Los automóviles estadounidenses de la década del ´50 - The American cars from the 50s

Investigación y edición Francisco Mejía-Azcárate
La década que comenzó en 1950, es conocida como la década de la cultura automotriz. Luego de la 2ª Guerra Mundial, la economía norteamericana creció velozmente debido a la industrialización y a la comercialización de muchos y nuevos productos que fueron inventados o desarrollados como consecuencia de las necesidades de la guerra. En esa década, Estados Unidos era el mayor productor industrial del mundo y su capacidad cubría todas las industrias imaginables, inclusive, la poderosa industria automotriz que quedó exhausta luego de fabricar todo tipo de insumos bélicos durante los últimos cuatro años de la guerra. La década se inició con nuevos bríos y tras un rápido y certero ajuste, se encarriló hacia la producción a un ritmo vertiginoso, pues se debía cubrir no solo la demanda local, sino casi que la totalidad de la demanda mundial, pues los otros países industrializados del mundo, especialmente los europeos y los asiáticos, quedaron devastados y sus industrias en la ruina. Se estima que en esa década las fábricas norteamericanas produjeron 56.6 millones de carros familiares y 7.3 millones de vehículos con destino a la producción agrícola e industrial.

Línea de ensamble de la Ford Motor Company en Dearborn, Michigan, 1957 (Ford Skyliner)
Camadas de vehículos nuevos en las Autopistas Americanas - 1950’s Milwaukee, Wisconsin
Antes de la guerra, el automóvil se insinuaba como una gran necesidad en los hogares estadounidenses y luego de la guerra se evidenció que los automóviles iban a tener el rol más preponderante de todos, especialmente luego de que el Presidente Eisenhower firmó el “Interstate Act”, la cual promovía la construcción e interconexión del sistema Federal de carreteras, lo que se tradujo en mayores ventas de carros, pues en la práctica los ciudadanos podían conducir a cualquier lugar de la geografía norteamericana. Hubo un gran auge de familias que empezaron a hacer turismo entre ciudades por carretera y a visitar los parques naturales y luego los parques temáticos.

Adicionalmente, la popularidad del vehículo se hizo tan grande en las décadas del 50 e inclusive del 60, que era muy usual ir a pasear en carro sin tener un destino definido, simplemente se hacía visita a unos cuantos amigos, mientras se conducía por la ciudad. Recordemos que un galón de gasolina (3.78 litros) empezó la década a 18 centavos de dólar y la terminó a 25 centavos de dólar.

Sacramento, California en 1950
El fenómeno de los suburbios, que sacaba a las familias a unos cuantos kilómetros de las ciudades, influyó para que la importancia del automóvil se hiciera aún más notoria. Así mismo, el sinnúmero de empresas e industrias que se crearon como consecuencia del amor de los norteamericanos por los vehículos, empezó a generar miles de puestos de trabajo, como por ejemplo en las empresas de distribución de combustibles, los talleres, las empresas de taxis, de carga, de reparto y hasta la industria del alquiler de carros que creció de la mano de la aviación comercial y convirtió a la década de los ´50, en la década de la cultura automotriz.

Publicidad del DeSoto Firedome y Fireflite en 1957
El diseño de los vehículos estadounidenses en la década que comenzó en 1950, dejaba ver la opulencia y el exceso de materiales disponibles. Con mejoras en casi todas las áreas, desde nuevos materiales sintéticos, mejores pinturas e innumerables accesorios electromecánicos, hasta combustibles mejor refinados y de mayor octanaje que permitían mayor desempeño y más potencia, la industria automotriz norteamericana le entregó al mundo, millones de vehículos diseñados con un aura de romanticismo, que tenían una calidad excepcional. Interiores espaciosos y confortables, biseles y bumpers cromados, guardabarros traseros alados y parabrisas envolventes. Para muchos entusiastas, los carros de los años 50 terminaron convirtiéndose en los más bellos y deseados que se hayan fabricado jamás. Se estima que solo en los Estados Unidos, Canadá y Méjico, existen unos 16.000 clubes de carros antiguos con cerca de 350.000 vehículos de fabricación estadounidense de la década del 50, debidamente registrados y sin contar los que se encuentran en museos, colecciones privadas e inclusive rodando aún, como es el caso de la Isla de Cuba, en la que los mismos conforman casi el 35% de la flota automotriz del país. Echemos un vistazo a algunos de automóviles estadounidenses más famosos y emblemáticos de esa década.

