Historia del Restaurador de un Ferrari muy especial…

Investigación y edición Francisco Mejía-Azcárate
Con el clima seco y árido de Arizona en la mente, en un momento en el que buena parte del noreste de los Estados Unidos se encontraba sumergido bajo la nieve, el 16 de enero de 2015 se abrieron las puertas de la subasta de Bonhams, en Scottsdale y se remató uno de los mejores automóviles Ferrari que llegaron a ese enorme país. Se trataba de un 275 GTB Competizione Scaglietti, modelo 1966, que se convirtió en la atracción principal de la subasta.

Ferrari 275 GTB Competizione Scaglietti, modelo 1966, durante su participación en las 24 Horas de LeMans (1967)
La lista de razones por lo cual este Ferrari es muy especial, es bien larga. Este “Competizione” fue fabricado con un chasis más liviano que el de sus hermanos de año y la exquisita carrocería que se le colocó, se creó usando aluminio ultra fino para mantener el peso lo más bajo posible, y, finalmente, el motor V-12 de 3.3 litros fue pasado por el “callejón de los bólidos”, un área específica de la fábrica de Maranello donde se fabrican los motores más emblemáticos de la marca del Cavallino Rampante. El motor, además, fue montado más atrás en el chasis para maximizar la producción de energía y la distribución del peso. Estos hechos por sí solos hacen de este Ferrari 275 GTB Competizione, identificado con el # 09079 en su chasis, una cosa muy especial, pero eso no es todo y su historia no se detiene allí…

Ferrari 275 Gran Turismo Berlinetta Competizione Scaglietti, cuando ganó las 24 Horas de LeMans, en 1967
El auto fue fabricado para la legendaria escudería suiza “Scuderia Filipinetti” que lo corrió en Le Mans en 1967, 1968 y 1969, ganando la categoría GT en dos ocasiones. En 1969 lo corrieron en la famosa carrera de los 1.000 kilómetros del circuito Spa-Francorchamps, donde volvió a ganar la categoría GT y repitió la hazaña en la carrera de los “500 kilómetros de Imola”, en el mismo año.

Vista del motor V-12 de 3.3 litros y la hermosísima parte posterior del 275 GTB
Interior del Ferrari 275 Gran Turismo Berlinetta Competizione Scaglietti
Después que la “Scuderia Filipinetti” sintió que su vida útil en las pistas del Ferrari 275 GT había culminado, llegó a las manos de un par de coleccionistas de los Estados Unidos, antes de ser enviado de vuelta a Italia, más precisamente a Módena, a la extraordinaria “Carrozeria Brandoli”, donde posiblemente trabajan los mejores restauradores de carrocerías Ferrari en el planeta. Luego de una meticulosa restauración, calificada de "100 puntos", el espectacular Ferrari 275 GTB Competizione se ganó los honores en Pebble Beach y participó en el “Le Mans Classic” y el “Silverstone Classic”. Con ese palmarés fue presentado en la subasta de Bonhams en el lujoso Westin Kierland Resort & Spa, en Scottsdale, Arizona, y… ¿cuál fue la apuesta por este fabuloso Ferrari 275 Gran Turismo Berlinetta Competizione Scaglietti?

Momento en que la puja de la subasta llegaba a US $ 6.250.000.00
Otro ángulo del Ferrari 275 Gran Turismo Berlinetta Competizione Scaglietti, cuando estaba siendo subastado
Poco después el más interesado aceptó pagar US$ 9.405.000.00, la suma más alta jamás pagada por un Ferrari modelo 1966. El carro no sólo estaba salpicado por la gloria de una rica historia automovilística a manos de la “Scuderia Filipinetti”, sino que también tenía el goce de haber pasado por una restauración de 100 puntos a manos de los principales restauradores de carrocerías Ferrari, en el mundo, la “Carrozeria Brandoli”, de quienes ofrezco un corto metraje en el que se puede ver el excepcional trabajo que realizan: http://vimeo.com/108818609 . En el vídeo se muestra a Egidio Brandoli, un maestro artesano de 75 años de edad, que cuando era niño escuchaba el rugir de los Ferrari que probaban en Módena y soñaba con trabajar en ellos. Siendo muy hábil con sus manos y teniendo una mente muy inquieta entendió que la mejor manera de estar cerca de sus amados Ferraris era trabajar en la “Carrozeria Scaglietti”, el principal constructor de carrocerías de Ferrari, cuyo primer Ferrari fue la reconstrucción en 1954, de un Barchetta de dos litros, un modelo deportivo de dos plazas que necesitó de una importante reconstrucción después de haber sido semi destruido por su antiguo propietario.


