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La Historia del "Paxton Phoenix" un sueño a vapor que rueda con gasolina

Por: Francisco Mejía-Azcárate
Robert Paxton McCulloch, fue un norteamericano que heredó junto con sus dos hermanos, un imperio económico, que su abuelo había construido. Así y todo, McCulloch fijó su propio norte en el camino de los negocios y fundó algunas compañías que le reportaron importantes beneficios. Era un personaje muy listo y como podremos ver más adelante bastante obstinado.

En 1968 McCulloch se propuso conseguir una atracción turística realmente destacada para su ciudad, Lake Havasu City, en el estado de Arizona, en los Estados Unidos. En su búsqueda llegó a la propia Londres. Por entonces, un puente de Londres, construido por John Rennie, en el año de 1831, sobre el río Támesis, estaba comenzando a hundirse. Por ello el ayuntamiento londinense determinó que había que construir un nuevo puente y en lugar de demoler o desmontar el puente del siglo anterior, se determinó que el mismo fuera subastado públicamente. Tres años más tarde, después de desmontar la construcción piedra a piedra, el puente, con las mismas piedras y en su posición original, fue instalado en su nuevo destino. En 1971 se organizó la fiesta de inauguración, con un estruendoso desfile, la presencia de celebridades y el lanzamiento de fuegos artificiales. Al finalizar la obra McCulloh se había gastado US $2.500.000 dólares de la época.

London Bridge Lake Havasu City, Arizona, Estados Unidos

A Robert Paxton McCulloch la idea de trasplantar el Puente de Londres en el desierto de Arizona en la década de 1960, probablemente no le parecía tan inverosímil como su sueño, casi dos décadas antes: producir en masa un automóvil a vapor. La diferencia era que a pesar de haber logrado relocalizar el Puente, su sueño de fabricar carros a vapor, solo produjo un ejemplar: el Paxton Phoenix. Ese prototipo finalmente se pudo conducir, con un motor Porsche, aunque no de vapor y en ese momento no se encontraba listo para las salas de exhibición. Aun así, a este carro se le incorporaron elementos de diseño y tecnología que estaban muy adelantados a su tiempo, lo que le sirvió de vitrina al trabajo de Brooks Stevens, un diseñador industrial cuyas creaciones ayudaron a definir la era de la posguerra en los Estados Unidos. Algunos de los detalles eran sorprendentemente futuristas para un carro modelo 1953. Estos elementos saltaban a la vista de cualquier persona, lo cual se vio en julio de 2010, durante la realización del “Concours d’Élégance of America”, organizado cerca de Detroit, en Michigan. Entre las características más destacadas del Paxton Phoenix, que más tarde serían de uso común, se destacan los paneles de su carrocería en fibra de vidrio (el Chevrolet Corvette utiliza una construcción similar) y un techo duro retráctil, extraordinario en esa época, aunque es un diseño muy común en los convertibles actuales.

1953 Paxton Phoenix

Al igual que otros inventores que trataron de crear nuevas marcas de vehículos, McCulloch estaba decidido a hacer que su carro se destacara. Respaldado por una herencia formidable, McCulloch se dio el lujo de contratar personas de reconocida experiencia para contrarrestar el ingenio de los titanes de la industria. Su equipo estaba integrado por Roscoe C. Hoffman, un talentoso ingeniero y especialista en la construcción de chasises novedosos, quién en la década de 1930 desarrolló un innovador vehículo de motor trasero. También a bordo de su equipo estaban Abner Doble, un experto en máquinas a vapor que tenía su propia compañía de automóviles a principios de Siglo XX y lo más importante, el visionario diseñador Brooks Stevens.