Ford Club Coupé modelo 1950

Aunque este modelo nació en 1949, su aparición fue tan importante que hizo que la Ford Motor Company empezara la década con el pie derecho, salvándola de lo que a todas luces parecía sería una bancarrota. El estilo del carro era alto, delgado y liso, ganándose por ello el apodo de “Caja de Zapato”. Tal vez la mayor ruptura con el pasado fue el diseño integral del guardabarros de este modelo. A diferencia del guardabarros abultado y las carrocerías camas trónicas que se ofrecían en los modelos que le precedieron, este modelo tenía una línea limpia y continua desde la punta hasta la cola.

Ford Club Coupé modelo 1950
Una conexión suave y estéticamente agradable existía cuando con la mirada se barría la silueta de este moderno automóvil. Desde su elegante nariz cromada con forma de bala y/o hélice, en el centro de la parrilla, hasta las luces traseras horizontales, el Club Coupé fue realmente diferente a cualquier otro carro de su época. Con algunas pequeñas modificaciones, este estilo de carrocería se mantuvo desde 1949 hasta 1951.

Chrysler New Yorker modelo 1951

Este fue el año del primer motor "Hemi”. El nombre Hemi vino de la forma de las tapas de los cilindros, que tenían un diseño de cámara de combustión hemisférica. Los motores V-8 de Chrysler, luego bautizados “Fire-Power”, eran de 331 centímetros³ y generaban 180 HP. La diferencia de este motor con los motores V-8 de la competencia se da porque las cámaras de combustión son de forma semiesférica, lo que crea una mejor eficiencia térmica y volumétrica.

Chrysler New Yorker modelo 1951
Por lo tanto el motor podía crear más potencia sin aumentar la compresión. La colocación de las válvulas dentro de las cámaras de combustión se encontraban enfrentadas directamente, en lugar de lado a lado. Esto permitía un mejor flujo de la admisión y los gases de escape. Las bujías estaban en una mejor posición dentro de la cámara de combustión para proporcionar máxima ignición. El Chrysler New Yorker de 1951, era el modelo más sofisticado en la línea de Chrysler e incluso fue seleccionado como el “Indy 500 Pace Car” ese año.

Hudson Hornet modelo 1952

En 1952, se introdujo la versión del motor "Twin-H" con dos carburadores de una boca cada uno que generaban 170 HP. Este motor podía ser fácilmente modificado para que generara 210 HP., con un kit vendido por la misma de fábrica llamado “7-X Modifications”.

Hudson Hornet modelo 1952
Los pilotos de carreras Marshall Teague, Herb Thomas y Tim Flock, conduciendo Hudson Hornets ganaron 27 carreras del circuito de NASCAR. En las carreras del circuito AAA, Marshal Teague, conduciendo un Hudson Hornet, sin ningún tipo de modificación, logró 14 victorias en la temporada, con lo que en total, los Hornets de 1952 se llevaron ese año 40 victorias en 48 eventos, un porcentaje de victorias del 83%, un logro notable para un carro de sólo 6 cilindros.

Chevrolet Corvette modelo 1953

El Corvette fue diseñado por Harley Earl, quien quería salirle al quite a la Nash Motors, la cual desde 1951 sacó al mercado el biplaza deportivo ‘Nash-Healey’, fabricado en colaboración con el diseñador italiano Pinin Farina y el ingeniero británico Donald Healey.

Chevrolet Corvette modelo 1953. El 1er Corvette
Se entendía que existía un gran mercado porque muchos biplaza descapotables empezaron a llegar de Europa y la gran General Motors, debería tener un pedazo de ese pastel. El Corvette fue presentado sin mucha acogida el 17 de Enero de 1953, pero el diseño del auto gustó muchísimo. Sin embargo su motorización era muy pobre y no generaba la excitación de los biplaza provenientes del viejo continente.

Cadillac Eldorado modelo 1954

El modelo “Cadillac Eldorado” ha sido uno de los de mayor duración en la historia de los carros lujosos estadounidenses, pues se fabricó durante 50 años, desde 1953 hasta 2002. La versión de 1954 fue espectacular y el diseño de su carrocería lo convirtió en un automóvil más pragmático.

Cadillac Eldorado Convertible modelo 1954
Este modelo en particular se convirtió en un símbolo de los primeros años del Rock & Roll y de los comienzos de la contracultura en los Estados Unidos. Ese año se vendieron 2.150 Cadillacs Eldorado, casi que el doble del año anterior. En la actualidad, los convertibles son objeto de culto entre los coleccionistas más entusiastas y su precio en subasta puede exceder fácilmente los US$ 100.000.00.

