La Historia del Rolls Royce de Allen Swift “Un regalo para toda la vida”


Investigación y edición Francisco Mejía-Azcárate

El empresario Allen Swift, de West Hartford, Connecticut, USA y la Sociedad de Museos de la ciudad de Springfield, Massachusetts, se contactaron por primera vez en 2002. Ese contacto se hizo posible a través de la red de coleccionistas de vehículos Rolls Royce y ya para entonces Allen Swift tenía 99 años de edad. El señor Swift, deseaba encontrarle un lugar a su Rolls Royce Piccadilly Phantom 1 Roadster de 1928, el cual había poseído y conducido por 74 años. Confiado en la capacidad de la Sociedad de Museos de Springfield para cuidar su automóvil y además contar la historia de la planta de Rolls Royce en Springfield, Swift prometió donar no solo su flamante vehículo sino también el edificio, si encontraban uno adecuado para sus propósitos.

Allen Swift y su Rolls Royce Piccadilly Phantom 1 Roadster de 1928 (Foto de 1999)
En el verano de 2005, la Sociedad de Museos de la ciudad de Springfield, se enteró que el antiguo edificio “Verizon”, localizado en la calle Chestnut #85, próximo a los museos de la ciudad, estaba a la venta. Joseph Carvalho, presidente de la Sociedad de Museos de la municipalidad de Springfield y Guy McLain, director del Connecticut Valley Historical Museum en Springfield, explicaron al señor Swift, la conveniencia de adquirir ese edificio para anexarlo al conjunto de museos del condado de Springfield. En Septiembre de ese mismo año, el abogado del señor Swift, confirmó que el centenario empresario donaría US$1.000.000.00, para comprar el edificio y crear allí un nuevo museo de historia, eso sí, con la condición de albergar en el mismo su venerado Rolls Royce Piccadilly Phantom 1 Roadster de 1928 y de crear todo un pabellón dedicado a contar la historia de la planta de “Rolls Royce of America Inc.”, la cual se fundó a principios de 1919, enSpringfield, Massachusetts, con la intención de abastecer la naciente e insaciable demanda de los norteamericanos por estos formidables automóviles. 

“La creación del nuevo Museo de Historia de Springfield, fue un objetivo a largo plazo de la Sociedad de Museos de Springfield, Massachusetts. En 2005, unos meses antes de su muerte a la edad de 102 años, el señor Allen Swift, donó un millón de dólares para la compra del antiguo edificio de oficinas de Verizon, adyacente al campus de Museos de Springfield, para crear el nuevo museo” dijo Joseph Carvalho, el día de su inauguración en 2007. Y es que Allen Swift, era una verdadera leyenda entre los coleccionistas de Rolls Royce por ser el dueño más antiguo de un Rolls Royce en el mundo y por ser la persona que mas años había sido propietario de un automóvil de esa marca. En reconocimiento de ese hecho, la compañía ‘Rolls Royce Motors’ le hizo entrega de una estatuilla en cristal llamada “Spirit of Ecstasy” en la reunión anual de Rolls Royce en 1994. El señor Swift, recibió de su padre, a la edad de 25 años, el hermoso automóvil como regalo al terminar su carrera universitaria. El Rolls Royce, con matrícula S273FP, fue fabricado por la marca en Estados Unidos y se mantuvo en servicio por 77 años, hasta Octubre de 2005, cuando Swift murió a la edad de 102 años.

Vista lateral del Rolls Royce Piccadilly Phantom 1 Roadster de 1928 (Foto de 1978)
En su momento, un carro de tal marca y características se vendía por US$13.700.00, equivalentes a unos US$170.000.00 de hoy en día. Si en la actualidad pudiéramos valorar este carro a precio de coleccionista en una subasta actual, muy seguramente pasaríamos la cifra del millón de dólares.