Alguien que haya tenido la oportunidad de adquirir un viejo y opaco Ferrari, sin ese brillo característico de su pintura pero así y todo haya sido cautivado por la belleza de sus líneas, debe saber que existen en el mundo varios talleres capaces de restaurarlos, pero que ninguno tiene la excepcional destreza y calidad de la “Carrozeria Brandoli” en Módena, Italia. Brandoli trabajó para Scaglietti durante 20 años, en los cuales con sus propias manos moldeó, armó y acarició cientos de Ferraris, al tiempo que aprendió las técnicas idóneas de hacer de su trabajo un arte exquisito. Egidio trabajó en muchos prototipos aguzando su continua innovación, bajo la estricta mirada de Enzo Ferrari, un perfeccionista exigente, que siempre esperaba una meticulosa precisión y el compromiso total de sus hombres. Durante diecisiete años, entre 1963 y 1980, trabajó en equipo con todos los ingenieros, mecánicos y constructores de estos automóviles fantásticos y sus modelos especiales, que en su momento fueron hechos a la medida y que en la actualidad tienen una altísima reputación que se refleja en su gran valor, por ser unos vehículos con muchas características técnicas y de diseño, siempre adelantados a su época.

Egidio Brandoli cuando trabajaba en el Ferrari 275 Gran Turismo Berlinetta Competizione Scaglietti
La habilidad, perseverancia y pasión ganaron para Egidio una promoción que lo convirtió en el segundo a bordo de la “Carrozeria Scaglietti”. Durante los años que permaneció en el taller que fabricaba los hermosos bólidos, que habrían de llevar la insignia de Ferrari, Egidio trabajó directamente en el desarrollo y fabricación de automóviles tan emblemáticos como el 250 GTO, el 250 LM, y el 250 GTL y en muchos prototipos del calibre del 330 Sport/Prototipo, el 275 GTB/2 y GTB/4, el Dino 206 Sport/Prototipo, el Dino 206 GT y el Dino 246 GT, el 365 GTB/4 "Daytona", el 365 GTS/4 Daytona Spider, el 512 S, el 512 M, el 312 P, el 365 GT4 BB, el 365 GTB/4 Competizione, el 246 GTS, el Dino 308 GT4 Bertone, y el 308 GTB/GTS. Tal fue la razón por la cual cuando fue creado el nuevo departamento dedicado a la reparación y restauración de carrocerías y motores de Ferrari, Egidio fue el experto puesto a cargo del mismo, posición en la que permaneció por algo más de tres años, hasta su retiro a finales de 1983.

Este fue el título dado al corto metraje. En castellano traduce algo así como el “martillador de lámina”
En el transcurso de la década de 1970 “Carrozeria Scaglietti” fue vendida a Fiat y como consecuencia hubo un nuevo “orden”, a pesar que Sergio Scaglietti permaneció en la presidencia de la compañía hasta su muerte en 1985. Los nuevos directivos eliminaron el departamento de restauración y asistencia técnica, una parte del negocio que Egidio consideraba muy importante y con el cual estaba muy comprometido. No pasó mucho tiempo para que Egidio, en desacuerdo con los directivos de Fiat, decidiera abrirse camino en su propia aventura de restaurar tan maravillosas obras de arte.