Ford Thunderbird modelo 1955

Estilo, potencia y comodidad, eso es lo que los diseñadores de este biplaza americano supieron combinar para que el fabuloso vehículo se convirtiera en un éxito inmediato. El primer modelo del Thunderbird fue presentado en el Salón del Automóvil de Detroit en febrero de 1954 y el día 22 de octubre de 1954, se empezó a vender como modelo del año 1955. Durante los primeros 10 días hubo pedidos para 3.500 unidades.

Ford Thunderbird modelo 1955
Ford iba a fabricar 10.000 unidades, pero eventualmente las ventas ascendieron a 16.155, en 1955. El Thunderbird incluía un techo extraíble de fibra de vidrio. El motor V8 Y-block de origen Mercury de 4.8 Litros (292 pulgadas cúbicas) complementado con un carburador Holley de 4 bocas y mofles de doble salida generaban 198 HP para la versión de caja automática y 193 Hp para la versión de caja manual. El nombre del Thunderbird proviene del folklore nativo estadounidense de Arizona y Nuevo México.

Studebaker President Speedster modelo 1955

El Speedster fue uno de los miembros principales de la serie President de Studebaker y su diseño se basó en el President coupé. Para 1955, la compañía rediseñó agresivamente sus modelos para incorporar bumpers cromados más grandes y una persiana o parrilla que estuviese más acorde con los carros fabricados en Detroit. El President Speedster fue el primer paso de Studebaker hacia un automóvil deportivo y fue el precursor de los memorables Hawks. Siendo el más costoso de toda la línea, este President de dos puertas y techo duro se fabricó con un interior especial con patrones acolchados de cuero y vinilo en la tapicería y un juego de instrumentos en blanco sobre negro, complemento de un elaborado tablero con apliques de metal. Un pequeño motor V-8 con excelente desempeño, ahora elevado a 259.2 pulgadas³, que generaba 185 HP, era estándar en esta serie. Los Speedster fabricados a mediados de 1955 recibieron un maquillaje adicional con más cromo en su trompa “labios de pescado”. Todos los Speedsters llevaban dos o tres tonos de pintura en combinaciones de colores chillones como este inolvidable "limón y lima" de la foto.

Studebaker President Speedster modelo 1955
El precio de lista del Speedster empezaba en US$ 3.253.00, unos US$ 800.00 más que el President State de techo duro. En 1955, se fabricaron 2.215 Studebaker President Speedster y es precisamente ese bajo número de unidades fabricadas que hacen que este carro sea verdaderamente apetecido en el mundo entero.

Oldsmobile 98 Starfire Convertible modelo 1955

Este fue un carro diseñado por Harley Earl. Con una línea robusta y clásica de diseño exquisito, en la actualidad es uno de los vehículos más apetecidos por los coleccionistas especializados en esta década. En estado óptimo de conservación y/o restaurados, según los cánones, son muy perseguidos en las principales subastas de los Estados Unidos.


Oldsmobile Starfire 98 Convertible modelo 1955 (Propietario Javier Sierra, Rionegro, Colombia)
Como era el modelo más destacado y costoso de la serie, se le incluyeron muchos de los elementos tecnológicamente avanzados que estaban disponibles en su momento, tales como una transmisión automática “Hydramatic” y el “Autronic Eye” que era un control de luminosidad o ‘dimmer’ automático de los faros y el “Twilight Sentinel”, una función que prende y apaga automáticamente las luces de los faros principales a través de un temporizador, el cual puede ser controlado por el conductor; igualmente, los estándares de los materiales interiores y exteriores eran de excelente calidad, rivalizando con sus hermanas más encopetadas la Cadillac y la Buick. En Rionegro Colombia, uno de los automóviles de su clase mejor restaurados del mundo, reposa de sus avatares del pasado en la hermosa cochera del coleccionista antioqueño don Javier Sierra.

Continental Mark II modelo 1956

Técnicamente no era un Lincoln, aunque fue producido por la División Continental de Ford, en Dearborn, Michigan y producido únicamente en 1956 y 1957, para competir con los automóviles Chrysler de alta gama y por supuesto con los Cadillac de la General Motors. Fue diseñado por un magnifico equipo liderado por Harley Copp, el Jefe de Ingenieros de la “División de Productos Especiales”, quienes sorprendieron a todo el mundo pues no había abundancia de cromo, ni exageración en los detalles y fue mucho más discreto y europeo de lo que cualquiera jamás hubiera imaginado. Tenía muchos detalles del prototipo “Lincoln Futura”, diseñado por Bill Schmidt.

