La Historia del Ford Torino King Cobra, Modelo 1970

Por: Francisco Mejía-Azcárate
El Ford Torino King Cobra fue un prototipo diseñado para ser el rival del Dodge ‘Charger Daytona’ y el Plymouth ‘Supervird’ que nunca compitió. Se creó con la intención de batir a los autos dominantes de MOPAR en NASCAR.

Los automóviles prototipo son como golosinas dulces para los coleccionistas de vehículos y al igual que los niños cuando comen muchas, pueden volverse hiperactivos. Estos bellos y raros automóviles representan a la perfección la ingeniería de competición de un periodo muy especial, y a menudo tienen una historia fascinante que contar, sin mencionar el factor de exclusividad final. Este Torino King Cobra, modelo 1970, fue un esfuerzo de Ford por continuar a la cabeza de NASCAR, que se dejó de lado…. sí, así de simple, se canceló.

Para la mayoría de nosotros, un buen día en el depósito de chatarra significa que encontramos esa pieza que estábamos buscando, pero para los entusiastas de Ford, Steve Danielle y Dennis Roy, significó descubrir una rara pieza de la historia de Ford que había pasado por las manos de algunas leyendas de NASCAR. Una historia de esas que solo se dan en los Estados Unidos.

Fotografía en la que se aprecia el exclusivo diseño aerodinámico del Ford Torino King Cobra, modelo 1970
Por supuesto, Steve y Roy tenían el beneficio de varias pistas que les indicaban que el Torino que acababan de encontrar en ese depósito de chatarra de Carolina del Sur no era del todo normal. Si las etiquetas adhesivas que había por todas partes gritando "prototipo, prototipo", o las torres de los amortiguadores modificados para adaptarse a un motor Boss ‘9 (V-8), o el parabrisas trasero convexo, no lo delataban, entonces el quizás el número de serie inusual en la placa de fabricación (X0-429-0058-3), definitivamente lo haría.

Al final resultó que Ford había configurado originalmente el Torino como un King Cobra, uno de los tres que Ford construyó con el aporte de Kar Kraft y Holman Moody para mantener la supremacía en NASCAR, sobre sus más encopetados competidores el Dodge Charger Daytona y el Plymouth Superbird , de la casa Chrysler.

Según RK Motors, que ha puesto este singular automóvil en venta durante los últimos seis años, Steve y Roy se propusieron no solo identificar el automóvil sino también restaurarlo a la configuración que alguna vez usó.

La historia comienza cuando Jacque Passino se enteró de los planes del equipo MOPARpara adaptar la punta aerodinámica, de ingeniería Daytona, y el alerón trasero a su Super Bird, y para enfrentar la doble amenaza presentada por los guerreros alados de MOPAR, instruyó al director del Centro de Diseño Especial del Ford, Larry Shinoda para que también le diera un tratamiento aeroespacial, especial, para el 1970 Torino.

Dodge Charger Daytona, modelo 1969
Plymouth Superbird # 43 – Tal vez el más famoso de todos – Perteneció a Richard Petty
Ford había venido ganando el Campeonato de fabricantes de NASCAR cada año desde 1963 hasta 1968, el equipo Ford de Total Performance ingresó en 1969 enfrentando una nueva amenaza por parte del Dodge Charger 500, que al final resultó ser muy resbaladizo, problema este atribuido al estilo de su carrocería. Dodge respondió con la aerodinámica Daytona, pero no fue suficiente para derrotar al igualmente hábil Talladega, y Ford cerró ganando el NASCAR por séptima vez consecutiva en 1969.

Cuando comenzó la planificación para la temporada de 1970, Passino ya había detectado los problemas provenientes del departamento de diseño de Ford, porque el diseño para el nuevo Torino tenía serias deficiencias aerodinámicas inherentes. Específicamente, la nueva rejilla o persiana frontal de ajuste profundo atraparía el aire como un paracaídas, y mientras que el nuevo perfil retraído del parabrisas era una mejora, el aire que fluía sobre el techo creaba una elevación en la parte posterior al pasar por el nuevo y cóncavo parabrisas.

Diseñado con una orientación netamente aerodinámica para vencer a los desafiantes Dodge Charger Daytona y Plymouth Superbird, este Torino King Cobra se creó para combatir el fuego con más fuego. Al diseñador de Ford en esa época, Larry Shinoda, se le encargó el proyecto con una premisa muy simple… debería alcanzar las 200 mph (321.869 km/h) y vencer los MOPAR.

Dos fotografías que ilustran perfectamente la línea aerodinámica del Ford Torino King Cobra, modelo 1970
Shinoda respondió contratando a Harvey Winn, quien había diseñado la carrocería de los ahora emblemáticos Dodge Charger de los años modelo 1968, 1969 y 1970; completando el equipo con Jacques Passino, Ed Hall de Kar Kraft y los diseñadores Bill Shannon y Dick Petit. Para homologar el auto, tuvieron que basarlo en los gemelos Ford Torino y Mercury Cyclone y su nueva carrocería del año modelo 1970; el equipo tardó tres meses solo descifrando la aerodinámica del Torino, según comentó Harvey Winn a la revista especializada “Hemmings Muscle Machines”.

