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Historia de la Buick

Investigación y Edición Francisco Mejía-Azcárate

Buick comenzó como un constructor de autos independiente bajo el nombre de Buick Motor Company y fue fundada el 19 de mayo de 1903 por el americano escocés David Dunbar Buick en Flint, Michigan. Buick fue el inventor del motor con válvulas en la cabeza, motivo del éxito de la marca. En 1904 la compañía fue comprada por James Whiting, quién contrató a William C. Durant para que manejara la compañía. Dunbar Buick (1854/1929) falleció en la pobreza 25 años después de haber vendido la compañía que fundó, sin siquiera sospechar que la misma se convertiría en una de las marcas más exclusivas del planeta. El primer Buick que se puso a la venta, el clásico Modelo B (construido sobre la base de una serie de prototipos diseñados por Whiting) fue ensamblado en la nueva planta de Flint en 1904. La producción total de estos automóviles fue de 34 unidades, pero ninguno llegó hasta nuestros días. Al Modelo B le siguió el Modelo F (1909), el cual conservó la arquitectura del chasis y la potencia del motor de su antecesor. El éxito que Buick tuvo al comienzo se le atribuyó básicamente a su motor de válvulas patentado por el ingeniero Eugene Richard. Él y parte de su equipo de diseñadores y desarrolladores de motores formaron parte de la 1a. generación de profesionales que integraron los talleres de la General Motors durante sus primeros años de existencia. William C. Durant, aprovechando las ganancias producidas por la Buick, hizo una serie de inversiones y adquisiciones con miras a crear una corporación, la General Motors. Bajo el control de Durant, Buick se convirtió en el constructor más grande de América. Ayudado por el éxito de la marca, Durant se embarcó en una cruzada de adquisiciones comerciales, llamando a su nueva mega corporación General Motors. Buick, desde su fundación, fue el pilar financiero de la General Motors. En un principio las diferentes marcas que formaban General Motors competían entre ellas pero Durant le puso fin a eso e hizo que cada marca estuviera dirigida a un tipo de comprador específico. En esta nueva organización, Buick estaba casi hasta arriba, sólo Cadillac tenía más prestigio. Hoy en día Buick sigue en la misma posición dentro de General Motors. El logotipo actual de Buick nació en la década de los 60, los tres escudos representan los tres coches que comercializaba la marca en esa época: LeSabre, Invicta y Electra y los escudos son el escudo de armas del fundador original de la marca. La época de los ‘Dream Cars’ americanos se inició en 1937, cuando Harley Earl diseñó el Buick Y Job. A partir de ese momento todos los demás estilistas tuvieron inmensas dificultades para sorprender con nuevos planteamientos a sus jefes de diseño. Ellos se afanaban en elaborar un dibujo básico del coche, se lo enseñaban a los ingenieros, a los ejecutivos y al personal de producción.

El Buick Y Job prototipo de 1938 concebido por Harley J. Earl
Al principio, todos sonreían y hacían comentarios aprobatorios, pero después uno de ellos decía la frase que más odian todos los diseñadores: “Muy bien, muy bonito, pero usted debería saber que nos es imposible construir un coche como ése.” Esta era exactamente la razón por la que Harley Earl creó el Y Job. Él quería demostrar algo. Estaba entusiasmado por expresar su concepto de cómo sería un automóvil del futuro y quería convertir su sueño en un objeto real de tres dimensiones. Para él ésta era la única posibilidad de demostrar a todos los escépticos y murmuradores que era posible crear coches mejores, con carrocerías más bajas y compactas. Coches con un mando que se encarga de accionar los seguros de las puertas, con ventanillas que suben y bajan mediante un motor eléctrico, con faros que se ocultan cuando no hacen falta y con un techo descapotable que se quita y se pone de forma automática.

Buick LeSabre prototipo modelo 1951 de Harley J. Earl
Tras el paréntesis de la 2a. Guerra Mundial, los expertos en marketing se encargaron de analizar los deseos de una clientela sorprendida por los espectaculares avances técnicos del momento. A partir de ese momento, las marcas americanas consideraron interesante mostrar al público cómo serían los coches de finales del siglo XX. En el fondo se trataba de una estrategia para crear un estilo innovador, con abundancia de elementos aeronáuticos, que ayudase a presentar como naves voladoras unos automóviles cuya mecánica apenas estaba evolucionado. De esta manera surgió el Buick Le Sabre en 1951. Fue uno de los primeros trabajos experimentales de posguerra, realizado por Harley Earl cuando se encontraba al frente del equipo de diseñadores de la General Motors. Para perfilar la espectacular carrocería del Le Sabre, Earl se inspiró en las formas de los primeros cazas a reacción, fiel reflejo de la ingeniería estadounidense más futurista pero también introdujo en el nuevo modelo originales detalles estéticos. Así, por ejemplo, la parrilla ovalada del frontal oculta los faros y en la parte trasera de las aletas en forma de cola. se encuentran las luces posteriores y unos parachoques integrados en la carrocería que acogen en su interior las salidas de los tubos de escape. En la zona posterior también aparecen las trampillas que dan acceso a los depósitos de gasolina y metanol. Junto a estas exóticas aportaciones estilísticas aparece por primera vez un parabrisas panorámico, elemento que llegaría a ser característico de muchísimos automóviles americanos y de algunos europeos e las siguientes dos décadas. Este singular automóvil, cuyo desarrollo costó a la General Motors la no despreciable cifra de medio millón de dólares, incorporaba artilugios tenidos por entonces como de sofisticación extrema: los asientos disponían de calefacción eléctrica y la capota, que estaba situada en un hueco situado entre los asientos y el maletero, se desplegaba automáticamente en el mismo instante en que un sensor instalado encima del túnel de transmisión notaba la presencia de agua. El motor usado en este carro fue uno idéntico al usado en el Buick XP 300, otro Dream Car.

