El hundimiento del buque produjo un pie de nota en la historia del automóvil pues, junto con el “Andrea Doria”, se fueron al fondo del mar unos 50 vehículos que se encontraban en sus bodegas. Aparte del prototipo Norseman de Chrysler, también iba un arquetipo de un Ford, un par de Facel Vegas y hasta un Rolls-Royce. Más de 200 pies bajo la superficie del Océano Atlántico y escondido dentro del oscuro casco del trasatlántico italiano “Andrea Doria” de 697 pies de largo, yace un desconocido carro experimental de ensueño. El barco se hundió varias horas después de ser golpeado por el buque de pasajeros “MV Estocolmo”, en la costa del estado de Massachusetts, EE.UU., en la noche del 25 de Julio de 1956, por causa de una espesa niebla.
El buque “Andrea Doria”, antes de hundirse definitivamente, en julio de 1956 |
Como resultado, las líneas únicas del ‘Chrysler Norseman de 1956’, fabricado por Ghia, no pudieron ser vistas por aquellos que las diseñaron, ni tampoco por los espectadores de los auto-shows donde debía presentarse con su pronunciado estilo fastback. Entre las pocas personas que lo vieron se encuentran los artesanos de Ghia en Turín, Italia y posiblemente las personas que lo subieron a bordo del buque, además de algunos de sus tripulantes.
Si el carro estaba embalado seguramente nadie del barco lo vio, pero si fue embarcado sobre una tarima, como era habitual en esos días, entonces existe la posibilidad de que haya habido más personas que hicieron contacto visual con este fabuloso exponente Chrysler/Ghia. Nadie está absolutamente seguro del método empleado para subirlo a bordo y aunque se cree que lo guardaron en la bodega de carga número dos, incluso eso es una incertidumbre. Muy pocas fotografías le fueron tomadas al carro después de ser fabricado, pues tan solo se conocen las aquí expuestas. Evidentemente, no le tomaron fotografías a color, por lo que cada vez que se toca el tema del color, la información resulta contradictoria. ¿Fue plateado o verde? Eso probablemente nunca se sabrá...
Modelo a escala del Chrysler Norseman 1956 |
Las pocas fotografías en blanco y negro tomadas al ‘Chrysler Norseman’ se hicieron en Ghia, poco antes de que el auto fuera enviado a la zona de carga. Los negativos de las fotografías del interior del carro parecen haberse perdido y las fotos originales son extremadamente escasas. El carro casi que está completamente perdido para la historia. Hay algunos hechos importantes acerca del prototipo que se hundió con el Andrea Doria que han sobrevivido los últimos 56 años. El origen del ‘Norseman’ se gestó, en algún momento, durante 1953, en un estudio ocupado por diseñadores y estilistas tan formidables e imaginativos como Cliff Voss y William Brownlie, así como un grupo de extraordinarios ingenieros y directivos que estaban bajo la dirección del legendario Virgilio M. Exner. El nombre ‘Norseman’, que en castellano significa ‘El Noruego’, se derivó de la ascendencia Noruega de Exner.
Molde de madera sobre el cual se diseñó el Chrysler Norseman 1956, en Turín, Italia |
Vista frontal del Chrysler Norseman 1956 Foto tomada en la planta de Ghia en Turín, Italia |
El equipo se tomó 50.000 horas-hombre y se gastó aproximadamente US$200.000, para diseñar el vehículo y Ghia necesitó 15 meses para fabricarlo. Sin duda, la característica más inusual del ‘Norseman’, que surgió del estudio de diseño de Chrysler, fue su impactante techo en voladizo. El ‘Norseman’, es casi único en ese sentido, ya que de todos los carros que se han producido, ya sea para el mercado o prototipos, solo unos muy pocos muestran esta característica. Tal vez el concepto de este techo voladizo se hubiese implementado si el carro no se hubiera perdido. La falta de parales al final del parabrisas envolvente, le daba una vista sin obstáculos, idea que le gustó mucho a Exner, y acentuó el atractivo del carro. Según su hijo, Virgilio Jr. "a él le gustaba proporcionar una buena visibilidad en sus carros". Había más que una buena visibilidad en el diseño. Los famosos vidrieros, PPG, construyeron el parabrisas estructural sometiéndolo a tratamiento térmico para que fuese más resistente en caso de accidente. Además, el techo fue colocado bajo tensión en una barra de ¼ de pulgada ubicada en el lugar donde los parales del final del parabrisas estarían normalmente presentes. En teoría, si el carro sufría un volcamiento, sería capaz de soportarlo. Además, en el techo había un par de características muy novedosas. Una de ellas era un inserto de aluminio cepillado y la otra era una luz de fondo de 12 pies², que podría retraerse hacia la parte frontal del techo, por medio de un interruptor eléctrico. La idea nunca se materializó en los carros de producción de Chrysler, pero un concepto algo similar - una luz de fondo retráctil, en la bodega -fue utilizada por Lincoln y Mercury. Otra novedad del Norseman, eran las tomas de aire en el borde delantero del techo, lo cual permitía la ventilación natural de la cabina del vehículo.
