvil

Estado actual del Cadillac Eldorado Seville, el “Carro de la Muerte”
El Cadillac fue mantenido como evidencia por el Estado de New Hampshire, por unos 15 años, tiempo que le tomó a los asesinos apelar sus sentencias de muerte. El destino quiso que la pena de muerte fuera anulada por la Corte Suprema de los EE.UU. y las sentencias cambiadas a 25 años con posibilidad de libertad condicional. Sólo hasta entonces el carro fue regresado a la empresa del señor Gagnon, lugar donde estuvo guardado en una de las bodegas, durante otros siete años, hasta que sus herederos resolvieron venderlo. Era emocionante localizar un carro fabricado en 1959 con sus neumáticos originales y este tenía los cinco con los que salió de la fábrica, en Detroit, Michigan. Más raro aún, es que el carro tuviera completo el sistema de escape original y la misma batería con la que salió de la línea de montaje. Cuando Pfanstiehl compró el carro, este tenía tan solo 2.216 millas en el odómetro. El nuevo propietario lo condujo tan solo 16 millas para darse una idea de cómo era conducir un Cadillac nuevo en 1959 y desde entonces lo llevó a la exposición permanente del Museo del Palacio de Autos (Car Palace Museum) en Somerset, Massachusetts. Lo único que le hacía falta al Cadillac, cuando el entusiasta comprador lo adquirió de los herederos del señor Gagnon, eran las alfombras y los tapetes, pero luego de una exhaustiva investigación del expediente del juicio, a través de los periódicos en varios estados, se supo que tales elementos habían sido tomados como evidencia.

Estado de perfección en que el Cadillac se encuentra en la actualidad

Muestra del impecable estado de la tapicería del Cadillac Eldorado
Al comprador le tomó casi tres años de súplicas a los funcionarios judiciales para que ubicaran las alfombras y los tapetes en una vieja caja de cartón en el sótano del nuevo palacio de justicia de Nashua. La razón de insistir tanto, en la recuperación de la alfombra era que ésta también tenía su toque de originalidad y exclusividad, puesto que la composición original de pura lana mohair de 32 micras y la profundidad del argollado de esta alfombra, es casi imposible de duplicar, pues la única planta en el mundo que las fabricaba cerró sus puertas en la ciudad de Philadelphia, en 1967. Todos los carros Cadillac Eldorado Seville y Eldorado Biarritz de 1959, que han sido restaurados desde entonces, tienen alfombras de argolla corta, con una mezcla de nylon brillante porque en la actualidad nadie las fabrica como entonces. El carro estuvo en manos de John Pfanstiehl por algo más de 25 años, pero en Diciembre de 2006, lo entregó a la casa de subastas Barrett-Jackson en Scottsdale, Arizona y el 19 de Enero de 2007, el vehículo fue rematado por US$165.000. Hoy el carro reside en su propio garaje de ambiente controlado en el sur de la Florida y a pesar de todo lo que se ha escrito en revistas y periódicos del mundo entero, este tristemente famoso Cadillac, no tiene mucho más millas en su odómetro que las que tenía aquel fatídico y frio día de Febrero de 1959. Es decir, salvo por las 16 millas que le puso Pfanstiehl para probarlo, nadie le ha puesto una milla más desde el momento en que Gagnon fue asesinado a mansalva.

Las Aletas


Las aletas tienen su lugar en la historia como la más notoria tendencia del estilo automotriz de todos los tiempos. Fueron una creación de Cadillac a finales de los años cuarenta. Casi todos los fabricantes americanos y europeos, incluyendo la Mercedes Benz, las copiaron. Las aletas alcanzaron su pináculo más audaz en el Cadillac Eldorado de 1959. Este vehículo era el barco insignia de toda la flota americana. Venía en versión estándar con un motor “Q” V-8 de 6391 cm³ (390 CI) y 345 Hp, con tres carburadores, escape doble con resonadores, suspensión neumática integral con ajuste automático y manual y todo un despliegue de artilugios eléctricos, como los asientos, las ventanas, los espejos, la antena y hasta la apertura de la bodega o maletero. Sólo unas pocas cosas eran opcionales en estos carros, los cuales poseían uno de los accesorios más nuevos y emocionantes: el control de velocidad de crucero. Para 1959 el Cadillac Eldorado vino en dos modelos principales, el Biarritz (convertible) y el Seville (coupé). Aunque el modelo de Biarritz es hermoso, en la actualidad son más fáciles de encontrar. No pasa así con los Seville coupé, considerados por muchos aficionados los más hermosos de todos. Sólo el modelo Eldorado tiene una hermosa y pulida banda de acero inoxidable barriendo detrás del parabrisas delantero, rodeando los cuartos traseros y volviendo hacia adelante en los paneles inferiores. Esto acentúa y hace ver más grandes las aletas y los contornos de la carrocería, complementando el estilo con mayor gracia que el solitario y delgado bisel que corre a lo largo del costado de los Cadillac estándar. El Cadillac Eldorado también cuenta con una persiana (parrilla) trasera de tres niveles, que, junto con la persiana (parrilla) delantera, tiene más de quinientos componentes.

El "Carro de la Muerte" posa al frente de la que es su residencia desde 2007, en el sur de la Florida
El motor en su estado actual: así ha permanecido por 55 años