La Historia de Don Williams, El Rey de los Clásicos

Edición y traducción Francisco Mejía-Azcárate
Don Williams posa sonriente frente a su majestuosa colección de clásicos
Don Williams, el propietario de la “Colección  Blackhawk” y gerente del “Museo Blackhawk”, es un raro hombre de negocios especializado en aparatos de 4 ruedas. De 65 años de edad, residente en Danville, California, no tiene que trabajar y posee un enclave conocido como Blackhawk. Luego de una vida dedicada al negocio de los automóviles, puede darse el lujo de pasar sus días juagando al golf. Después de todo, el trabajo de Williams no tiene nada de trabajo, como lo dedujo Marco R. Della Cava, quien lo entrevistó en su oficina en la parte alta de una loma en Blackhawk. Con miles de metros cuadrados llenos de algunos de los autos clásicos más codiciados del planeta, coches tan asombrosos que pondrían a cualquier aficionado de rodillas, el señor Don Williams, actúa como un intermediario entre un curador y un hombre de negocios pues tiene una red de contactos y amigos en todo el mundo, cultivados durante mas de 50 años. Solo un hombre de esta magnitud en el negocio de los carros antiguos y clásicos puede mover estas muy bien equipadas piezas de arte de un garaje a otro. Williams tiene cinco hijos humanos, pero tiene cientos de niños de cristal y acero. “Este carro me trae memorias”, dice Williams, señalando un hermosísimo y seductor 1952 Ferrari 212 Inter Vignale. “Lo vendí la primera vez hace 25 años, viajó a Suiza, Suecia, Londres, Hong Kong, New Jersey y finalmente regresó a mí de nuevo, sin embargo, luego de todo este tiempo, en  su odómetro solo se registran 150.000 millas”. Él hace esto frecuentemente y por eso sonríe. Es el sello vertiginoso del hombre que como si aún fuera un niño juega a los carritos en su caja de arena favorita. Delgado, de pelo blanco y con un firme apretón de manos, este hombre de rápido andar y jocoso lenguaje, no deja pasar ninguna oportunidad y muerde ferozmente el anzuelo cuando huele un verdadero clásico. Negocia basado en la debilidad del oferente, la cual aprendió a distinguir muy temprano en su carrera.  “En esos días de repente aparecía un cliente a mi almacén de Santa Mónica y después de mirar un rato me decía ‘tengo que hablar con mi esposa’ y yo le decía….hágame un favor y la próxima vez me manda a su esposa; ahora, cuando me pasa eso, pienso que probablemente va hablar con su esposa”. Su esposa Janeth, es un apoyo no solo en las ventas sino también en el manejo y conservación de los casi 90 carros que tiene permanentemente exhibidos en el ‘Museo Blackhawk’, el ‘Auto Collections’ en Las Vegas y el museo que para 2012 abrirá en el ‘Auto Expo Park’ en Shanghai.  Este feudo del automóvil que nació de los sacrificios iníciales y que luego se convirtió en un exitoso negocio, primero en Los Ángeles y más tarde en Arizona, donde Williams, junto con Tom Barrett y Jackson Russ, fueron los fundadores de la subasta de automóviles ‘Colector Barrett-Jackson Collector Car Auction’, ahora manda la parada en el canal de televisión ‘Speed Channel’. En 1981, cuando Williams se preparaba para abrir su primer taller en Denver, Colorado, le ayudó al magnate de la propiedad raíz Ken Behring, a encontrar unos cuantos carros fantásticos para su colección personal, y fue desde entonces que Ken Behring, se convirtió en algo así como un banco al financiarle varios proyectos, decidiéndo más bien irse de Denver al norte de California.


El “Museo Blackhawk” fue inaugurado en Septiembre de 1988 y el edificio es una obra maestra de la arquitectura, especialmente diseñado para albergar la colección personal de Ken Behring. Mientras, Williams era pionero de las subastas de carros clásicos en ciudades tan distantes como Tokio y Ginebra, los 6.500 metros² del museo fueron íntegramente dedicados a preservar las joyas del mundo del automóvil, verdaderos tesoros que combinan arte, tecnología, cultura e historia, además de 2.100 metros² de galerías para exposiciones temporales, charlas educativas y programas culturales, una Biblioteca, una tienda y por supuesto la librería del Museo. Mientras que Behring se hizo empresario deportivo adquiriendo el equipo de fútbol americano ‘Seattle Seahawks’ y se dedicó a regalar sillas de ruedas a los necesitados por todo el mundo, Williams, se dedicó exclusivamente y con pasión al mundo de los automóviles clásicos.  De hecho, si uno no puede asistir al ‘Concurso de Elegancia de Pebble Beach’ que se realiza durante el mes de Agosto de cada año en Monterey, puede visitar el “Blackhawk Museum” en cualquier momento del año, pues muchos de los vehículos presentados en ese evento, con frecuencia son expuestos en el museo. Infortunadamente, por políticas de la institución, no se puede tomar fotografías.


