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La Increíble Travesía de los Tres Chevrolet Corvair

Por: Francisco Mejía-Azcárate
Recuerdo una aventura llamada “British Trans-Americas Expedition”, que iba desde Anchorage, Alaska, hasta Tierra de fuego en Argentina. Esta hazaña fue realizada por unos intrépidos exploradores ingleses patrocinados por “British Leyland Motor Corporation (BLMC)” y la “Royal Army” de Gran Bretaña, entre diciembre de 1971, y agosto de 1972. Con esta expedición los británicos daban a conocer la maniobrabilidad, fortaleza y confiabilidad de las nuevas SUV de lujo “Range Rover”, con motor V-8 de aluminio, que acompañadas de varios todoterrenos Land Rover tradicionales recorrieron los casi 29.000 km, incluidos los intransitables 106 km del ‘Tapón del Darién’ hasta el hito Palo de Letras, que demarca la frontera de estos dos países hermanos, pero que diez años antes unos gringos hubieran logrado llegar al hito ‘Palo de Letras’ en unos automóviles Chevrolet Corvair, me pareció una fábula digna de investigar y contar.

Este mapa ilustra el recorrido de la Carretera Panamericana, la más larga del mundo

La carretera Panamericana es, hasta hoy, la vía más larga del mundo, con una red de carreteras de más de 48.000 km. El tramo entre Prudhoe Bay en la parte más septentrional de Alaska y Ushuaia, en la punta austral de Argentina, es de ‘aproximadamente’ de 23.464 km; la distancia exacta depende del camino que se tome, ya que desde finales del Siglo XX se han estado agregando rutas nuevas, modificando la red de carreteras previamente existentes. En algunos lugares, el camino es de grava, en otros está pavimentado y/o asfaltado, en otros es simplemente un camino de tierra, pero en todo este trayecto existen unos 400 km, en pésimas condiciones y dentro de esos 400 km, hay 106 km totalmente imaginarios, en medio de una densa y pantanosa selva ubicada entre la frontera de Panamá y Colombia, un área temida por todo el mundo, conocida como “El Tapón del Darién” (Darien Gap), donde las partes norte y sur de la carretera no están unidas.

En este mapa se ilustra hasta donde llega la Carretera Panamericana, en Panamá

Irónicamente, este loco plan de cruzar el ‘Tapón del Darien’ fue ideado por Carl W. Turk (1931-2007), un reconocido fotógrafo del periódico “Chicago Tribune”, como una forma de demostrar la necesidad de construir una vía carreteable que conectara América del Norte y América del Sur.

Como los alemanes habían demostrado exitosamente con su popular Volkswagen Escarabajo, que la refrigeración por aire tenía algunas ventajas reales en todos los climas, la División Chevrolet de GM, vio la oportunidad de mostrar la confiabilidad del nuevo automóvil Corvair con su motor trasero, refrigerado por aire, el cual era radicalmente opuesto a los automóviles que la marca estadounidense vendía tradicionalmente. Dado que el motor boxer y el diseño conceptual del automóvil no eran del todo convencionales y de alguna manera frenaban a los potenciales compradores, se aprobó y se patrocinó este viaje por carretera para mostrar las habilidades del automóvil.

Así, exactamente como estos eran los tres Automóviles Corvair que hicieron la travesía

Chevrolet, decidió hacer una película promocional, (From Here to There) saliendo desde Chicago con tres automóviles Corvair, para que desde ahí se dirigieran hasta Panamá, por la Carretera Panamericana, y una vez en el istmo siguieran de largo, se adentraran en la selva y llegaran a Sur América. Para el suministro de los automóviles, los equipos de apoyo y los repuestos para el viaje, Chevrolet se contactó con Dick Doane, un concesionario Chevrolet de Chicago, y conductor de autos deportivos, para que liderara el grupo de 12 conductores, un equipo de filmación y dos modernos camionetas ‘Suburban Carry All’ de doble tracción para soporte técnico y logístico, y un camión cisterna, también de doble tracción, para transportar el combustible. Doce hombres, casi todos menores de 30 años conducirían. La idea inicial era llegar hasta el hito ‘Palo de Letras’ que señala la frontera entre Panamá y Colombia, y luego seguir al sur hasta Buenos Aires, Argentina.

Dos camionetas 1961 Chevrolet Suburban Carry All, iguales a esta eran los vehículos de apoyo

Llegar hasta Panamá no presentó mayores riesgos, aunque, en ese entonces, las condiciones de las carreteras centroamericanas eran por decir lo menos, lamentables, especialmente si se les comparaba con las de los Estados Unidos. En Panamá los conductores, mecánicos y personal del equipo fílmico descansaron un par de días y se abastecieron de comestibles, agua y combustible para enfrentar la parte más crítica del viaje.

Aquí los tres Corvair en carreteras estadounidenses y en Ciudad de Panamá

Una vez llegaron al punto donde se interrumpe la Carretera Panamericana, se internaron en una de las junglas más tupidas y peligrosas de la tierra, un mundo totalmente desconocido e impredecible para todos. En el crepúsculo debajo del alto dosel de la jungla, surgieron obstáculos que fueron superados con la ayuda de una avanzada de rudos panameños de machete en mano, y la tecnología de la que disponían los estadounidenses.