Continental Mark II modelo 1956
Venía con un motor Lincoln V-8 de 6.7 Litros capaz de generar 285 HP., que estaba acoplado a una transmisión automática de tres velocidades. El aire acondicionado se ofrecía como opcional por US$ 525.00. Era difícil no amarlo a primera vista, definitivamente tenía mucha clase y era el sinónimo perfecto de una época cuando todo el mundo, en el gran país del norte, aún se colocaba sombrero, tal y como se reproduce en la exitosa serie “Mad Men”, que apareció hace unos siete años en la televisión mundial.

Buick Roadmaster modelo 1957

Para este año, la 7ª. generación de Roadmasters, hizo su debut. A primera vista es notorio que el modelo ofrece una carrocería más baja y un parabrisas aún más panorámico, sostenido por columnas inclinadas inversas.

Buick Roadmaster modelo 1957
Un largo y curvilíneo bisel cromado, con el interior rojo, atraviesa el costado lateral haciendo un pico hacia la rueda trasera y rodeándola para terminar cerca del stop trasero a la misma altura de donde empezó. Pesados bumpers cromados tipo “Dagmar” (copia el estilo de las grandes balas de artillería en forma de concha). Los modelos de dos puertas se distinguen porque vienen con un trío de galones en los cuartos traseros y los modelos de cuatro puertas vienen con un emblema Roadmaster enclavado dentro del largo bisel lateral. El guardabarros delantero lleva los característicos cuatro agujeros que dan respiro al enorme motor de 364 pulgadas³, con una potencia de 300 HP.

Chevrolet Bel-Air modelo 1957

La 2ª. generación de Bel-Airs vio la luz en 1955, con un bellísimo modelo de líneas limpias, con una persiana o parrilla frontal inspirada en Ferrari y variadas opciones de motorización, transmisión, combinación de colores y los artilugios básicos de tecnología de la época. Para 1956 se hizo un maquillaje leve y a simple vista se podía deducir que la persiana o parrilla frontal había cambiado, haciéndola más grande; así mismo, tenía elegantes aberturas sobre las ruedas traseras.

Chevrolet Bel-Air modelo 1957
Sin embargo, en 1957, el estilo cambia por completo, haciéndolo más destellante desde su parte frontal hasta la cola. Este nuevo Bel-Air era más espacioso y aunque tenía pronunciadas aletas, eran de muy buen gusto, pues fueron rematadas con una fina y brillante biselería cromada. Los modelos más básicos venían con una caja automática “Powerglide” de dos cambios, sin embargo, una segunda caja de cambios automática llamada “Turboglide” era opcional. Esta nueva “Turboglide” proporcionaba una relación de transmisión variable y continua que durante el desplazamiento era imperceptible. En el Bel-Air de 1957 se podía aumentar la capacidad del motor a 283 pulgadas³ (4.6 Litros) con la opción "Super Turbo Fire V8" que generaba 283 HP, con la ayuda del sistema mecánico de inyección continua de combustible, de circuito cerrado.

Chevrolet Impala modelo 1958

Habría que esperar hasta 1958 para que la División Chevrolet de la General Motors lanzara el “Impala”. La intención era demostrarles a sus competidores que se tenía lo que se necesitaba para producir un bello, lujoso y sobrio automóvil que podía mirar de frente y sin complejos a sus competidores de patio: el Ford Galaxie 500 y el Plymouth Fury, en una época en la que los vehículos de gran tamaño mandaban la parada en el mercado americano. Fue tal el impacto que tuvo este modelo, que los directivos de la encopetada Cadillac, pegaron un grito en el cielo porque aparte de no poseer una cola alada, la mayor diferencia consistía en el precio entre los dos. Ed Cole, el ingeniero jefe de Chevrolet a finales de 1950, definió al Impala como: "un carro de prestigio dentro del alcance del ciudadano estadounidense promedio". Todos los modelos medían 530.86 cms (209”) de largo, 197.36 cms (77.7”) de ancho y 144.78 cms (57”) de alto. El Impala fue presentado como la principal sub serie del Bel Air y se distinguía de los otros por sus tres ‘stop’ o luces de frenado en línea, a cada lado en la parte trasera, mientras que los modelos menos sofisticados como el Chevrolet Biscayne que siguió al Chevrolet 210 y el Delray que sustituyó, al más económico Chevrolet 150, solo llevaban dos ‘stop’ a cada lado y las carriolas solo presentaban uno. Adicionalmente, estaba decorado con unas insignias especiales de banderas cruzadas localizadas arriba de las molduras o biseles laterales, así como unas brillantes y falsas molduras de cuatro líneas que sobresalían en la parte baja del guardabarros trasero.