Faros ocultos en forma de concha de almeja y una parrilla cóncava, a todo lo ancho, en combinación con un delgado bumper que terminaba con luces direccionales en ambas puntas y que estaba situado a lo largo de la línea central, dominaban la vista frontal. Los guardabarros delanteros, con sus faros ocultos, se parecían a la nariz de un tiburón. El capó se sumergía fuertemente en el frente, dejándolo por debajo de la parte frontal de la línea del guardabarros. Un pliegue que iba desde la parte superior de las luces, pasando por las puertas, ganaba prominencia a su paso hacia la parte trasera del carro y formaba una aleta horizontal a lo largo del panel trasero.
La aleta del lado del conductor terminaba en la tapa de llenado de combustible. Este conjunto de aletas se detenían a varios centímetros de la parte trasera del carro. El diseño de la apertura de la rueda era un tanto dramático para la época, pues eran de corte bajo, tanto adelante como atrás y de paso muy similares a las del Buick Skylark Limited de 1.954. No traía manijas exteriores en las puertas sino un botón pulsador muy parecido al usado por los Lincoln Continental de los años 40.La parte trasera del ‘Norseman’ era sensacional, además de su luz retráctil, este show-car, tenía un bumper trasero cromado de forma elíptica incorporado a la carrocería y unos stops también elípticos pero en posición vertical, del cual sobresalían tres luces rojas redondas. (Algo parecido surgió en la línea DeSoto de 1.957).El techo tipo fastback se extendía tan abajo que creaba la sensación de llegar casi hasta el suelo y hacía que cuando se miraba de perfil pareciera algo así como un cohete contemporáneo de ciencia ficción.
Vista posterior del Chrysler Norseman 1956 Foto tomada en la planta de Ghia en Turín, Italia |
Vista interior del Chrysler Norseman Foto tomada en la planta de Ghia en Turín, Italia |
Vista interior del Chrysler Norseman |
Vista interior del Chrysler Norseman |
Adentro del Norseman, había más maravillas.Su silletería estaba compuesta por cuatro asientos eléctricos e independientes, cubiertos en cuero de color verde eléctrico, con insertos de color gris y gris verdoso. Cada par de sillas estaba separado por una consola, con una guantera. En la consola estaba incorporado el dispositivo retráctil del cinturón de seguridad; la otra mitad de los cinturones de seguridad se retractaban en los laterales de las sillas delanteras o probablemente en las carteras o paneles laterales traseros. Al parecer en esas consolas había unas luces de cortesía que iluminaban el interior del vehículo al abrir las puertas. Un tipo de luces experimentales iluminaban una pintura especial que se había aplicado en la parte posterior de las sillas frontales del Norseman. Los instrumentos estaban suspendidos de un abullonado tablero y una pequeña bandeja se podía halar de la parte baja de la guantera localizada en frente del puesto del lado derecho. Un bisel con acabado de metal satinado envolvía desde las carteras de las puertas hasta el tablero.
Mientras que el exterior y el interior tenían muchos lujos, lo más seguro es que el compartimiento del motor no fuera tan adornado. Era común que los carros fabricados por el carrocero italiano tuvieran partes del motor cromadas, pero al no existir fotografías, no es posible asegurarlo. Lo que si se pudo constatar es que este vehículo llevaba un motor Hemi de 331 pulgadas³ y 235 Hp, en lugar del motor de alto desempeño que en su momento era estándar en el lujoso Chrysler 300-B. Ahora, lo más seguro es que si el carro hubiese llegado a las manos de Exner, le hubiesen montado el gran motor de 340Hp de Chrysler. Con referencia a su chasis, este provenía de un Chrysler de 1955 y había sido modificado con una suspensión de barras de torsión en el frente y hojas de resorte en la parte trasera. Otra modificación realizada al chasis tenía que ver con su alargamiento de 126 a 129 pulgadas y una lámina de acero liviano lo cubría en su totalidad, para reducir de alguna manera la resistencia del viento por debajo del carro. Si el carro hubiese llegado a salvo, este habría sido probado intensamente en la pista de pruebas de Chrysler, localizada en cercanías de la población de Chelsea, Michigan, antes de haberlo mostrado al público y a la prensa, quienes seguramente hubieran tenido mucho que decir de semejante diseño tan radical. Luego de 55 años en las oscuras bodegas del “Andrea Doria”, sometido a la salinidad del mar y al colapso del piso superior del barco, según lo han constatado algunos buzos, no existen muchas posibilidades de rescatar el desafortunado Chrysler Norseman de 1956.
Foto de la réplica de fibra de vidrio de Marty Martino |
En la actualidad una réplica en fibra de vidrio del Norseman, está siendo fabricada por Marty Martino, ampliamente conocido en el mundo del automóvil, por haber reconstruido el Pontiac Club de Mer 1956 y por haber participado en la reconstrucción del Chevrolet Biscayne 1955, presentado en ese año por GM, en el show de Motorama. ¡ Como decimos en Colombia, amanecerá y veremos !
Crédito: Parte de la información aquí presentada fue recopilada en la biblioteca virtual de la Universidad de Philadelphia, del libro “American Dream Cars of the 50’s” de autor Jimmy Shapiro.