Aquí fue que realmente comenzó la agonía de esta loca aventura

Día a día, metro a metro, los aventureros se abrían paso a través de la gran selva tropical con machetes y motosierras, mientras lentamente iban demarcando el inexistente camino, conduciendo los automóviles cada que les fuera posible a través de los lugares más inhóspitos y difíciles del mundo. En ocasiones, cuando los automóviles simplemente no podían avanzar por su cuenta, debieron ser arrastrados por los cabestrantes de sus camiones de apoyo o hacer uso de sus propios músculos para empujarlos.

Aquí uno de los Corvair, cruzando un caudaloso río en Panamá

Cuando los autos se averiaban, entre todos los reparaban; cuando uno de los 173 ríos, o uno de los innumerables barrancos amenazaban con detenerlos, los hombres talaban árboles y usaban los troncos para hacer cruces primitivos. Cerca de 180 puentes hicieron durante todo este periplo para permitir que los autos pudieran avanzar.


Durante todo el transcurso de esta odisea iban haciendo la cartografía que entregarían luego a las autoridades que en el futuro ‘finalizarían’ ese tramo de la carretera. Les tomó 107 días para recorrer un poco menos de 400 km, y el costo de hombres y equipo fue terrible.

Muchas veces hubo que usar el cabestrante (winche) para halar los Corvair a través de la selva

Aquí el camión cisterna superando una cuesta

Uno de los ‘Suburban Carry All’ se perdió cuando se deslizó por una grieta y uno de sus ejes se destrozó. El camión cisterna con el combustible se perdió después de que el cabrestante se rompiera por tercera vez y cayera unos 50 metros por un fangoso barranco, destrozando completamente su tren trasero. No teniendo más remedio extrajeron el combustible que pudieron en bidones, dejándolo abandonado en ese lugar.

Fotografía del camión cisterna que se quedó en medio de la jungla panameña

Increíblemente los tres autos Corvair iban superando cada obstáculo

Uno de los Corvair tratando de cruzar un puente hechizo se quedó atascado y recibieron la ayuda de nativos “Kunha”

Disentería y malaria golpearon a varios miembros de la tripulación y 4 miembros tuvieron que ser enviados de regreso a la ciudad de Panamá para recibir atención médica. Lo único que no resultó ser una amenaza fue la supuestamente temida tribu de indios nativos “Kunha”. Alguien les había dicho que esta tribu era hostil y que posiblemente estaba armada. Resultó que los líderes de la tribu no eran para nada hostiles, por el contrario, colaboraron y ayudaron a los expedicionarios.

Puentes improvisados como este, fabricados con trocos de árboles les permitieron ir franqueando zanjas y depresiones

Increíblemente, los tres autos Corvair fueron avanzando a pesar de tener que atravesar ríos, lechos de arroyos, lodo, troncos muertos, maleza, empinados riscos, valles y sumideros. La vida silvestre en la zona no era para nada exótica, ni agradable, había serpientes, escorpiones, tarántulas de casi tres centímetros de largo, abejas, murciélagos vampiros, millones de mosquitos, todo tipo de hormigas, boas constrictoras, grandes manadas de cerdos salvajes (jabalíes criollos) conocidos por devorar humanos, y un extraño gusano llamado ‘venti-cuatro’, porque esas eran las horas que te demorabas en morirte después de pisarlo.

Este Corvair se quedó enterrado de tal forma que hubo que abandonarlo a menos de 2 km de Palo de Letras

Así se ve el Corvair abandonado, casi seis décadas después.

Con los años el Corvair abandonado se ha vuelto un atractivo turístico y una foto obligatoria

Les tomó más de tres meses a estos hombres llegar a la frontera con Colombia, y no fue fácil, ni placentero, pero finalmente una de las camioneta ‘Suburban Carry All’ y dos de los automóviles Corvair, porque el otro se quedó enterrado, emergieron al lado sur del temido ‘Tapón del Darién’. El Corvair que debieron abandonar, quedó a menos de dos kilómetros del hito ‘Palo de Letras’, que marca la frontera de los dos países. En términos prácticos podríamos decir que los tres automóviles lograron Corvair cruzar el impenetrable ‘Tapón del Darién’.



No está claro como hicieron para llegar desde el hito Palo de Letras hasta Ungía (Colombia), y de allí hasta Turbo, porque para eso debieron haber cruzado el Golfo de Urabá en algún tipo de barcaza. Ya, una vez en Turbo, siguieron a Montería, Sincelejo, Cartagena y finalmente a Barranquilla.

Por comentarios y afirmaciones de algunos historiadores y aficionados de Colombia y Argentina a quienes les consulté sobre el destino de los vehículos sobrevivientes, al parecer estos se quedaron en el consulado estadounidense de la ciudad de Barranquilla, y los ‘héroes’ de esta hazaña regresaron a su país de origen, sin completar el anhelado tramo entre Colombia y Argentina, a pesar que en la película adjunta insinúan que si llegaron hasta Buenos Aires. Según mis amigos aficionados de Argentina, allá no hay registros de ese hecho. La historia de la travesía, cuyo objetivo era conducir los primeros autos de pasajeros a través del Tapón del Darién, se presentó en la revista "Tribune's Sunday" con fotos tomadas por el Sr. Turk. El viaje en su totalidad les tomó 4½ meses, y no me explico porqué Chevrolet no publicitó más semejante logro.

NOTA: Toda la travesía fue documentada en una película de ‘Jam Handy Productions’ (adjunta), y también en un artículo en la revista Automobile Quarterly (Volumen 1 Nº 3, en el otoño de 1962).

Hito Palo de Letras que marca la frontera entre Panamá y Colombia y el fin del Tapón del Darién