El comienzo no fue fácil a pesar de su experiencia, pero después de trabajar muy duro, la recompensa del éxito fue llegando lentamente hasta que Egidio Brandoli fue reconocido como el mejor restaurador de Ferraris, en el planeta, los cuales luego de pasar por sus manos lucen como si el tiempo jamás hubiese dejado huella. Durante todos los años de trabajo en la “Carrozeria Scaglietti” se forjaron muchas amistades, una de ellas con el propio Sergio Scaglietti, un hombre que contribuyó en gran medida a su realización personal. La armonía y el respeto mutuo muy probablemente jugaron un papel importante en lo que vendría más adelante.

Roberto Brandoli aprendió de su padre el hermoso arte de la restauración
Egidio Brandoli, trabajando en el Ferrari 275 Gran Turismo Berlinetta Competizione Scaglietti, subastado recientemente
Las piezas imposibles de encontrar son fabricadas, de la misma ‘exacta’ manera como se hacía en la “Carrozeria Scaglietti”
A su lado, en las instalaciones del taller en la Vía Zenzalose, en Montale Rangone, su esposa Renata era la encargada de la administración. Más tarde, en 1991, se unió su hija Francesca. Roberto, el hijo mayor y sus otros dos hermanos, Riccardo y Cecilia, siempre han convivido entre herramientas, piezas, partes, restos y accesorios de automóviles, las cuales ni siquiera estaban autorizados a cepillar, hasta no tener la experiencia debida. Una parte importante del taller Brandoli es que es un negocio familiar. Sin la pasión y el conocimiento que Egidio fue capaz de transmitir a sus hijos, un negocio tan importante nunca habría subsistido. Roberto Brandoli heredó el excesivo cuidado por los detalles y el profesionalismo de su padre, a quien acompaña desde 1984. Con una experiencia que ya superó la barrera de los 30 años, no sobra decir que este taller tiene unos cimientos firmes y un segundo a bordo con las capacidades para continuar con el oficio. La experiencia y la extraordinaria calidad del trabajo realizado en este taller salta a la vista y los agentes de las marcas italianas más emblemáticas recomiendan a Brandoli, para que repare los autos que así lo requieren.

Las manos expertas de los Brandoli, siempre están presentes en todas las restauraciones
Trabajar con tal grado de perfección terminó por convertirlo en el mejor especialista en restauración del mundo y lo transformó en el punto de referencia más alto para quienes aman sus carros y necesitan un trabajo preciso, original y bien hecho. Para los coleccionistas de Ferrari en el mundo entero, que solo aceptan un carro perfecto, el taller Brandoli, hoy igual que antes, sigue de cerca el ciclo completo de su reparación o restauración, sin importar que sea una simple abolladura o una restauración en la que haya que reemplazar piezas que ya no existen y que son imposibles de encontrar, pues cuando no se consiguen, se crean y fabrican con la lealtad y precisión milimétrica, con las que se fabricaron las originales.

Para lograr la perfección, se trabaja de la misma forma y con las mismas herramientas que se usaban en la “Carrozeria Scaglietti”
La empresa nunca ha hecho publicidad, jamás se ha anunciado, simplemente quien quiere el mejor trabajo para su Ferrari se las arregla para encontrarlos. “Cuando un coleccionista nos trae su carro, lo está trayendo a su lugar de nacimiento", dice Roberto Brandoli, quien compara su trabajo con el de un sastre, con la única diferencia que puede tomar un 500TRC, para dar una vuelta en una tarde soleada.

Ferrari 275 Gran Turismo Berlinetta Competizione Scaglietti modelo 1966, subastado por US$ 9.405.000.00
“Los Ferrari son tan bellos y espectaculares que quisiera poder colgarlos en las paredes”, dijo alguna vez Ralph Lauren”, el famoso diseñador estadounidense, creador de la marca Polo, quien tiene una colección de 14 de ellos, valorada en más de 150 millones de dólares.