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Imponente fotografía del Porsche 356C de 1964 en una base naval de California |
Hace varios meses leí un artículo escrito por Sean Lorentzen, en el Blog de Petrolicious, sobre este emblemático Porsche que muy pronto completará 1.000.000 de millas en su odómetro y me llamó muchísimo la atención su historia por cuanto este no es uno de esos vehículos recreativos que ha sido restaurado por su último dueño. Este es, en efecto, la historia de un sobreviviente que está a punto de cumplir 50 años de edad y se trata nada más, ni nada menos, que de un automóvil Porsche 356C, Coupé, modelo de 1964, que sigue comprobando la férrea resistencia de los materiales con los que fue fabricado hace medio siglo y reafirma, con su ejemplo, que la ingeniería alemana no tiene paralelo.
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Detalles del extraordinario estado de conservación del Porsche descrito en este artículo |
En la actualidad se habla cada vez más de vehículos fabricados con tecnología limpia, capaces de desplazarse en base a combustibles alternativos y/o combustibles renovables pero la gran pregunta es: ¿son sostenibles? Sostenibles en el sentido de su durabilidad, desempeño y calidad, porque el Porsche 356C de 1964, que se observa aquí y pertenece a Guy Newmark, de San Pedro, California, está a punto de completar 1.000.000 de millas en el odómetro y con ese número de millas recorridas durante medio siglo, nadie puede dudar sobre si es o no, sostenible.
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El propietario, Guy Newmark, posa orgulloso al lado de su venerado Porsche 356C |
La verdad es que Guy Newark, vive el sueño que tenemos muchos aficionados, de tener un automóvil clásico que podamos conducir a diario. Es que este Porsche 356C modelo 1964, ha sido conducido casi que a diario por su propietario por más de cuarenta años. Su padre adquirió el Porsche en el concesionario un mes después de su lanzamiento y ha sido conservado por su familia desde entonces. En el momento de la entrevista, realizada en Junio de 2013, el dueño afirmaba que en ese momento el carro tenía 982.000 millas, de las cuales su padre le había puesto las primeras 80.000 y él las otras 902.000. Dice el señor Newmark, que su padre le regaló el carro en 1968, después de haberlo usado por cuatro años y que hasta antes de este carro, su padre había tenido vehículos de las marcas Austin-Healey, Jaguar y dos Mercedes Benz 300 SL, pero fue tal su experiencia que después de adquirir el Porsche nunca más se volvió a bajar de un Porsche.
Este 356C se erige como un testimonio real de la fiabilidad de la ingeniería de Stuttgart, pues si ponemos las cosas en perspectiva, es como si este carro hubiese ido a la luna y vuelto, en dos oportunidades. El concepto de obsolescencia programada tan común en los productos industriales de la actualidad, definitivamente no era tenido en cuenta por los ingenieros de Porsche, pues durante las últimos 49 años solo se le ha reparado el motor en tres oportunidades y su transmisión sólo tuvo que ser intervenida por primera vez cuando el carro sobrepasó las 900.000 millas en el odómetro, para cambiarle tres cojinetes. La incuestionable fiabilidad que ofrece este automóvil es un testimonio sobre la supremacía automotriz alemana y una lección para todos nosotros que llenos de tentaciones nos dejamos seducir cada vez más por carros que son más inteligentes, más eficientes y eso sí, mucho menos emocionantes. Durante una corta vuelta de prueba que el reportero Sean Lorentzen dio en el Porsche el día en que le hizo la entrevista a Guy Newmark, el primero manifestó: “A lo largo de la pequeña distancia recorrida, puedo decir que a pesar del astronómico número de millas, el carro todavía se siente tan fuerte como un tambor. El interior parece fresco, su desplazamiento es sensible y con buen agarre en las curvas; el motor de cuatro cilindros refrigerado por aire, con su ruido inconfundible, le proporciona una banda sonora increíble. El mismo señor Newmark informa que a pesar que su potencia de 75 HP es moderada, es uno de los mejores vehículos que un conductor puede manejar.
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Motor del Porsche 356C de 1964, enfriado por aire, de 75 HP |
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Fotografía del impecable interior del Porsche de 50 años de edad |
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Detalle del tablero de instrumentos del 356C |
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Detalle de la copa o tapa cubos del 356C |
Todavía se alegra de poder conducir este 356C todos los días, tanto así que durante la entrevista afirmó: "Después de 45 años de estarlo conduciendo y más de 900,000 millas, todavía ansío sentarme detrás del volante”. Sin embargo este 356C no es su único Porsche, también es propietario de un impresionante Porsche Cabriolet 356B de 1962, que viene con una rara capota de fábrica y ha poseído desde 1971. Los dos juntos constituyen una pareja estupenda y cualquier aficionado se sentiría orgulloso de poderlos conducir todos los días.
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Preciosas fotografías del Porsche 356C de 1964, cruzando por una autopista californiana |
Inesperadamente, solo un par de meses después de la entrevista, el 18 de Agosto de 2013, el 356C fue robado del garaje de la residencia del señor Guy Newmark. Afligido por la pérdida de su venerado Porsche, Newmark hizo uso de todos los medios electrónicos y digitales posibles para informar sobre el robo de su vehículo, incluyendo fotos, videos y adicionalmente los números de identificación de chasis, motor y registro así: VIN 220286, el número del motor 71566 y el número de la placa WPN II, de California. Solo habían pasado un poco más de 24 horas desde su desaparición, cuando una mujer que había leído sobre el robo en internet, reportó que conocía el lugar dónde el auto se encontraba escondido. La felicidad del señor Newmark fue expresada de manera muy efusiva en el siguiente comunicado: “Gracias a todos los que difundieron la noticia. Este carro ha sido salvado gracias al poder de la Internet. Una señora lo pudo reconocer gracias a una foto colgada en la Internet". “Parece ser que el único daño sufrido por el automóvil, durante el período de su desaparición, fueron unos cables cortados debajo del tablero. Es evidente que los ladrones sabían más acerca de cómo abrir garajes que de cómo cablear un carro robado ¡Gracias a Dios!”. Ahora el “azul" está descansando cómodamente en la casa de su mecánico”. “¡Gracias, gracias, gracias!”
Crédito fotografías: Sean Lorentzen (Petrolicious)