Brooks Stevens (06- 7, 1911 – 01- 4, 1995)

En el libro "La fuerza del Diseño Industrial: Cómo Brooks Stevens Moldeó tu Mundo”, escrito por Glenn Adamson en 2003, Adamson escribió que Stevens, diseñó muchos productos distintivos, pero su objetivo era diseñar cosas que tendrían éxito en el mercado. Esa filosofía hizo que fuera un buen candidato para McCulloch, cuyos negocios en general llegaban a buen término. William C. Stevens, padre de Brooks Stevens, fue un inventor de componentes para vehículos, razón por la cual Brooks estaba inmerso en el mundo del automóvil desde niño. Mientras que Stevens padre tenía la pasión por saber cómo hacer funcionar las cosas, el joven Stevens estaba más interesado en ver como lucían las cosas. No obstante lo anterior Stevens Junior compartía la inventiva de su padre. Así ocurrió que los automóviles fueron un punto focal de Brooks Stevens, pero no su único interés, pues en su larga carrera creó diseños de muebles para el hogar, electrodomésticos, juguetes, barcos, motocicletas, trenes y tractores.

No obstante lo anterior Stevens Junior compartía la inventiva de su padre. Así ocurrió que los automóviles fueron un punto focal de Brooks Stevens, pero no su único interés, pues en su larga carrera creó diseños de muebles para el hogar, electrodomésticos, juguetes, barcos, motocicletas, trenes y tractores. Sus diseños de automóviles incluyeron verdaderas joyas del diseño como el Studebaker Hawk Gran Turismo. Irónicamente Brooks Stevens siempre será recordado por ser el hombre que ayudó a ponerle ruedas a la salchicha Oscar Mayer, la famosa “Wienermobile”.

Fotografías de la revista Road & Track de abril de 1957

El diseño del Paxton Phoenix, aunque novedoso en su época, tiene muy poco en común con los carros actuales. Las luces evocaban motores a reacción. El bumper iba por debajo de la persiana del carro. Los orificios de ventilación que se elevaban por encima del guardabarros trasero, sugiriendo un avión, interrumpían los flancos suaves y redondeados de la carrocería y la parte trasera del carro era una reminiscencia de los barcos diseñados por el padre de Stevens. Lo más distintivo era la suave curva del techo y una descendente curva en la tapa de la bodega. La repetición de las formas del techo y de la tapa del baúl no fueron una coincidencia, ya que cuando la capota era retraída se deslizaba hacia atrás sobre la tapa de la bodega o maletero.

1953 Paxton Phoenix - Meadow Brook Concours

La base principal para el proyecto era “Paxton Engineering”, brazo del desarrollo e investigación de las empresas de McCulloch. Estaba cerca del aeropuerto de Los Ángeles y fue allí donde algunas de las odiseas más ingeniosas de McCulloch se llevaron a cabo.

Aunque McCulloch se hizo más conocido por las sierras de cadena que llevan su nombre, este ingeniero empresarial fue también un fabricante de autopartes, un magnate petrolero y desarrollador de bienes raíces. Bajo la carrocería de fibra de vidrio del Paxton Phoenix, había un chasis diseñado con técnicas de construcción aeronáutica. La suspensión independiente utilizaba barras de torsión, similares a las de un Porsche 356, lo cual no es una casualidad, ya que uno había sido comprado por el equipo de McCulloch para diseccionarlo y estudiarlo. En las primeras etapas del proyecto McCulloch planeó potenciar el carro con un motor de combustión interna de 2 tiempos, de 3 cilindros y 6 pistones, con un cigüeñal en cada lado y cámaras de combustión en el centro de los cilindros. La idea de usar ese motor fue abandonada en favor de un motor a vapor.


El motor a vapor del Paxton iba a ser instalado entre las ruedas traseras, con la caldera en la parte frontal. La intención de un motor a vapor era total, pues casi cualquier combustible líquido podría ser usado para producir vapor y el motor a vapor entregaba un muy buen torque a bajas velocidades, de tal forma que no sería necesaria una transmisión.