Así luce el Rolls Royce en un destacado rincón del nuevo Museo de Historia de Springfield, Massachusetts
Vista frontal izquierda del Rolls Royce Piccadilly Phantom 1 Roadster de 1928 (Foto de 2011)
A pesar de que el señor Swift, es la persona que más tiempo tuvo en su poder un vehículo en el mundo, el Rolls Royce llegó al museo con solo 170.000 millas (273.000 kms) y en perfecto estado de conservación. “El vehículo fue usado casi que a diario por el señor Swift”, dijo a una revista especializada Frank Cooke, su mecánico de confianza y la única persona comisionada para hacer cualquier arreglo al vehículo desde 1978, cuando lo llevó a su taller en el Estado de Nueva York, para que le quitaran la carrocería del chasis y le restauraran todas las piezas, lo cual incluía pelar y repintar el chasis con pintura electro-estática de Dupont, lijar y pintar también con pintura de Dupont la carrocería en su color verde original a dos tonos y restaurar el interior, especialmente el cuero de los asientos y los apliques de madera africana del tablero.

Vista lateral derecha del Rolls Royce Piccadilly Phantom 1 Roadster de 1928 (Foto de 2011)
“Una vez terminado el trabajo, lo llamé personalmente para decirle donde quería que le llevara el carro y me respondió, no se preocupe que yo lo recojo”. En ese momento el señor Swift tendría unos 75 años de edad y era un caballero muy dinámico y de aspecto atlético; cuando llegó al taller le dio una buena mirada al auto, agradeció a todos los implicados, pagó la cuenta y preguntó cual era la ruta más fácil para llegar a la Avenida Merritt Parkway. Había llegado con su chofer por la autopista interestatal, pero prefirió regresarse por la Avenida Merritt Parkway, una calle de cuatro carriles y muchas curvas, sintiendo que era más apropiada para su reluciente Rolls Royce color verde”. “Ya no construyen carros como estos y no existen propietarios como los de antes, que vaina”. El señor Swift heredó y dirigió hasta su muerte una empresa de más de dos siglos, fundada por su abuelo, dedicada a la compra y venta de metales preciosos. El dinero nunca le fue esquivo, siempre fue un hombre rico y aunque tenía con que comprar un Rolls Royce nuevo, nunca lo hizo. Alguna vez un periodista cubano le preguntó en Miami, porque seguía conduciendo el viejo automóvil y respondió: “Por respeto a mi padre quien me dio todo lo que tengo, porque me siento a gusto conduciéndolo y porque me gusta que todo el mundo me distinga, cuando paso por cualquier calle de mi ciudad, acudo a misa o voy al cine, todo el mundo sabe que allí estuvo el señor Swift; eso sí cuando voy a visitar el médico, me transporto en el Cadillac de la compañía, no quiero que salgan a decir que el señor Swift está enfermo” y se echó a reír. 

En 1919 Rolls Royce compró una fábrica en los Estados Unidos, más exactamente en Springfield, Massachusetts, cuna de inventores y artesanos, para la producción del Silver Ghost. Inicialmente, los carros se producían exactamente iguales al diseño británico, pero con el pasar del tiempo, el modelo recibió más y más componentes estadounidenses. La calidad de estos componentes nunca fue inferior a la inglesa pero sí superior en muchas oportunidades.

Fábrica de Rolls Royce en Springfield - Rastros del signo es lo único que queda luego de más de 75 años (Foto de Abril de 2009) 
Muchos carroceros del Este de Estados Unidos como Brewster, Willoughby, Merrimac y Hollbrook se beneficiaron de esta nueva fábrica y construyeron una gran cantidad de carrocerías que posteriormente fueron ensambladas en los chasises de los Rolls Royce. Entre las carrocerías estándar producidas en los Estados Unidos, se incluían las siguientes: Pall Mall, Oxford, Picadilly Roadster, Mayfair y Riviera Town Car. Durante el tiempo que se fabricaron les fueron incorporando componentes específicos, tales como los sistemas de encendido americanos marca Bosch, llantas fabricadas en Estados Unidos, cableado y bombillas General Electric, etc. A partir de 1925, el modelo americano se empezó a fabricar con volante o timón a la izquierda y se le montó una nueva transmisión de 3 velocidades con una palanca central. Para muchos coleccionistas, los Rolls Royce de Springfield, son mejores que los Ingleses.