Buick XP 300 prototipo de 1951
Se trataba de un V8 de 3.5 litros y compresor que utilizaba gasolina hasta las 2.500 rpm, el cual a partir de ese instante funcionaba con metanol. En escaso tiempo este coche del futuro adquirió fama internacional, pues incluso el propio presidente Eisenhower lo utilizó en una visita a Europa.

El Motorama, la gran exposición itinerante con la que la General Motors daba a conocer sus últimos diseños, contó en su edición de 1956 con la presencia de seis coches futuristas, entre los que se encontraba el Buick Centurion.

El Futurliner de la General Motors
Motorama, el gran espectáculo, se iniciaba todos los años por el mes de enero en el Hotel Waldorf Astoria de Nueva York y a continuación emprendía una gira con escalas en Miami, Los Ángeles, San Francisco y Boston en la que se movilizaban más de un centenar de camiones. Se trataba en definitiva de mostrar al mayor público posible los avances técnicos que con el tiempo se convertirían en algo cotidiano y para ello algunos de estos "dream cars" incluso fueron a Europa y se expusieron en los salones de Londres y París.

Buick Centurion modelo 156 (prototipo)

Con el Buick Centurion se tuvieron en cuenta las opiniones del público americano. Su detalle más característico, el techo transparente, se concibió tras comprobar que muchos norteamericanos preferían comprar automóviles descapotables, más que todo por su estética, aunque luego nunca le retirasen la capota. En sus formas se nota una evolución, con el empleo de formas cóncavas y convexas, que tienen un interés especial en que los faros y los grupos ópticos quedasen disimulados. Este coupé de dos puertas y cuatro plazas, contaba asimismo, con un interior muy elaborado que daba cabida a detalles asombrosos por entonces. Al abrir las puertas el asiento retrocede automáticamente para entrar de manera más cómoda y al tocar el respaldo, cuando uno se acomoda, la silla avanza hasta la posición previa. No encontraremos pedales ni palanca de cambios, pues esos mecanismos anticuados fueron sustituidos por botones. En el centro del salpicadero, una pantalla de televisión sustituye a los retrovisores, ya que una cámara situada en la trasera del coche se encarga de facilitarnos las maniobras de parqueo.


Un poco más allá de los prototipos

1959 fue especial en la historia de Buick ya que por primera vez la plataforma de un vehículo servía también para otra marca de la General Motors y, después de más de dos decenios, toda la gama de modelos Buick recibió nuevos nombres que tenían una agradable sonoridad.

Buick Invicta coupe modelo 1959
1958 fue un mal año para Buick, así lo resumía la ‘Encyclopedia of Américan Cars’, la obra de referencia del automóvil americano. La caída de ventas de Buick ocurrió debido a la recesión económica y a las críticas a su apuesta estética. Un estilo exageradamente orgulloso intentaba mantener la clientela, pero con apenas 240.000 coches vendidos, la marca caía al quinto puesto en el grupo General Motors, incluso por debajo de Oldsmobile. ¡La situación era crítica! Los directivos de Buick, sometidos a una gran presión por las directivas, optaron por una inyección de oxígeno. Se decidió, antes que empezar a hacer pequeños retoques de carrocería, revisar totalmente el diseño para el modelo 1959 y se bautizó a toda la gama Buick con nombres inéditos para insistir en la novedad de los modelos presentados. El Special se llamó desde entonces LeSabre, el Súper y el Roadmaster pasaron a ser Electra y Electra 225 y el Invicta sustituyo al Century. Las decisiones fueron juiciosas. Los Buick del 59 recibieron por parte de la prensa el calificativo de las modificaciones más logradas. La clientela volvió y las ventas en el mercado americano aumentaron en más de un 20%.