Chevrolet Impala modelo 1958
También es importante recordar que 1958 fue el 1er año de las farolas dobles. Y debajo de esta nueva carrocería, también había un nuevo chasis. El chasis estándar, tipo perimetral, fue sustituido por una unidad con forma de "X" alargada, sobre la cual Chevrolet afirmaba que este nuevo chasis ofrecía una mayor rigidez torsional y permitía que el habitáculo se localizase más abajo, sin sacrificar el espacio interior que luego fue totalmente unificado.

Cadillac Eldorado Seville Coupé modelo 1959

Este vehículo era el barco insignia de toda la flota americana y se distinguía por sus enormes aletas traseras. Venía en versión estándar con un motor “Q” V-8 de 6391 cm³ (390 CI) y 345 HP, con tres carburadores, escape doble con resonadores, suspensión neumática integral con ajuste automático y manual y todo un despliegue de artilugios eléctricos, como los asientos, las ventanas, los espejos, la antena y hasta la apertura de la bodega o maletero. Sólo unas pocas cosas eran opcionales en estos carros, los cuales poseían uno de los accesorios más nuevos y emocionantes: el control de velocidad de crucero. Para 1959 el Cadillac Eldorado vino en dos modelos principales, el Biarritz (convertible) y el Seville (coupé). Aunque el modelo de Biarritz es hermoso, en la actualidad son más fáciles de encontrar.

Cadillac Eldorado Seville Coupé modelo 1959
No pasa así con los Seville coupé, considerados por muchos aficionados los más hermosos de todos. Sólo el modelo Eldorado tiene una hermosa y pulida banda de acero inoxidable barriendo detrás del parabrisas delantero, rodeando los cuartos traseros y volviendo hacia adelante en los paneles inferiores. Esto acentúa y hace ver más grandes las aletas y los contornos de la carrocería, complementando el estilo con mayor gracia que el solitario y delgado bisel que corre a lo largo del costado de los Cadillac estándar. El Cadillac Eldorado también cuenta con una persiana (parrilla) trasera de tres niveles, que, junto con la persiana (parrilla) delantera, tiene más de quinientos componentes.

Ford Galaxie modelo 1959

1959 fue el primer año del modelo Galaxie, el cual se ganó inmediatamente la reputación de ser uno de los vehículos más bellos jamás producidos en la planta de Dearborn, Michigan. El Ford Galaxie de 1959 ganó la Medalla de Oro 'Estilo Excepcional' en la Feria Mundial de Bruselas. La crítica europea se enamoró de sus líneas de carrocería baja y larga que barre sutilmente sus guardabarros traseros, de su capó excepcionalmente plano y de la forma cómo este se conjuga con sus esculpidos guardabarros delanteros de doble faro, hermosos y planos, bellamente adornados con románticos eclipses voladores.

Ford Galaxie Skyliner modelo 1959
En 1959 los modelos Ford Galaxie y Ford Fairlane, eran virtualmente el mismo vehículo, con algunos detalles de biselería diferentes, amén del nombre. Posiblemente los más recordados de todos fueron los ‘Skyliner Retráctiles’ con una capota de acero que con gracia y eficiencia se escondía en la cajuela, convirtiéndolos en vehículos convertibles en solo 60 segundos. El Galaxie se ofrecía en 6 diferentes modelos así: Galaxie Town Victoria Sedán, Galaxie Club, Galaxie Victoria Coupé, Galaxie Victoria Sedan sin parales, Galaxie Skyliner Retráctil y Galaxie Sunliner Convertible. Cada modelo tenía sus propias características que iban desde la línea, la ornamentación y la motorización hasta la capota retráctil que se plegaba y se guardaba en la bodega. El modelo de capota dura retráctil se produjo durante los años 1957, 1958 y 1959; durante esos tres años se fabricaron 50.412 unidades.

Ornamento distintivo del Galaxie de 1959
Localizado en la parte alta del guardabarros delantero