Cuando Luis A. García y R. Del Castillo, funcionarios de la Aduana Nacional de Santa Marta ingresaron al vapor Casablanca, llegado recientemente al puerto caribeño colombiano el jueves 23 de junio de 1955 desde Jersey City en USA, expresaron asombro cuando vieron que lo que el manifiesto de importación # 383 declaraba como una pieza, era en realidad un auto convertible que nunca habían visto en su vida. Tenían razón: se trataba de un Ford Thunderbird amarillo, identificado con la plaqueta P5FH207285, cuyo costo al dejar la fábrica fue $ 2.205.02 dólares que en Colombia equivalían a $ 5.512 pesos y correspondía a la estiba legalizada por Enrique A. Fuentes e Hijos & Cia Ltda para el médico caleño Jorge Escobar Soto (q.e.p.d.). El 1er biplaza deportivo de la Ford, en toda su historia, escondía bajo su capó, con joroba al estilo de un cebú, un motor 292 de 202 HP, alimentado con carburador de 4 bocas y caja de 3 velocidades. Así como sofá motorizado, dirección hidráulica, parabrisas panorámico curvo, sendos techos duro extraíble y blando, 4 llantas franja blanca referencia 6.70 x15 y 2 tapacubos de norma. George W. Walker trabajaba “free lance” para Ford en 1955. Era el consultor de Henry II, quien, debido al éxito del T Bird, lo nombró Vicepresidente y Director de Diseño, con 650 empleados a su cargo, entre artistas, dibujantes, ingenieros y maquetistas. Walker, nacido en 1896, hijo de un conductor de tren y una india Cherokee, jugó fútbol profesional con las Panteras de Cleveland hasta 1927 y luego se graduó de ilustrador de modas. Fue un genio que logró incrustarse en la mentalidad americana, con sus concepciones de arcilla, que luego plasmaba en pesadísimas matrices que dieron vida a los autos anhelados por todos. George W. Walker, un verdadero dandy, el “chacho” del momento, poseía un closet con 40 pares de zapatos y 70 vestidos de marcas exclusivas, siempre olía a colonia, mantenía su piel bronceada, usaba mancornas adornadas con dólares de plata y era sumamente amistoso con las damas. Su oficina presentaba paredes color crema, sofás suntuosos, plantas tropicales, cortinas de seda y el piso alfombrado con piel de cordero, de color negro. Este hombre, el perfil perfecto para protagonizar películas en Hollywood, diseñó la carrocería del Thunderbird el cual trituró las cifras de las ventas del Corvette 1955, en proporción de 23 a 1. En 1957 la revista Time le dio su portada a Walker, con el título “El Cellini del Cromo”
Curriculum Vitae del T Bird ´55 amarillo El legendario Thunderbird 1955, placas MBJ040, se ha hecho presente en la mayoría de los 150 eventos de autos antiguos y clásicos realizados en Cali y Colombia en los últimos 30 años. Una participación bien importante la tuvo como representante del suroccidente colombiano en todas las jornadas del mítico Rally Colombia-Panamá-Costa Rica y retorno, en 1996. Asistió a la mayoría de los encuentros anuales organizados con el aval de la Federación Colombiana de Clubes de Autos Antiguos y Clásicos. Conjuntamente con el Corvette 1962 de José Rafael Ortiz Coral y el Triumph 1972 de Fernando Morales, disputó mangas de alta velocidad en el Autódromo de Tocancipá, con motivo del aniversario del Circuito de San Diego, competencias en las que ocupó un honroso lugar. Se especula en los medios que el T Bird ocupará sitio de honor en la largada al estilo Le Mans, de la 1a Gran Carrera de Autos Antiguos y Clásicos que organiza el OCCCCC para el 6 y 7 de Noviembre en Cavasa, el “Templo de la Velocidad”, sede del antiguo aeropuerto internacional de Cali, “Calipuerto”.
Planos originales del T Bird 1955 / Depto de Ingeniería de la Ford