En la década de 1970, NASCAR requería que se fabricaran variantes de vehículos comerciales para su homologación y en varias ocasiones NASCAR declaró que se debían producir al menos 500 autos, o que cada concesionario que tuviera la marca en los Estados Unidos, estaba obligado a vender al menos un auto homologado al público en general, para permitir que un modelo en particular tuviera la venia para competir en sus circuitos.

Mientras que un programa paralelo se encargaba de los detalles del Cyclon ‘Súper Spoiler II’ basado en el Mercury Cyclon, el equipo de Shinoda, entregaba los primeros tres King Cobras a los muchachos de Holman Moody justo cuando el hacha caía sobre el proyecto. Una versión de la historia dice que Bill France, fundador y Presidente de NASCAR, aumentó el requisito de homologación de 500 a 3.000 unidades, poco después de ver a un King Cobra alcanzar las 200 mph en las pruebas en Daytona. Otra versión, una de las cuales el mismo Harvey Winn respalda completamente, atribuye la desaparición del proyecto ‘King Cobra’ al ascenso de Lee Iacocca a la presidencia de la Ford Motor Company, y al despido de Shinoda y su benefactor corporativo, Bunkie Knudsen, en septiembre de 1969.

¡Es una lástima, porque qué maravilla el diseño de este Torino! Se le reemplazó esa nariz roma del Torino comercial, por una mucho más aerodinámica, mucho más elegante. La franja de color negro crea un contraste muy especial, el capó oscurecido y un distintivo ‘tatuaje’ de “King Cobra” en la parte trasera ciertamente lo destacan como algo muy especial.

Interior del Ford Torino King Cobra, modelo 1970
De cualquier manera, solo tres King Cobras, dos de ellos impulsados por el motor ‘Súper Cobra Jet 429’ y el otro por un motor Boss ‘9, llegaron a la puerta, los acompañaba un Mercury Cyclone Súper Spoiler II, impulsado también por un motor Boss ‘9.

La historia nos cuenta que en lugar de ser destruidos como había sido la costumbre, Moody vendió uno de los tres King Cobra con motor ‘Súper Cobra Jet 429’, mientras que los otros dos, que aún permanecían en Dearborn un año después, fueron a parar al equipo de carreras de Ford, “Bud Moore Engineering” por tan solo US$ 600 cada uno.

Moore se aferró a su ‘Súper Cobra Jet 429’ King Cobra, pero el otro, que en ese momento estaba pintado de azul y luciendo algo golpeado por los avatares de las competencias, lo arregló y lo vendió a un tipo en Spartanburg, Carolina del Sur. Ese mismo auto más tarde terminó en el depósito de chatarra, a campo abierto, donde Danielle y Roy lo encontraron. ‘Gringos locos’…Solo a un gringo se le ocurre dejar una joya así en un campo abierto.

Aunque faltaban la parte delantera y el motor Boss original cuando lo encontraron, Danielle y Roy pudieron rastrear la nariz original y un motor de reemplazo adecuado y la correcta transmisión ‘Toploader’ de cuatro velocidades. Este par de amigos también se aseguraron de rastrear la factura original de venta de Ford a Bud Moore. Afortunadamente, el parabrisas trasero convexo y experimental, desarrollado para contrarrestar la pobre aerodinámica del parabrisas trasero cóncavo, se mantuvo intacto durante todo este tiempo.

Después de una restauración exhaustiva, este prototipo con su motor Boss ‘9, que era el motor de carreras de Ford en aquel período, está lleno de pequeños detalles intrigantes, como una caja de cambios original de cuatro velocidades, con palanca Hurst, y varios textos que se leen: "prototipo en desarrollo" estampado en varios lugares y letreros de "prototipo" en la parte posterior de un panel de la puerta y el tablero.

En esta fotografía se puede apreciar, además de buena parte del interior, la palanca de cambios Hurst.
Resulta doloroso para nosotros los entusiastas y amantes del hobby, que este ‘cohete’ anaranjado no hubiera llegado a más y haya sido dejado de lado sin haber medido sus fuerzas contra las dominantes ‘bestias MOPAR’ de Dodge y Plymouth. También es triste que nunca llegaran a los concesionarios para que la gente del común los hubiera podido adquirir. Muy seguramente hubiesen tenido el potencial de volverse tan icónicos como sus contrapartes de la casa Chrysler.

Este extremadamente raro King Cobra, modelo 1970, apareció por primera vez en una subasta en mayo de 2013 con un precio de reserva de US$ 350.000, pero la puja no subió lo suficiente y no se vendió. Desde entonces, RK Motors ha anunciado su venta, inicialmente valorándolo en US$ 599.900 y más recientemente en US$ 429.900.

Nuevamente se presentó en la subasta Kissimmee de Mecum en enero de 2019, con el antecedente que su hermano, propiedad de Bud Moore, había dejado caer el martillo en US$ 525.000, en la subasta Kissimmee de Mecum, justo un año antes, sin embargo, esta vez lo presentaron sin reserva y se vendió por tan solo US$ 192.500, una cifra inferior a la esperada. Una ganga para un carro tan importante.

Este es el motor V-8 Boss ‘9, idéntico al que tenía el carro cuando se fabricó
Contra marcado como ‘King Cobra’
Tres imágenes que ilustran perfectamente este singular automóvil