Los carros que lo rodean hoy en día, son testigos mudos del nivel de perfección alcanzado por Williams. Por ejemplo, tiene dos icónicos Porsches 959, uno rojo y otro negro, carros que se definen por el arte y la alta tecnología del año de su producción (1986) y son tan codiciados que su valor de medio millón de dólares cada uno, no impide que exista una gran lista de espera, si es que algún día Williams decide venderlos.  Sin embargo, estos dos carros a lo lejos parecen sucios y mal pintados, por lo que  Williams explica mientras se acerca a ellos, que eso es “Cosmoline”, la cera en que vienen empavonados de fábrica y que debajo se encuentra la pintura nueva que aún no ha visto la luz del día……Sí, tal como lo están leyendo, estos carros están tan originales, que nunca fueron preparados para los futuros dueños y aún conservan el plástico sobre los asientos. Otros carros fantásticos en el museo son: un Isotta Fraschini de 1931 Tipo 8A Landaulette, un Bugatti de 1932 Type 50T Profilée, un Winton de 1909 Touring Model 17, un Mercedes de 1911 Labourdette Skiff y muchos más, inclusive el Figoni et Falaschi Delahaye 135 de 1937 que recibió el premio del 50º  concurso de Pebble Beach en el año 2000.

Isotta Fraschini 1931 Tipo 8A Landaulette1932
Bugatti, Type 50T Profilée (Uno de los dos que existen)
Winton Touring Model 17 de 1909
Mercedes Labourdette Skiff 1911
“Yo busco más allá que el carro clásico de todos los días, quiero el último, el primero, el prototipo y lo quiero puro” Puro, es una palabra que Williams usa con frecuencia, con eso quiere decir que cada parte o pieza de los carros aquí expuestos ha sido colocada por la fábrica en el momento de su ensamblaje. Ese es verdaderamente un estándar muy alto, considerando que la gran mayoría de los carros clásicos han sufrido daños y percances a lo largo de su vida y muchos de ellos han tenido que ser reparados e incluso restaurados. Pero en el caso de Don Williams, la pureza de sus carros es solo comparable al secreto y sigilo que tiene al no revelar los nombres de los propietarios de muchos de los carros allí expuestos, algunos de ellos importados de otros países con el fin de evitar que situaciones políticas cambiantes generen su expropiación. Estando en la compañía de Don Williams, es fácil ver cómo todo este asunto puede ser objeto de envidia y es que aquí en este museo tiene un Mercedes-Benz 300 SL Gullwing 1955, con tan solo 4,149 millas originales. Más allá hay un Ferrari 166 Sport Touring Berlinetta modelo 1950, que se ve exactamente como se veía en el Motor Show de Ginebra en 1950. Esta visita se hace aún más absurda cuando en un corredor están exhibidos los 3 Alfa Romeo firulísticos de la serie B.A.T., fabricados en la década de 1950, uno al lado del otro y no muy lejos de un hermoso  Rolls-Royce Phantom II Continental Figoni et Falaschi 1932, fabricado exclusivamente para el entonces Príncipe de Nepal.  “Para mí es una persecución”, dice Williams, “si existe un carro poco común que no se me ha cruzado por el camino, entonces lo quiero”.
 
 
Don Williams dice que el mercado de los clásicos es un mercado sano y los carros únicos son más valiosos hoy que nunca ya que mucha gente prefiere invertir en ellos que en los mercados de valores de Wall Street. Cita como ejemplo un legendario Ferrari 250 GTO de carreras fabricado en los años 60’s, de los cuales solo se fabricaron unas pocas docenas. Él tuvo en sus manos uno hace un par de décadas y costaba unos pocos millones, actualmente, un Ferrari GTO de esos puede cambiar de manos por unos 35 millones de dólares.
 
 
“Hay una sequía evidente en el mercado ya que las personas que poseen estos carros no los quieren ni siquiera ofrecer a no ser de que el precio sea el correcto”, dice Don Williams. “La gente se ha venido dando cuenta que estos carros son un gran negocio y se ha convertido en un ‘commodity mundial’, tener la plata invertida en buenos carros clásicos es casi tan bueno como tener oro, son objetos tangibles y movibles, que se pueden enviar a casi cualquier lugar del mundo, lo que no se puede hacer con una propiedad horizontal”. Eso no quiere decir que el señor Williams negociará con todos aquellos que tengas los bolsillos grandes. El impone sus normas y se necesitan buenos modales.  “Si eres un caballero, entonces nos vamos a entender muy bien, si no lo eres, entonces no vas a poder comprar ninguno de mis carros”, dice sonriente. La dirección del Museo es: 3700 Blackhawk Plaza Circle, Danville. Lo abren de miércoles a domingos de las 10 de la mañana hasta las 5 de la tarde. Si la idea es quedarse, se encontrará alojamiento a pocos minutos, junto al Museo, en Danville o en San Ramón. Se cobra la entrada, aunque hay descuentos para estudiantes y mayores de 65 años y el acceso es gratuito para los niños menores de seis años.

Parte de la colección de Don Williams
Al fondo el HispanoSuiza
Emblema de cristal en uno de los clasicos
Jaguar
1924 Hispano Suiza Tulipwood Roadster Profile
1930 Buccialli (by Angelo and Paul Albert Bucciali)
1931 Isotta Fraschini Tipo 8A
1931 Packard Model 745 (by Raymond Detrich - Model 745 packed the legendary 384 c.i. L-head straight eight good for 120 Hp
1936 Duesenberg (by Bohman and Schwartz of Pasadena)
1937 Packard 1500 Touring Sedan 01
1948 Cadillac (by- French coach builder Jacques Saoutchik)
1955 Dodge Firebomb (Dual-Ghia)
1956 Arnolt-Bristol (Ppowered by a Corvette V-8, rode on British chassis, and had Italian bodywork)
1967 Porsche 911S
1970's Hong Qi Presidential Limousine, used by Richard Nixon during his visit to China, February 21-28, 1972

Crédito:  Entrevista realizada por Marco R. Della Cava | Yahoo! Autos – Jun. 16, 2011