Motor a vapor original del Paxton Phoenix

Abner Doble, otro de los integrantes del equipo, era un campeón cuando se trataba de motores a vapor. El mismo había tenido éxito fabricando vehículos a vapor. Su mejor diseño, uno fabricado en 1923, era capaz de rodar a 90 millas por hora. Sin embargo, los malos manejos financieros lo condujeron a la quiebra y pasó el resto de su vida como asesor. El motor desarrollado para el Paxton, comprendía un diseño compuesto de 3 cilindros de alta presión y 3 cilindros de baja presión, emparentados con una caldera de tubos especiales, conocidos como “flash tubes”, que se encargaban de eliminar la necesidad del tiempo necesario para calentarse y empezar a producir vapor, problema típico de los coches de vapor de principios del Siglo XX. El motor fue probado en un Ford modelo 1953, pero antes de que pudiera estar instalado en el Paxton, el proyecto fue abandonado.

Un artículo sobre el Paxton Phoenix, que apareció en la revista “Classic & Sports Car” en marzo de 2009, sugirió que los problemas constantes que surgían con el motor a vapor llevaron a McCulloch a cancelar el proyecto.

Jerry Williamson, jefe del taller de desarrollos de Paxton, en la década de 1950, dijo en una entrevista telefónica que no fue el motor a vapor la razón para que este proyecto se detuviera. "La muerte del Paxton Phoenix, fue puramente económica", dijo Williamson, quien agregó que él era el último sobreviviente del equipo del Phoenix.

"Las leyes de impuestos habían cambiado, algunas subvenciones que existían de parte del gobierno para la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías simplemente dejaron de existir y McCulloch decidió, entonces, que el negocio de fabricar automóviles no era para él".

1953 Paxton Phoenix – Motor Porsche 356

En algún momento, el motor y la suspensión del Porsche 356, que McCulloch compró para la investigación, fueron instalados en el Phoenix. La revista “Classic & Sports Car” dijo que esto sucedió una vez que el plan de construir masivamente un carro con motor a vapor, se vino a pique, pero Williamson afirmó que el motor del Porsche se le había montado al Paxton, para probar el chasis, mientras que el desarrollo del motor a vapor continuaba. En todo caso, la verdad es que ese motor de Porsche, se convirtió en la fuente de poder del carro y allí se ha mantenido siempre.

Años después McCulloch, conducía el carro de vez en cuando. Cuando murió en 1977, el carro fue vendido y enajenado de nuevo cuando el segundo dueño murió; esta vez lo compró un hombre cuya imaginación creaba formas: Brooks Stevens. Cuando éste murió en 1995, el carro estaba en su museo en Wisconsin, sitió en el que permaneció hasta que la colección completa fue vendida en 1998. "Cada propietario ha muerto, con el carro en su poder", dijo en una entrevista telefónica la ex-curadora del museo de Brooks Stevens, Alice Preston. "Myron Vernis, quien compró el carro cuando le vendimos la colección, se ha comprometido a no venderlo".

1953 Paxton Phoenix – Myron Vernis (Propietario actual)


El señor Vernis, un administrador de propiedades de Akron, Ohio, dijo que si bien el acuerdo fue informal, no tenía planes de venderlo. Antes de haber mostrado el Paxton Phoenix, en el “Meadow Brook Concours” el año pasado, ya lo había mostrado en el evento de Pebble Beach, en la Península de Monterey, en California.

Techo sobre bodega o maletero - Ingenioso sistema de Books Stevens

Según el señor Vernis y la señora Preston, conducir el Paxton es un verdadero placer. Ha recorrido tan sólo 800 millas en su larga vida y el señor Vernis solo le ha agregado 200 de ellas. "Como un admirador y entusiasta que he sido toda mi vida de la obra del diseñador Brook Stevens, es probablemente la única oportunidad que alguna vez tenga de poseer algo totalmente original, una creación única del señor Stevens y eso es muy importante para mí", escribió Vernis en un e-mail: "Hay una alta probabilidad de que mis hijas decidan la próxima vez si serán ellas las guardianas del carro o si asumirán la responsabilidad de venderlo".