Buick Invicta coupe convertible modelo 1959
El Invicta, que reemplazaba al Century, contribuyó ampliamente a este buen resultado con 52.000 unidades construidas. El Invicta que, en principio, era la versión de lujo del LeSabre, se diferenciaba por la pintura en dos tonos y por varios embotelladores de cromo, pero sobre todo por su cabina notablemente ennoblecida en relación con el modelo de base. Los compradores que optaron por el Buick Invicta lo hacían sobre todo por el motor más potente: el V8 era un sólido pedazo de fundición de 6.6 litros de cilindrada, que multiplicaba la generosa potencia de 295 caballos DIN. Las aletas delanteras del Invicta se prolongaban en los laterales y luego se fundían en la parte trasera del coche en unos elegantes alerones. El Invicta estaba disponible en cinco variantes de carrocería: berlina, break, coupe, hardtop, de dos o cuatro puertas y también cabriolet. Todas las versiones, incluida la descapotable, podían acoger sin problemas a seis personas. El Invicta, por tanto, tuvo un papel importante para la supervivencia de Buick, ya que fue el eslabón evolutivo, tanto técnica como estéticamente, que enlazó los modelos de los años cincuenta con la gama comercializada en la década posterior. La palanca de cambios de la caja automática estaba justo detrás del imponente volante. El tacómetro era horizontal y reinaba sobre toda la serie de los instrumentos esféricos. Este medía 5.52 mm de largo y su peso era de 1.966 kg. La velocidad máxima alcanzada era 190 km/h y aceleraba de 0 a 100 km/h en 11 segundos.


Buick Invicta Coupe modelo 1961
La década de los 60’s comienza en 1961, cuando se lanzan nuevos motores V8, que incluso sirven como base a los autos de Fórmula Uno y con los cuales lograron importantes triunfos Jack Brabham y Denis Hulme entre 1966 y 1967. En 1961, se presentan los nuevos motores V6, que se montaron por espacio de cinco años en el modelo Special. Dos años más tarde se lanza el famoso Riviera, que se convirtió en todo un clásico. Los modelos siguen aumentando de cilindrada, potencia, tamaño, pero desaparecen para siempre las aletas de cola, famosas y apetecidas en los 50. Un Buick Electra 225, un Lesabre o un Wildcat mandaban la parada en modernismo y lujo. En los 70 continúo la tendencia, súbitamente frenada por la crisis del petróleo de 1973, que obligó a bajar potencia, tamaño y peso de los vehículos.

Buick Riviera modelo 1963
En 1970, 71 y 72, se alcanzó a vender con gran éxito el poderoso Buick GS con motor V8 y una cilindrada de 455 pulgadas cúbicas (más de 7.000 c.c). Para superar la crisis, Buick recompra a American Motors la patente para volverá fabricar su motor V6 de 225 pulgadas cúbicas, que fue usado en el Jeepster Commando presentado a finales de 1966, pero que con las justas actualizaciones lo convirtieron en el famoso y longevo V6 de 231 pulgadas cúbicas, usado hasta hace pocos años.

Buick Grand Sport (GS) convertible Modelo 1972
De los 70 vale la pena recordar el Buick Apollo, montado sobre la plataforma de construcción monocasco del Chevrolet Nova y del Oldsmobile Omega. En los primeros años de los 80, se dejaron de fabricar los autos de carrocería B, como el Century y el Regal básico y el turbo, lo mismo que el Lesabre (que permaneció hasta 1985). Eran de gran tamaño, dotados de tracción trasera y entonces se comenzaron a producir los Buick Skylark y Century con carrocerías tipo A y X de la General Motors que utilizaban tracción delantera, según los parámetros modernos.

1974 Buick Apollo
Las mayores ganancias de Buick se produjeron a mediados de los 80s, en una época en que los precios del combustible a base de petróleo y la recuperación económica impulsaron las ventas de los automóviles familiares. Además de esto, la creciente popularidad de los modelos nuevos de mayor potencia favoreció la producción de Buicks durante esos años. Con posterioridad a este período de apogeo comercial, la segunda mitad de la década trajo consigo una disminución paulatina de los autos Buick, en particular los diseñados para el público consumidor de autos de lujo, coupes y camionetas.

Buick Electra Estate (Station Wagon) modelo 1986                    Buick Regal modelo 1986
De acuerdo al estudio anual VDS (Vehicle Dependability Study) 2007 de JD Power, la marca Buick obtuvo un empate en 1er lugar de calidad con la filial de lujo de Toyota, la marca Lexus. Cabe señalar que el VDS es un estudio realizado a vehículos con 3 años de antigüedad en el que los dueños reportan los problemas manifestados en su auto, durante los últimos doce meses. El estudio mide número de problemas por cada cien vehículos (PP100), siendo la media de la industria, 216 problemas por cada 100 vehículos.


El resultado para Buick fue de 145 problemas, lo que le permitió brincar del tercer sitio hasta el primero, compartido con Lexus. Los autos Buick Regal y Century, fabricados para el mercado Chino, lideraron el segmento de los autos medianos. Asimismo, Buick también presentó un bajo porcentaje en cuanto a reposición de componentes con 39%, cuando el promedio de la industria se sitúa en 50%. La General Motors Corporation ya enterró a Oldsmobile en 2004 y a Pontiac, a finales de 2010. Mucho se especuló sobre si el siguiente sería Buick. Con cifras de ventas esperanzadoras en 2010 y después de haber sorteado la crisis de 2008, parece que tendremos Buick para muchos años por venir. La nueva General Motors ahora posee los activos más importantes de la vieja General Motors, que pasó de llamarse General Motors Corporation a Motors Liquidation Company.